Cristina Pedroche: Sobre pedir un test de embarazo a Glovo, inspirarse en Beyoncé o estar unida con su hija por Miley Cyrus
Hablamos con la madrileña de su libro sobre una maternidad, la suya, con sus luces y sus sombras
Si alguien como Cristina Pedroche publica un libro, Gracias al miedo, sobre los miedos que ha sentido con su prácticamente recién estrenada maternidad, ya se sabe que va a subir el pan.
Si cada cosa que hace o dice se analiza con lupa, si da un paso más allá y comparte un relato sobre una experiencia vital tan personal, está claro que no va a dejar a nadie indiferente. Y así ha sido, aunque ella prefiere quedarse con los comentarios positivos, que son muchos los que ha recibido tras el lanzamiento.
Es un diario que escribió por prescripción médica cuando los miedos se apoderaron de ella y muestra esa vulnerabilidad de alguien que no llega a entender lo que le está sucediendo. No se ha callado nada, ni sus ganas de ser madre, el proceso para llegar a serlo, el descubrimiento de lo que implica un embarazo, el parto decidido y todo lo que viene después con una niña en brazos.
Habla con cercanía, honestidad e información, toda la que ella ha recogido en esta etapa y le ha ayudado a dar los pasos necesarios para que todo saliera bien.
Hemos podido hablar con ella de todo ese proceso y hemos descubierto muchas cosas, sobre todo, detalles musicales que han inspirado su vida y su historia y que están presentes en Gracias al miedo.
“Tengo la ilusión de que cuando estés leyendo esto yo ya esté 100% recuperada”. ¿Cómo estás ahora?
Me siento, no recuperada del todo, pero me siento mejor. Veo que van entrando más rayitos de luz a mi pozo negro, gris oscuro, y estoy más tranquila. Más sosegada, siendo más permisiva conmigo misma y dándome más tiempo. Siendo más flexible.
Beyoncé seguramente también tenga sus miedos y sus inseguridades, y no se notan, y es lo que trato de hacer cada vez que tengo un evento más importante.
¿Hubo alguien que te dijera que no dieras el paso de sacar un libro donde te muestras tan vulnerable?
Hubo muy poca gente que se leyera el libro antes de publicarlo. Solo dos personas, además de mi editora Laura, y esas personas me dijeron: ‘¿Estás 100% segura? Porque esto es lo más puro y lo más sincero’. Está escrito desde las entrañas, está escrito para mí, pero sí, estoy segura de haberlo hecho y haberlo publicado y ahora recibiendo todo el cariño que estoy recibiendo de las personas que se acerca a las firmas, sus comentarios en redes, obviando las cosas malas, me siento muy apoyada y muy sostenida por estas personas y estoy feliz de haberlo hecho. Todavía tenía dudas porque lleva muy poco tiempo disponible, pero este libro creo que está haciendo que me dé cuenta de que también hay mucha gente que lo está pasando mal y que se sentían solas y que esto les puede ayudar a sentirse un poquito menos solas. Así que, estoy feliz y orgullosa del trabajo que he hecho.
Antes de entrar en los temas serios del libro, me gustaría centrarme en aspectos más frívolos que tienen que ver con la música. Te gusta imaginarte que eres Beyoncé saliendo al escenario a Nochevieja. ¿En qué momento tomas esta imagen como recurso y qué efecto tiene en ti?
Me gusta imaginarme que soy Beyoncé cuando tengo algún evento así muy importante y me saco la fuerza que tengo dentro, conecto con mi poderío interno y lo doy todo. Me pregunto, ¿cómo lo haría ella? Ella seguramente también tenga sus miedos y sus inseguridades, y no se notan, y es lo que trato de hacer cada vez que tengo un evento más importante.
Echas la culpa de tu intensidad a haber crecido con las canciones de Camela, ¿lo sigues haciendo? Y en caso afirmativo, ¿qué te aporta ahora?
Echo la culpa a Camela, pero con todo el amor del mundo. Para mí son referentes y personas a las que admiro y a las que quiero que me han acompañado toda mi vida porque desde que tengo uso de razón estoy escuchando sus canciones. Digo que soy tan dramática por sus canciones. Todas sus letras son maravillosas y me llegan a lo más hondo del corazón y vivo con intensidad la vida, supongo que ya venía así en mi ADN, pero Camela ayuda a que yo sea más intensa. Y ahora que son amigos y prácticamente de mi familia, más aún. Les quiero y admiro muchísimo.
El viaje de Conchita te hace pensar en ese momento en el que Laia debería caminar por sí misma, ¿tienes asumido que ese momento va a llegar y hay que dejarla volar?
Tengo asumido que en algún momento mi hija será una mujer libre, independiente, valiente, que querrá tomar sus propias decisiones y yo, por supuesto, la voy a dejar. Lo único que deseo es que sea feliz y que tenga la vida que solo ella quiera tener. Pero para eso queda mucho, no es necesario proyectar ahora, de momento es un bebé, me necesita a mí y yo voy a estar todo el rato con ella dándole el amor y protección que necesite.
Es verdad que 'Flowers' de Miley Cyrus la sacó cuando yo estaba embarazada y era en bucle. A día de hoy la sigo escuchando y es como mi canción con Laia.
¿Pusiste música en tu parto y de ser así, qué tema escuchas y te lleva inmediatamente a ese momento?
No puse música en el parto porque no quería tener cosas externas, quería silencio, quería escucharme a mí misma, quería conectar muy mucho con mi instinto y con lo que yo estaba sintiendo y no quería tener nada ajeno.
¿Ya tienes una canción con Laia?
Es verdad que Flowers de Miley Cyrus la sacó cuando yo estaba embarazada y era en bucle. A día de hoy la sigo escuchando y es como mi canción con ella, mi canción con el momento embarazo y tengo millones de vídeos bailando esta canción y cantándola y es una canción que siempre va a formar parte de mi historia.
El miedo es muy humano, pero no todo el mundo tiene herramientas para afrontarlo, ¿quién o qué es lo que más te ha ayudado a este respecto?
Siempre he tenido muchos miedos, pero a raíz de este libro también me he dado cuenta de que también soy muy valiente porque siempre los he enfrentado y casi siempre los he superado. Antes tenía un miedo y pensaba lo que necesitaba para enfrentarlo y lo hacía. Si me daba miedo quedar mal en clase de matemáticas porque iban a preguntar la tabla del 3, yo me estudiaba la del 3, la del 4 y la del 5 y así iba preparada. Con la maternidad, qué ha pasado, que los miedos me han arrollado porque vienen todos muy de golpe. Mi psicóloga me ayuda a verbalizarlo. Muchas veces no necesita, ni siquiera darme una guía, solo con que me escuche y valide mis sentimientos y me sienta escuchada es más que suficiente.
El libro nos muestra a una persona con un afán de superación muy grande y un alto nivel de exigencia, ¿ahora lo ves como algo bueno o algo a cambiar?
Me gusta ser como soy y me gusta seguir siendo muy exigente y muy perfeccionista. Es verdad que tengo que relajarme y ser más flexible conmigo misma y hablarme mejor y ser más amable, pero creo que voy a seguir siendo así porque va en mi ADN. Me gusta que las cosas salgan bien y lo mejor posible y cada día voy a intentar ser mejor madre, mejor persona, mejor profesional, mejor mujer, mejor todo y por mucho que quiera no va a cambiar, solo puede cambiar la manera en la que me trato si no consigo las cosas.
Lo más raro que he pedido en Glovo ha sido un test de embarazo.
Relatas el proceso de tu embarazo y, por ejemplo, cómo te enteras. Lo de pedir un test de embarazo por Glovo no lo había oído. No sé si a todo el mundo se le ocurriría que es posible, ¿es lo más raro que has pedido por este método o ha habido otras cosas?
Por supuesto lo más raro que he pedido en Glovo ha sido un test de embarazo, nunca he pedido nada así. Normalmente lo que pido en Glovo es Goxo, nuestra comida para llevar, pero no, es lo más raro que he pedido.
El día que te enteras de que estás embarazada ves Cinco lobitos, sin duda, mala elección. ¿Con qué pensamiento te fuiste a la cama ese día?
El día que veo Cinco lobitos que es el día que mi test de embarazo da positivo, me duermo, si es que a eso se le puede llamar dormir, muy intranquila, muy, ‘hostia, ¿estoy preparada para esto?’.
Compartes la indignación que sentiste cuando una revista publicó tu embarazo y te obligó a contarlo antes de lo que te hubiera gustado, ¿eso se llega a perdonar?
Yo siempre digo que hay que perdonar las cosas e intentar, incluso, olvidarlas. Es verdad que ni he perdonado todavía, ni he olvidado porque está reciente. Fue lo más íntimo que he tenido nunca, la noticia de que estaba embarazada, y que esa revista decidiera tener el derecho a poder compartirlo, tampoco me parece bien. Pero tampoco hoy voy a hacer una cruzada contra ellos porque, ya está. Lo acepto y continúo. Es absurdo vivir enroscada en lo que pudo ser y no fue. Me hubiera gustado que las cosas se hicieran de otra manera, no pudo ser, pues ya está, sigamos.
Eres consciente de que despiertas emociones extremas y supongo que lo habrás notado con la salida de este libro, ¿lo que más daño te ha hecho escuchar sobre él?
Ahora mismo me estoy quedando con las cosas positivas que me están diciendo del libro la gente tan maravillosa que se está acercando a las firmas, que me está escribiendo en redes sociales. Con lo poco que lleva el libro a la venta, ya hay mucha gente que se lo ha leído y me está dando un feedback maravilloso y me siento muy sostenida y muy apoyada por estas personas. Lo que digan malo voy a intentar no leerlo y si lo leo, sobre todo, no hacerle caso.
Hablas de hipnoparto y muchas se habrán preguntado qué es y es que, al final, falta mucha información sobre este momento tan importante y las diferentes opciones que existen. Aunque, normalmente, cuando te sales de lo normalizado en seguida llueven las críticas, ¿la ignorancia que es muy atrevida?
Yo no sé si la ignorancia es atrevida, pero yo cuento mi historia, lo que a mí me está ayudando y lo que a mí me ha ayudado y si a alguien más le vale, yo feliz. Yo cuento con recursos y mi situación privilegiada para tener acceso a cosas que a lo mejor otras personas ni siquiera se habían planteado y yo lo pongo al alcance de todos, de que existe el hipnoparto, de que existe otro tipo de partos, lo de la epidural es una elección a elegir por la madre y todas las madres deberíamos tener el derecho a ser dueñas de nuestro parto y decidir todo lo que ocurra en un momento tan trascendental para nosotras.
Igual que tengo mis anillos de leche materna, también me puedo hacer un anillo con la placenta.
Dices que cada mujer debería decidir qué hacer con la placenta, otra cosa de la que no nos han contado que hay opciones, ¿no?
La placenta es un órgano que crea mi propio cuerpo para dar vida a mi hija. Es mía y tengo el derecho a hacer con ella lo que yo desee. Que habrá mujeres que no la quieran, perfecto, pero si yo la quiero, es mía, y me la tienen que dar. Yo luego puedo darle una segunda vida devolviéndola a la tierra, incinerándola y haciéndome un anillo, igual que tengo mis anillos de leche materna, también me puedo hacer un anillo con la placenta. Se le puede dar más vidas y cada mujer tiene que ser libre de decidir lo que quiere y que no nos traten como si no pudiéramos decidir. Eso no está bien.
Hablas de un momento muy desagradable cuando escuchas una conversación de dos mujeres a las puertas de tu habitación, ¿crees que estando en otro momento no le hubieras dado tanto peso?
Supongo que, en otro momento de mi vida, que haya personas hablando mal de mí detrás de una puerta, me puede sentar menos mal, pero hombre, desagradable creo que hubiera sido siempre. Es verdad que, a dos días de haber dado a luz, desnuda, dando teta de un sitio a otro, bastante agobiada, porque no sabía si lo estaba haciendo bien o lo estaba haciendo mal y que se pongan a criticarme a mí y a mi marido, a mi hija y a mis padres, es que era un sinsentido que me dolió muchísimo y que me hizo proteger a mi hija todo el rato y no querer que se la viera ni una mano ni nada. Por eso, cuando salí del hospital me encerré en casa mucho tiempo, muchísimo.
Yo no quiero mostrar a mi hija, principalmente por el odio que yo suelo recibir siempre.
Otro momento duro fue cuando Laia tenía dos meses y te quedaste con ella dormida encima y se cayó, ¿qué les dirías a las mujeres que antes o después van a pasar por eso?
No creo que tenga que decir nada a las mujeres que antes o después se les caigan los bebés porque no a todo el mundo le pasa. ¿Que pasa? Bueno, pues pasa y cada una lo gestionará de la mejor manera posible. Por eso yo cuento este libro en el que yo cuento mi historia, para que sepan cómo lo viví yo y lo que hice y cómo me sentí, pero cada persona es un mundo y si de mi libro hay algo que les valga y lo quieran incluir en su vida, yo feliz, pero yo no doy ningún tipo de lección, ni esto es un libro de autoayuda.
Se nota tu temor a la inteligencia artificial y lo que puede acarrear, ¿no?
A mí me da muchísimo miedo la inteligencia artificial, en general, el uso de ella, porque a mí los avances tecnológicos me parecen maravillosos, pero el problema es el uso y creo que deberían regularlo muy bien y más cuando hay niños de por medio. Yo no quiero mostrar a mi hija, principalmente por el odio que yo suelo recibir siempre, no quiero que ese odio se le pase a mi hija, no tiene culpa de ser quién es y me gustaría que mi hija fuera una niña libre que creciera como cualquier otra niña de su edad y en el colegio nadie le diga si su madre esto o su padre lo otro. Me gustaría que fuera libre y que a los niños en general les dejemos en paz y les dejemos tranquilos. A mí me da muchísimo miedo publicar fotos de ella y, aunque tengo amigos que publican fotos de sus hijos, a mí me da muchísimo miedo.
Recurriste a la ayuda psicológica y psiquiátrica. La primera parece que empezamos a tenerla superada, sobre la segunda todavía hay reticencias, ¿qué has aprendido en este proceso?
Sigo con la terapia psicológica, sigo con Amaia y estoy muy contenta, aunque muchas veces ella no me tenga que dar ningún tipo de herramienta, solo con escucharme y que valide mis sentimientos y sentirme escuchada y entendida, ya me ayuda muchísimo. Estoy muy contenta y voy a seguir, lo mismo ya para toda la vida. Y mi sesión con el psiquiatra también fue una experiencia muy enriquecedora y hay grandes profesionales en todos los ámbitos. Habrá gente que tenga malas experiencias, pero yo en mi caso, he tenido experiencias maravillosas.
Ser padres presentes no puede hacer que un niño sea malcriado.
Si todo el mundo se permite opinar sobre el embarazo, lo mismo sucede sobre la crianza, sobre todo, cuando uno se sale de lo establecido. Tú eres de las que piensa que demasiado amor no hace a los niños malcriados, ¿y qué sí hace que sean así?
Creo que demasiado amor nunca puede ser algo malo para nadie. Creo que lo que puede hacer malcriado o no a un niño… habrá casos y personas, pero darles cosas superficiales y objetos para no darle la presencia. Ser padres presentes no puede hacer que un niño sea malcriado. Y que tengan mamitis o papitis, ese tipo de términos que no me gustan nada, lo único que demuestran es que el niño tiene un vínculo increíble con su madre o con su padre. Sabe que pase lo que pase sus padres van a estar ahí y eso es maravilloso.
Hablas de no darle a Laia azúcar hasta los dos años, de que no la dejas llorar, del colecho, de que no es malo andar descalzo… me imagino que aquí se te habrán echado encima, ¿por qué crees que la gente es tan poco tolerante con la manera que utiliza cada uno para educar a sus hijos?
Yo cuento lo que a mí me vale y lo que yo quiero hacer porque creo que es lo mejor una vez consultado con los profesionales actualizados que he creído que eran los mejores y si hay gente a la que no le gustan mis decisiones, que lo hagan de otra manera. En función de sus necesidades y de lo que quiera cada madre y cada padre, tomarán sus propias decisiones, quién soy yo para juzgar las decisiones de otras personas. Esa misma frase me gustaría que fuera al revés, que tampoco me juzguen a mí. Cada una lo hacemos de la mejor manera que podemos o queremos y nuestras circunstancias son distintas. Que tengamos la libertad de poder hacer lo que queramos de la mejor manera posible, no hay otra, los padres queremos lo mejor para nuestros hijos.
Dabiz es el mejor compañero que he podido tener en este camino y en este viaje. No puedo estar más orgullosa y más enamorada de él.
De Dabiz no hablas mucho en el libro. Cuando discrepáis en la manera de afrontar la educación de Laia, ¿quién suele imponer su criterio?
De Dabiz no hablo mucho porque esta es mi historia y es como yo me he sentido, no como él se ha sentido. Lógicamente esto era un diario para mí que yo he transcrito para que lo pueda leer un lector, pero era un diario mío. Dabiz es el mejor compañero que he podido tener en este camino y en este viaje. No puedo estar más orgullosa y más enamorada de él. No hace falta tampoco hablar de él para que esto se sepa. Estoy muy feliz de que sea mi compañero de vida.
Se te ha disparado mucho el tema de la sororidad, ¿nada mejor que los relatos de otras mujeres para entender muchas cosas?
La sororidad ya la llevaba yo por bandera desde hace muchos años, pero es verdad que ahora me he sentido muy acompañada y muy arropada y entendida por otras madres y sus historias me han servido muchísimo para no sentirme sola y sentirme acompañada y estoy muy feliz. Por eso también me he animado a publicar este libro, porque también habrá madres que se sientan más identificadas con mi historia y acompañadas.
Las expectativas altas pueden dar sensación de infelicidad contante, ¿has rebajado las tuyas?
¿Las expectativas altas pueden dar sensación de infelicidad constante? Sí, pero es que no sé hacerlo de otra manera. Intento hacerlo lo mejor posible y lo único que sí estoy intentando es hablarme mejor, ser más paciente conmigo misma, ser más flexible, darme más amor y ser más amable. Hacer las cosas de la mejor manera posible y seguir siendo tan perfeccionista como soy y si no salen las cosas como esperaba, ser más comprensiva y flexible, y en ello estoy. El resumen de todo es que estoy mejor.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...