Especial
ECC reedita 'Batman: La Secta' de Jim Starlin y Bernie Wrightson
Una historia diferente que pilla a Bruce Wayne demasiado vulnerable.
Continuando con la práctica habitual de ECC Cómics que asegura que ningún título relevante queda sin reeditar en su catálogo, ponemos sobre la mesa la última impresión de Batman: La Secta; un clasicazo de Jim Starlin y Bernie Wrighston que lleva desde los 80 sumando lectores.
Esta historia de Batman vio la luz en una época en la que parecía que las cosas ya no podían ir a mejor. La película de Tim Burton de Batman estaba a punto de salir y las estanterías de las tiendas por aquel entonces estrenaban libros como The Dark Knight y La Broma Asesina, nada menos. DC decidió doblar la puesta y lanzar este Batman: La Secta (Batman: Cult) con dos artistas de lo mejor que tenía el mundillo por aquel entonces; Jim Starlin, una de las mentes que parieron el universo cósmico de Marvel y Bernie Wrightson, un reconocido dibujante que vive en su salsa cuando dibuja terror.
La historia presenta a un carismático líder de una secta llamado Deacon Blackfire; un fanático religioso que ha logrado controlar a una gran parte de la población sin hogar de Gotham City, utilizándolos para llevar a cabo su misión de purgar la ciudad de la corrupción.
Blackfire utiliza la fuerza física y la manipulación psicológica para dominar a sus seguidores y se las ingenia para reclutar al mismo Batman, que experimenta una crisis personal, cuestionando sus métodos y su efectividad en la lucha contra el crimen.
Acostumbrados a ver las calles de Gotham y a los enemigos habituales del personaje, la propuesta de La Secta, aún treinta años después, resulta refrescante. Este libro se lleva al lector al mundo subterráneo de la ciudad y Bernie Wrightson es el encargado de poner lápiz y tinta a sus páginas. El veterano, ya entonces conocido por su trabajo en el género de terror, aporta un estilo visual inquietante y, aunque no es el Bernie Wrightson de Frankenstein y su registro ochentero tampoco es precisamente su mejor versión, consigue complementar perfectamente el tono de la historia con un trazo que recuerda bastante a otros clásicos de la época.
Pese a que el nombre a cargo del apartado artístico tiene un palmarés intachable, Batman: La Secta no es uno de esos cómics que comprarías solo por su dibujo. Sin embargo, este libro adjunta otros dos relatos cortos también ilustrados por Wrightson que sí enseñan lo que sabe hacer.
El color, lamentablemente tampoco corrió a cargo del dibujante, que suele hacer buen trabajo cuando colorea su propio dibujo. Cayó en manos de Bill Wray, que hace un trabajo decente con una paleta de colores y un estilo también muy propio de la época.
ECC enmarca la nueva edición de este álbum en el sello “Grandes Novelas Gráficas de DC” y cumple en todos los apartados, aunque arriesga con una portada poco habitual y no especialmente agraciada que nos hace echar de menos la original.
Con todo, una lectura y una compra muy recomendable.