Tini se sincera como nunca con el psicólogo Gabriel Rolón: "Me sentía despersonalizada"

Como ave Fénix, Tini está resurgiendo de sus cenizas y saliendo, poco a poco, de las sombras en las que había estado oculta durante los últimos tiempos. La artista lanzó el pasado 11 de abril un mechón de pelo, el disco más íntimo, crudo y honesto de su carrera. Una catarsis emocional a todos los niveles, en el que habla de sus miedos, el modo en que las opiniones ajenas le afectaron y la falsa creencia de que podía ignorar lo que pasaba en su mundo interior para dar la mejor versión de sí misma de puertas para afuera.

Con motivo de esta publicación, así como de sus últimos shows en en el Hurlingham Club de su Buenos Aires natal, y antes de tomarse un respiro de la música hasta 2025, la Triple T se sentó cara a cara con Gabriel Rolón, un reconocido psicólogo y escritor argentino, para explicar su pasado y presente a través de los versos de sus nuevas canciones. Y se sinceró como nunca, dejando confesiones y declaraciones muy reveladoras sobre su situación familiar, las críticas hacia su cuerpo, su relación con el entorno.

"Este disco tiene todas las emociones de lo que sería un duelo", señaló la artista. Un proceso que tuvo como detonante, "la gota que terminó de rebasar un vaso lleno", la hospitalización de urgencia de su padre debido a una hemorragia estomacal en marzo de 2022: "Sentía que lo perdía, porque nos lo avisaron: nos dijeron que no había posibilidad de que él siguiese". De ahí que pa sea el track que abre el proyecto.

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Es más, explicó que el título del álbum también hace referencia a la pérdida de cabello que experimentó durante este periodo de tiempo en que Alejandro Stoessel estuvo ingresado. "Me acuerdo de esta situación donde toco fondo, que iba al espejo y me cambiaba el pelo, me lo cortaba [...] hasta que no lo tuve así de corto. Para mí, fue un volver a empezar. El peló reflejó lo que me pasaba anímicamente. En su momento, el pelo era algo que me hacía sentir más segura, formaba parte de un todo, y ahora me ch*pa un hu*vo", confesó.

El bodyshaming y las críticas de las redes sociales

Tini contó que Violetta surgió, prácticamente, al mismo tiempo que las redes sociales. Apenas era una adolescente cuando "la exposición y la responsabilidad tan grande de este proyecto" provocó que recibiera mensajes de todo tipo; donde los negativos siempre tuvieron más peso y le afectaron especialmente, hasta la despersonalización, como interpreta en posta: "No sé por qué el ser humano tiene esta cosa de quedarse atado o atada a lo malo... y todo eso me lo creí".

El éxito como Violetta también le otorgó una serie de "etiquetas" que ella nunca se puso —otros se las adjudicaron— y que ha ido arrastrando a lo largo de estos años. "Me lo creí de alguien que no me conoce, que no está en mi casa, que no sabe qué paso... ¿Por qué fui tan injusta conmigo misma? Yo permití que todo eso entrara y me costó amigarme conmigo misma", se cuestionó.

Llegó a sentir culpabilidad por estar en una posición de privilegio, pero, sobre todo, por las críticas ajenas. "Lo que mi cabeza me decía era 'fuiste a un colegio privado, bilingüe, nunca te faltó un plato de comida... ¿Cómo vas a estar mal o te vas a permitir llorar?", destacó, haciendo hincapié en que decir "no estoy bien, no puedo hacer esto" no entraba en su vocabulario.

A raíz de este hate, desveló que comenzó a taparse, a "vestir grande", a ponerse guantes y a engordarse en las fotos" como una forma de protección, también hacia el body shaming que ha sufrido. "Había un montón de cosas que vivían en mi cabeza y lo había normalizado, pero no podía nombrarlo", declaró.