Especial
Carlos Sadness sobre el salvavidas que ha supuesto ‘Realismo Mágico’: “No hace falta vivir con esos chutes constantes”
“He encontrado un lugar donde todavía existe la ternura, la ilusión, la bondad”, asegura
Carlos Sadness es uno de esos nombres que sin llegar a ser mainstream, suenan a todo el mundo. Es lo que tiene llevar más dos décadas en la escena alternativa regalando canciones que generan muy buenas vibras, primero con Shinoflow y luego como Carlos Sadness. Su último álbum, Realismo Mágico, llega tras cuatro años desde que publicara el anterior, con un EP en medio.
La actriz María Valverde se ha convertido en la cara de ese álbum en el que cuenta con tres cantautoras mexicanas y que viene marcado por un claro estilo cowboy.
La ternura y la bondad todavía son posibles y él aboga por ellas en sus canciones, aunque no fue una de las de este disco la que sonó en OT 2023. Hemos hablado con él de todos esos nuevos temas.
Ahora que estamos en la era de la inmediatez y el consumo rápido, tú te has tomado con calma el lanzamiento de este álbum, ¿sientes que vas a contracorriente?
Con el permiso de algunos singles y algunas cositas por ahí. sí, en realidad creo que en este momento sentía que podía hacerlo. Había cuatro discos previos, canciones que seguían sonando, me llamaban de festis para tocar y no sentía esa prisa de renovar repertorio. También sentía que necesitaba tiempo, a nivel vital estaba pasando por momentos que sentía que podía desarrollar en canciones y temáticas. He tardado un poco más, pero ha sido positivo, no me ha penalizado ese proceso un poco más dilatado. En algún momento te das cuenta de que las escuchas en Spotify han aflojado, estás tocando menos, pero no puedes dejar que eso interrumpa tu proceso creativo.
Realismo mágico, un álbum lleno de optimismo y buen rollo, ¿te identificas con esa postura vital?
No me siento identifico tanto con eso. Todo el mundo me lo dice, pero eso es porque los singles y canciones que se han hecho conocidas son de ese tipo, pero en los discos hay de todo. Daría lo que fuera para que te fueras es una frase dura. Es algo que está presente en mí, pero no me doy cuenta como no te das cuenta de las muletillas que usas, ni de ciertos gestos que haces porque están tan presentes en ti que no es tan patente para ti.
Muchos piensan en vanguardias artísticas cuando escuchan eso de realismo mágico y puede sonar a denso, pero en tu caso, es todo lo contrario, ¿te esfuerzas para conseguir que tu música sea tan fácil de escuchar o te sale solo?
No lo pienso. Creo que es música alternativa. Fácil es un adjetivo delicado, pero que entiendo. La música fácil es la que cumple con otros estándares ahora mismo. Tampoco creo que haya que tener estudios musicales para entenderla. Al final me gusta el pop, la esencia pop y me gusta hacer canciones de manera espontánea y natural. Me gusta que la música sea accesible, no me gusta volver algo más complejo para que parezca de mayor nivel o calidad, no estoy nada a favor de eso. Creo que la calidad muchas veces está en escuchar una canción que lo que te cuenta solo te lo podría contar esa persona o esa banda. Eso tiene un contenido artístico, la identidad. Luego, puede gustarte más o menos, pero cuando las canciones reflejan la identidad artística, tienen un discurso propio, único, tienen para mí un valor. Igual que las personas, cuando conocemos a alguien que su discurso, su forma de pensar, su forma de habitar el mundo es particular, tiene un valor. Es difícil encontrar otra persona como ella, que nos guste o no, eso ya es algo más subjetivo.
Eso lo has conseguido porque tus canciones son muy fácilmente reconocibles.
Pero de una manera inconsciente. Ni siquiera sé lo que me caracteriza. Lo sé más por lo que me dice la gente que porque yo me dé cuenta.
Este movimiento del realismo mágico va un poco de encontrar la magia en la realidad cotidiana, ¿eso es fácil de hacer en tu día a día?
Siento que vivimos un poco angustiados por no estar en unas vacaciones en Bali permanentes, por no estar en el yate permanente. Te lo dice alguien que ni siquiera ha estado en el yate. Siento que muchas personas no están siendo felices porque no están teniendo la vida que están viendo en redes sociales u otros lugares, que están teniendo otras personas, y sienten que su vida es inferior. Hay que huir de esa trampa. Preparar una comida con alguien que quieres, preparar un paseo por cualquier cosa sencillo, ir al pueblo de tus padres, tiene un encanto, una carga emocional y una cercanía con lo esencial que nos puede llevar a una felicidad con un valor más genuino que esa dopamina que ofrecen las otras cosas que externa y superficialmente parecen más increíbles. No hace falta vivir con esos chutes constantes. Este Realismo Mágico, lo que pretende es mandar ese mensaje de la felicidad, el bienestar en la ternura, la bondad o la empatía, que el algoritmo, a veces, nos hace olvidar.
En este disco hay personitas buenas, bondad, empatía, ternura, amor… eso suena más a mágico que a realismo, ¿no crees?
Es un salvavidas. He hecho este disco para no morirme de asco. El disco se agarra a las cosas para no caer, en un momento de crisis más personal. Reivindica eso como si fuera una resistencia. He encontrado un lugar donde todavía existe la ternura, la ilusión, la bondad. Personita buena, mucha gente ha abrazado esa canción, se siente identificado. Quería una canción que valorase que soy bueno, que ser bueno no está premiado y que una canción te lo premie es algo que la gente también necesitaba.
Era lo que buscabas, dices, en un proceso vital tuyo, ¿surtió efecto?
Por lo menos se refleja en las canciones. Los discos, para mí, son como muy inconscientes. Mi segundo disco se llama Las ideas salvajes porque eran lo que las canciones quisieron ser y, al final, era un reflejo de lo que estaba pasando en mi vida. Y siento que los discos son salvajes, no puedo marcar la premisa de hacer un disco de determinada manera porque no lo voy a cumplir. Al final, la vida, te lleva por caminos raros, como dice Quique González. Es una consecuencia de esos estados vitales.
“En este mundo que nos invita a ser tan independientes, fuertes y fríos, la ternura es todo un acto de rebeldía”. ¿Qué aporta la ternura a este mundo que vivimos?
Es el manifiesto del disco. Creo que es el contraste, es lo que hay al otro lado del mensaje del mundo en el que tenemos que estar de fiesta constante, estar seduciendo constantemente, en el que tenemos tantas opciones que ninguna nos convence porque siempre pensamos que habrá una mejor. La ternura parece que pueda ser hasta motivo de mofa, pero para mí es un salvavidas.
¿Eres capaz de escuchar tu disco sin bailar?
Cuando acabo un disco estoy bastante tiempo sin escucharlo porque entro en un bucle de mí mismo que tampoco sé si me gusta. Pero cuando estoy haciendo las canciones y escucho la producción en casa, la maqueta, me gusta bailarlas. Me gusta limpiar la casa escuchando las canciones que estoy haciendo. Cuando hice Física moderna, que ya es de dos discos antes, estarla bailando sin darme cuenta y pensar, qué guay esto que me ha pasado, víctima de mi propia trampa bailonga.
También nos hace pensar en verano, esos tonos pastel que utilizas, ese afrobeat de vez en cuando, ese buen rollo general, ¿no sé si lo concibes así?
Voy mucho por Latinoamérica y por ahí casi siempre es primavera o verano, entonces, gran parte de lo que vivo, me emociona o siento en esos viajes y en las canciones está situado un poco en esa estación. Pero no es una cosa de la que sea muy consciente.
¿Cuál fue el big bang de este Realismo mágico?
Creo que este disco está más cerca de casa que otros. Tropical Jesus sí que es un disco muy viajado del que te podría decir hasta seis países diferentes en los que estuve escribiendo canciones, pero también este, viene después de la pandemia, he viajado menos, los viajes han sido más progresivos, sí hay alguna, recuerdo haber estado acabando una en Medellín, pero sí tiene mucho de Mediterráneo y de autóctono de aquí y está quizás, menos vinculado a sonidos de Latinoamérica. O eso, o lo he normalizado y ya viene conmigo.
Entonces, para equilibrar, te vas a buscar las colaboraciones allí y te viene con tres cantautoras mexicanas.
Eso ha sido casualidad total. Hubo un momento que pensé, tres chicas mexicanas en el disco, y el Realismo mágico que también tiene ese punto tan latinoamericano, pero es casualidad. Me cuadraba, son gente que admiro y que sentía que podían aportar mucho a las canciones y se ha dado así, sin estar premeditadas.
Tenemos a las tres cantautoras mexicanas, tenemos a María Valverde en un par de videoclips, mundo femenino en este disco.
Fíjate que sí, también hay unos coros de Suu. Sí que es verdad que hay mucha participación femenina, por nada en concreto, se ha dado así.
Hay mucho universo, astros, estrellas, luna… en este disco, ¿pones mucho el ojo en el espacio?
Al final, me di cuenta de que había este punto de nocturnidad. Esas noches estrelladas empezaban a estar presentes en varias canciones y cuando nació Big Bang pensé, esta es un poco la columna vertebral de donde nacen todas estas estrellas. Un día soñé con la portada del disco, algunos elementos y yo mismo que estábamos corriendo alrededor de una estrella, parecía que la estrella era una guía en mi vida en aquel momento, como si fuera algo que me estuviera iluminando y, por eso está este universo como una excusa para llevar las cosas de lo terrenal a lo más espacial, del realismo, a lo mágico.
De hecho, en el vídeo de Big Bang te vemos con esa extraña combinación de mono de la Nasa y sombrero cowboy, ¿este contraste estilístico?
En realidad, es un traje de Fórmula 1. A mí me gusta utilizar los elementos un poco cowboys en este disco no sé muy bien por qué. Pero empezó toda la estética por ahí, tal vez porque me compré un sombrero en México y, de pronto, me veía mucho con él y empezó a nacer este personaje que era un poco la evolución de Tropical Jesus. Pero no quería disfrazarme de cowboy, no quería ser un rockero. A esta estética cow le fui buscando elementos con los que me sentía identificado del disco y estaba toda esta parte espacial y crear un poco este vaquero de la galaxia me hacía gracia. Era divertido. En la portada mezclar un caballo con un cometa. Mezclar el traje de astronauta con el sombrero de cowboy, era como mezclar dos mundos, un vaquero que ha viajado por el espacio en vez de por el lejano oeste.
Ahora que Beyoncé ha lanzado un disco country y se ha puesto uno de esos sombreros, ya no destacas tanto.
Será que no estamos tan desconectados de las influencias.
¿Cuántos sombreros tienes?
No tantos, no creas. Tampoco es que sea un coleccionista, ni mucho menos. Igual tengo casi 10 sombreros. No tenía botas de cowboy y fue mi cumpleaños hace unas semanas y me regalaron dos pares. No tenía. No soy un gran consumidor de lo estético, ni tengo fetiches de ropa.
María Valverde en el vídeo, ¿cómo fue contar con ella?
Empecé a conocerla hace mucho tiempo en Instagram. Hice unos dibujos y salía en un libro que hice. Siempre estaba la idea de hacer un vídeo o hacer algo y cuadró que estaba por España y grabamos el vídeo con ella y le gustó la experiencia y dijo, pues vamos a hacer otro, y tal cual. Si María Valverde te dice eso, vas y lo haces. Es muy guay que una persona con ese carisma, ese talento, capaz de tener una interpretación en un videoclip que sea el rostro de la música, para mí ha sido un privilegio y me siento muy afortunado y que sea el rostro de este disco me hace mucha ilusión. Le estoy muy agradecido y tiene un punto, también, de realismo mágico porque es un rostro que conoces de películas y, de pronto, te está contando parte de tu imaginario. Es impactante.
Repetiste en el vídeo de Lo que fuera, y tiene pinta de que os lo pasasteis como niños.
Muy bien porque, además, yo iba disfrazado de fantasma, saltando en colchonetas, todo el rato me estaba matando. Hacía un frío horrible, pero debajo de la sábana hacía muchísimo calor. Fue muy divertido. Para lo nostálgica que es esa canción, en realidad nos estábamos partiendo de risa.
En octubre hará ocho años que fuiste por primera vez a México, ¿qué tienes tú con ese país?
Una relación muy bonita porque ya en aquel viaje me sorprendió muchísimo lo que pasó, que agotamos tres veces el mismo recinto en cuestión de minutos y la recepción por parte de la prensa y el público, muy intensa y muy bonita que no se ha perdido con el paso del tiempo, ha ido creciendo y he tocado en miles de sitios y festivales. Me siento muy querido y yo también quiero mucho la cultura mexicana que me ha hecho crecer mucho como persona a nivel espiritual, cultura y musical. Al final siento que uno es de los lugares donde crece y le pasan cosas y se emociona y aprende y yo me siento muy mexicano en ese sentido. No he vivido allí nunca, pero he estado en muchos viajes y he vivido muchísimas cosas y ahora forman parte de mí y me siento muy hermanado con México y con Latinoamérica en general. Tengo esa sensación de ser alguien muy mediterráneo, pero con un aprendizaje tropical.
¿Y te sientes igual de querido en España?
Sí, en realidad en todos los lados, lo que pasa que impacta más cuando estás a 10.000 km. Me acuerdo de haber llegado a ciudades y pensar quién me escucha aquí, cómo ha llegado mi música aquí y, de pronto está la sala a reventar, sold out, la gente comprando todas las camisetas y eso es muy impactante. No es algo a lo que debas acostumbrarte, siempre te tiene que sorprender. Antes me preguntaban cuál es tu ambición a nivel musical y creo que es que nunca se me olvide lo extraordinario que es todo lo que me pasa.
La música regional mexicana está cruzando muchas fronteras, ¿cómo lo valoras?
Creo que México se lo merecía. parecía que estaba llegado el reguetón de República Dominicana, de Puerto Rico y Colombia. Luego toda la fiebre del trap de Argentina y México, que es un país con artistas increíbles, le estaba costando llegar y tiene artistas bárbaros. Ha encontrado un género que ha conseguido trascender de manera internacional y me parece que eso es justicia, porque talento de sobra había que pasara eso. Por otro lado, me parece muy curioso porque es algo que es muy mexicano, se llama regional, y que sea eso lo que ha trascendido...porque el reguetón, al final, tiene un sonido que se ha adaptado mucho a lo internacional y se ha vuelto muy pop, pero la música regional no es tan pop. Me parece muy divertido. También pasa que cuando a un género le pasa eso, se abre mucho y se vuelve más pop y eso me parece un proceso muy interesante y me parece necesario que suceda como ha pasado con Peso Pluma y estos artistas. Y sitúa a México en el mapa, que lo merecía.
Peso Pluma llevaba el narcorrido a Coachella, ¿conectas con este tipo de música?
Yo conecto con la música en general de cualquier tipo. Con el reguetón también conecto y con el trap, aunque sean cosas un poco alejadas de lo que luego yo hago. Pero sí conecto y no significa que yo lo vaya a hacer, que nunca digas de esta agua no beberé, pero soy una persona muy abierta con la música en general.
Por cierto, que en Coachella Damon Albarn se enfadó porque el público no coreaba con él sus canciones. Tú que eres un artista muy de festivales, ¿cómo valoras su actitud?
Tampoco me sorprende que la gente que está en Coachella no coree las canciones porque, al final, sí es verdad que los festivales tienen un poco ese factor del place to be, pero también hace que los festivales sean grandes y puedas ir y cobrar dinero, es esa parte de negocio que a veces se nos olvida que existe que es más fea porque a nivel artístico no te gusta tener en cuenta eso, no es lo que esperas como público que va a ver un artista, pero no deja de ser una realidad. No es bueno, la palabra postureo está inventada hace una década.
Te vimos en Premios Ídolo, ¿qué tienes de influencer?
Yo iba como músico, como artista, pero yo creo que no tengo nada como influencer. Una cosa es que estemos expuestos en redes sociales, que hagas una acción con una marca, pero eso es algo que los músicos han hecho a lo largo de toda la vida, sobre todo, cuando estás empezando no sacas dinero de ningún lado y llega una marca de cerveza y te dice, hagamos esto y te cuadra. Gracias a eso puedes dedicarte a la música y tampoco estoy en contra de que nos relacionemos con marcas a veces porque siento que nos han hecho de mecenas en muchos casos, pero quiero pensar que mi fama, mi popularidad y mi presencia en redes se debe a mi obra. Incluso que mi obra es más famosa que yo y eso me alegra. Cuando a veces le hablan a alguien de mí y no saben quién es Carlos Sadness, pero lo reconocen si dices que es el de Te quiero un poco o Qué electricidad, y entonces sí saben, a mí me alegra. No quiero cargar con la presión de tener que ser una persona guapa, carismática, actual, fotogénica, ni mucho menos. Pero sí que le exijo mucho a mis canciones y que trasciendan por encima de mí me parece algo auténtico.
Tu primer disco 100% ilustrado y todo a raíz de un sueño, ¿cómo fue eso?
Este es el primer disco que hago que es todo ilustrado y eso ha sido mucho curro y tomar muchas decisiones. Al final una foto es una foto, y trabajar el diseño de una foto, bueno. Pero cuando todo es desde cero, no sé de cuántos colores distintos he pintado el pelo del caballo y la posición de las patas del caballo, he podido hacer un libro de 200 páginas de distintas versiones de la portada hasta llegar a la definitiva, pero es algo que disfruto. Y ahora veo el vinilo y siento un cariño cuando lo veo. Fui a comprarlo a una tienda y dije, ahí está mi obra pictórica y musical. Yo tenía una imagen casi ensoñada y cuando la conviertes en realidad y ves las opciones, de pronto un día te seduce una, otro día, otra. Al final, fui a lo instintivo.
¿Qué te has tatuado, el caballo o las botas?
No llevo ningún tatuaje. Creo que no está en mis planes tatuarme, pero mucha gente me pide tatuajes. Cuando voy a una firma de libros o discos, la gente me pide que les haga un tatoo. Hace unos días que toqué en Gijón, dos personas pasaron a backstage porque querían el diseño de un tatuaje. Para mí es un compromiso porque de pronto estoy subiéndome en la furgo y me dan un papel y me dicen, hazme un tatuaje que simbolice Big Bangque acaba de salir y es algo que va a durar para toda la vida o hasta que te pagues el láser para quitártelo. Hice un libro que se llama Instrucciones para detener el tiempo que recopila muchas ideas de tatuajes que he diseñado a lo largo de los años.
¿Eres feliz?
Soy feliz, feliz. Intento siempre estar feliz y si hay algo que me lo impide trabajo en solucionarlo.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...