‘Batman en Nueve Vidas’ te hará viajar en el tiempo
Batman en una historia de detectives tradicional en un formato muy especial.
El catálogo de Batman en ECC sigue creciendo y, contra la integridad de vuestras carteras, lo hace con material de ese que consideramos imprescindible. Hay títulos que podemos dejar pasar, pero cuando aparece un título de esos que consideramos “imprescindible” hay que apretar el cinturón y encajar el impacto.
No es un mes fácil. En las estanterías de las tiendas han coincidido títulos de Batman como “El Caballero” o “Batman/Dylan Dog: La Sombra del Murciélago” (y hablaremos de ellos en los próximos días), pero hoy tenemos sobre la mesa Batman: Nueve Vidas; un álbum diferente y especial, aunque sólo sea por sus formas.
Nueve Vidas es un álbum perteneciente a la colección “Elseworlds” de DC Comics (en la que todo vale sin necesidad de prestar demasiada atención al canon) y publicado originalmente en 2002. Uno de los pocos álbumes de Batman que rompe con el formato vertical tradicional, para ayudar en la experiencia de viajar en el tiempo a la Gotham de los años 40, presentando un libro de formato “landscape” (horizontal), con el que no tarda en llegar ese aroma de historieta de tira dominical viejuna.
Nueve vidas es una historia clásica de detectives con un fuerte anclaje al cine de género negro. Un álbum que presenta a Dick Grayson como un detective cansado y con los modales justos y en el que no faltan los monólogos narrativos, el caso sin resolver y la chica guapa de la historia.
Ese caso sin resolver no es otro que la aparición del cuerpo sin vida de Selina Kyle y con él una ristra de sospechosos con un buen número de nombres por tachar que incluyen a Edward Nigma, Joker, El Pingüino, Harvey Dent o al mismo Bruce Wayne.
Una historia no demasiada larga (120 páginas) en la que importa más el viaje que el destino, quizás por esa sensación de 'despago' que deja el pensar que podría (y debería) haber sido mucho más larga. No porque el final no sirva, que funciona, sino porque la premisa, la narración y el dibujo habrían mantenido viva una serie mucho más larga.
Del apartado artístico se encarga Michael Lark, un dibujante que se siente como pez en el agua cuando se le presentan este tipo de historias 'detectivescas' en las que los mazos de tinta negra son tan importantes como los retales de luz que quedan visibles y cuyo trabajo ha sido reconocido y premiado con un Eisner.
Con un dibujo totalmente “analógico”, de trazo simple pero firme, donde con pocas líneas se definen caras fotorealistas, Lark nos sumerge en la historia dejando ese aroma a fotonovela que pocos en la industria saben dar. Un dibujo documentado, en el que nada falla; desde el atrezzo y el vestuario, hasta los entornos industriales o la decoración de interior que permitía el azulejo en un salón. Para todo ello Lark deja la responsabilidad de la definición en la tinta, que funciona con pincel, de forma tosca pero precisa .
El color corre a cargo de Matt Hollingsworth, un profesional que, en este caso, se queda solo con la bola delante del tablero y solo tiene que entonar con colores planos las tintas de Michael Lark, que ya funcionaban de maravilla.
Este Nueve Vidas llega en un álbum de tapa dura cuyo único problema será la diferencia de altura que tenga con el resto de clásicos del personaje que guardes en tu estantería. Pero, sea cual sea la forma que encuentres para posicionarlo, debe tener un hueco privilegiado en ella.