Especial
Las orcas atacan de nuevo y vuelven a hundir un barco en el estrecho de Gibraltar
Se trata del primer ataque de este tipo en lo que va de año. En 2023 se contabilizaron más de 50.
Ocurrió en noviembre del pasado año. Una serie de noticias relacionadas con ataques de orcas a diversas embarcaciones que navegaban por el Estrecho de Gibraltar empezó a llenar los telediarios y medios digitales. El modus operandi era siempre el mismo: en manada, los cetáceos golpeaban el casco, provocando daños que a menudo acababan en hundimiento.
Aunque los ataques de orcas llevan varios años produciéndose –el primer caso documentado se produjo en 2020–, los incidentes se dispararon en 2023, cuando se contabilizaron un total de 53. Las víctimas fueron toda clase de barcos, de 5 a 38 metros de eslora, aunque los animales parecen tener una clara predilección por los veleros, dado que protagonizan hasta un 90% de los casos documentados.
El último tuvo lugar el pasado domingo, cuando el velero Alborán Cognac, de 15 metros de eslora, se hundió a 14 millas del cabo Espartel, en la entrada sur del estrecho de Gibraltar, en aguas marroquíes. Tras dar el aviso a las autoridades de que tenían una importante vía de agua, los tripulantes fueron rescatados por un petrolero. Se trata del primer barco hundido por orcas en lo que va de año. Pero vistos los datos, lo más probable es que no sea el último.
Una especie en peligro
Las protagonistas de estos ataques son las orcas ibéricas (Orcinus orca), también conocidas como ‘Gladis’. Está calificada como una especie 'vulnerable' por las autoridades españolas, pero tanto la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como el Libro Rojo de Mamíferos de Portugal la catalogan en la categoría de 'en peligro crítico'. Su número es muy reducido: se calcula que existen unas 35, que viven entre el norte de la península Ibérica y el estrecho de Gibraltar. A lo largo de todo el año, realizan migraciones a través de toda la costa de la Península Ibérica: en verano viajan hacia el norte, y en otoño se desplazan hacia aguas más profundas.
Hay varias teorías que explican el comportamiento de las orcas: del puro juego a la sensación de amenaza
Y aquí viene la pregunta del millón: ¿por qué atacan? ¿Se han vuelto agresivas de repente? ¿Estamos ante una venganza de la naturaleza por el daño que le infligimos diariamente? Nada para indicar en esa dirección. Según algunos expertos, no se trata de ataques intencionados ni maliciosos, sino de un comportamiento aprendido que puede tener relación con su curiosidad, su afición al juego o con alguna forma de precaución que las lleva a querer parar la embarcación cuando se encuentran con ella en alta mar.
Otros, sin embargo, sí aprecian hostilidad en el comportamiento de las orcas. Según un artículo publicado en la revista científica ‘Marine Mammal Science’, cuyos autores realizaron un seguimiento detallado a una orca llamada White Gladis, el animal había sufrido un accidente con un barco, en un episodio que le habría causado un trauma que, a su vez, le llevaría a golpear los barcos en una actitud defensiva al considerarlos una amenaza.