Especial
Kiko Jiménez no puede evitar llorar en su noche con Sofía Suescun en ‘Supervivientes’: “Tengo la dopamina como el primer día”
Hemos visto las emotivas imágenes en el ‘Última hora’
El martes pasado, en Supervivientes: Tierra de nadie, pudimos ver el reencuentro de Kiko Jiménez con Sofía Suescun. Era un bombazo no solo por la emoción que esconden estos reencuentros, sino porque suponía la vuelta de Sofía a Mediaset después de varios años de veto.
Y volvía a lo grande, subida a la noria infernal en la que vivió algunos de los momentos más emocionantes de su vida en la edición que acabó ganando. Ahora la veremos en Supervivientes All Star, es la primera confirmada.
“La verdad que ese amor se ha transformado mucho durante el tiempo. Al principio todo era fuego interminable pero luego se ha transformado en un amor de calidad. Creo que nos hacemos bien el uno al otro. Para mí es un amor muy sano”, le confesaba a Carlos Sobera.
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El reencuentro
Aunque el momento romántico y realmente emotivo llegaba cuando se reencontraba con su chico en la palapa que primero había escuchado un audio suyo que ya le había hecho llorar y luego le había abrazado por detrás dándole una de las mayores sorpresas de su vida.
Él aseguró que era el gran amor de su vida, que quería casarse con ella y tener un hijo juntos. Y no era más que el principio de lo que les tocaba vivir.
Todavía les quedaba superar el record de la noria infernal juntos. Algo que no podrán olvidar fácilmente y que, pese a que les debió dejar k.o., no les quitó las fuerzas para seguir compartiendo su reencuentro.
La noche
Este miércoles, en Último hora, veíamos cómo llegaban juntos a Cayo Paloma para disfrutar de la compañía mutua. Allí les habían preparado un apetitoso manjar, pero ni hambre tenía el concursante por raro que parezca. Se ponían en plan pareja empalagosa. “Te amo tanto”, le confesa él que, cuando ella le preguntaba cuánto, aseguraba que “no se ha inventado ese amor, no existe”.
Se le caía la baba contemplando a su chica. “Solo tengo ganas de hablar contigo, no tengo ganas ni de comer, ni de nada, la verdad”, admitía él, “tengo la dopamina como el primer día nuestro, igual”. Y ella se partía de risa.
La noche iba cayendo y Kiko a cada hora que pasaba se iba poniendo más sentimental y no podía evitar llorar sin remedio. “No sé qué me pasa, no lo sé, pero aprovéchalo, no sé qué me pasa, pero me gusta porque lo echo y también, que lo necesitaba un montón”, reconocía entre lágrimas.
Sofía no daba crédito porque, como ella misma confesó, la que lloraba era ella. Finalmente, se ponían a comer, bueno, más bien él porque ella se negaba a quitarle ningún bocado. Cuando ella le preguntaba si le apetecía comer, él no lo dudaba, “más me apeteces tú, pero sí, tengo hambre”.
Pero antes de darle el primer bocado se ha acordado de su desayuno de la mañana. curiosamente se había hecho una tortita y le había echado caramelo por encima haciendo una S, “de Sofía y Supervivientes, porque nuestro amor sobrevive a lo que haga falta y me la he comido y me ha encantado”.
Habrá que ver esa despedida, si ya han corrido ríos de lágrimas, habrá que ver cuando les toque decirse adiós.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...