Vanesa Lorenzo y Verónica Blume, las 'top model' españolas que casi 'petaron' en los 90: "Era querer morirme en vida"

Jon Sistiaga, presentador del programa Otro enfoque de Cuatro, ha logado reunir en una sola mesa a cuatro de las top model más solicitadas fuera de nuestro país e iconos de moda dentro de España en los años 90: Judit Mascó, Vanesa Lorenzo, Verónica Blume y Laura Ponte. Todas ellas tuvieron carreras meteóricas que les llevaron a la élite de las pasarelas y a trabajar con diseñadores de renombre. Otras, como fue el caso de Mascó, tuvieron el placer (o no) de coincidir con otras compañeras icónicas, como Kate Moss, y modelos de las nuevas generaciones, como las hermanas Kardashian. Pero todas ellas coincidían en lo mismo: la industria de la moda les pasó una factura arriesgada.

Las cuatro amigas se reencontraron en el programa y se sentaron a charlar sobre cánones de belleza, una inocencia interrumpida o malograda, el éxito y los estereotipos. "Hay cosas que estas muchachas saben entender de otra manera que otra persona no sabría", apuntaba Blume nada más empezar. Y lo cierto es que así es, ya que todas definieron su época dorada en las pasarelas como una "escuela de vida", una fuerza para poder volar solas y convertirse en las personas que son ahora.

Verónica Blume: "Yo peté"

"Yo no era consciente de nada", apuntaba por su parte Blume reconociendo las luces y las sombras de esa vida tan nómada que tuvieron que atravesar. "Lo que hago ahora es hacer las paces con lo que hice entonces", señalaba misteriosamente. El motivo oculto tras estas palabras no era otro que el lado más oscuro de pertenecer a esa élite de la moda: cumplir con las exigencias de un mundo patriarcal y superficial. "Yo peté. Era muy consciente de que formaba parte de un grupo muy privilegiado, pero no me identificaba con ello. Trabajaba como modelo, pero nunca me he sentido modelo ni modélica de nada. Me parece un agobio ser modelo, no quiero ser modelo de nada", reconocía.

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Con esta inesperada confesión, Verónica Blume se atrevió a abrir un capítulo difícil de esa década: "No supe encajar bien eso que yo sentía como un peso. Y mi forma de canalizarlo fue a través de un trastorno con la comida muy bestia". Ese fue su gran secreto durante años, como ella misma admitía: "¿Se me notaba?", preguntaba ella a sus compañeras al tiempo que Judit Mascó se apuntaba un tanto al recalcar que en aquella época, comer una manzana o una zanahoria para entrar en un vestido "era lo normal": "Es fuerte decir esto, eh".

Sin embargo, a Blume no le preocupaba adaptarse a la talla 36 o la 32, sino que iba más allá: "El tema era no saber gestionarse la vida. Era querer morirme en vida haciendo ver que todo está bien". "Es una realidad que me va a acompañar para siempre", se abría a decir la exmodelo, admitiendo que aun hoy le resulta muy duro hablar de ello: "Pero es muy sano hablarlo".

Vanesa Lorenzo: "Eres una fachada"

Pero la salud no era lo único que a veces ponían en riesgo las modelos más top del momento. Todas ellas han admitido haber estado en esas fiestas con famosos, "señores mayores" y drogas, aunque aclaran que no era tan frecuente dentro de la industria y que al menos ellas no sucumbieron a eso. En lo que sí se vieron más sometidas fue a la mirada cosificadora que se cernía sobre su profesión. "Eres una fachada que les puede interesar o no", decía Vanesa Lorenzo, actual mujer del exfutbolista Carles Puyol.

"Yo he sentido muchas veces como un prejuicio de 'Puff, esta más allá de esto [el físico] no hay más". Ahora, sin embargo, ellas mismas reconocen que en aquella época, como niñas, se metían de lleno en el papel de no hablar, solo mostrar y sonreír. Una conciencia que antes no tenían y que ahora ven con otros ojos, los de la experiencia. "Antes no existía en mi cabeza el concepto de cosificación que ahora tanto se habla", explicaba Blume. "Incluso el abuso de poder", añadía Mascó. "Era como separar lo que es mi cuerpo, que está trabajando, y yo, que estoy detrás de esto", comentaba Lorenzo.