Especial
Maximiliano Calvo o el honesto relato de un músico adicto que habla sin filtros de sus problemas con las drogas
Lanza 'Barato y Romántico' como principio de un camino nuevo con más luz
Maximiliano Calvo es uno de esos nombres de artista más conocido en la industria que entre el gran público. Y es que ha trabajado con muchos colegas para los que ha compuesto o producido temas. También tiene los suyos propios, pero todavía sin el éxito al que aspira.
Muchos le recordarán por su paso por Dúos increíbles, un programa de talento en TVE que ahora mira para analizar ese comportamiento que le provocaba el consumo constante de cocaína. Las drogas le han acompañado desde que tenía 18 años y tenía una banda de rock en Argentina.
Llegó a España y se sumergió en la noche madrileña y la cosa no cambió. Hasta ahora, que se ha dado cuenta de que esa adicción podría costarle su carrera en la música, la pasión que le mueve. De ahí que decidiera ingresar en un centro de rehabilitación justo después de terminar de componer las canciones de Barato y Romántico, su último EP que la ha llevado, tras salir del centro, a dar su primer concierto limpio.
Está en un momento vulnerable de transformación, pero compartir su historia le da fuerzas y motivación para seguir adelante. Más centrado que nunca, ya está trabajando en nuevos proyectos. Y es que este argentino, todavía tiene mucha guerra que dar, eso sí, más consciente que nunca.
Duki en el Bernabéu. Alejo Stivel con biografía. Conociendo Rusia de visita por España presentando su último disco… Argentina está muy asentada en este país, ¿no?
Hace mucho tiempo que vivo aquí en Madrid, he perdido la cuenta, pero nunca pierdo el contacto con Argentina y me gusta mucho lo que sale de allí, me hace sentir orgulloso. El Ruso es amigo, Nicki Nicole iba a mi colegio, todo, de alguna manera, se une. Contento de que, por lo menos en la música, haya un diálogo bonito entre los dos países. Alejo significa la llegada de los músicos del rock argentino al rock de aquí, es una entidad, marca, con Ariel y Andrés. lo que luego fue nuestra estadía aquí. Y Duki, conozco mucho a los músicos y la gente que le rodea, a él no le conozco, pero me parece bien, además, se puso más rockero y está bueno. Apoyo mucho la música urbana que llega de Argentina, es parte del folklore de ese país.
He encontrado ayuda en el documental de Robbie Williams, me siento super hermanado con él porque lo que cuenta sobre las adicciones, me pasa a mí también.
Aunque la música urbana ha llegado con fuerza, el rock argentino es como un emblema.
La música en directo, o los músicos tocando, al final, siempre ganan. Si tú vas a un concierto no es lo mismo darle a un play y cantar encima que tener una banda tocando y vibrando la sangre, al final es un encuentro entre música personas. Si no, es como ir a bailar a una discoteca. A mí me gusta que los músicos que sí hacen música desde el ordenador, en el directo lo lleven al rock o a la música hecha por humanos.
Por tus palabras, no sé si vas a llevar muy bien el tema de la inteligencia artificial.
Me da mucho miedo en el sentido de que me da ansiedad. Pero también me da ansiedad la poca inteligencia humana y, al final, también existe. La inteligencia artificial aparece por la poca inteligencia humana y la poca inteligencia emocional de los humanos.
En mi caso me comió el personaje del rock y me gustó vivirlo durante un ratito, no te voy a contar lo contrario y me trajo cosas divertidas.
Has lanzado tu EP, Barato y romántico, que llega tras uno de los procesos que más ha marcado tu vida, el ingreso en un centro de rehabilitación. No siempre se habla con claridad de estos temas, ¿te lo pensaste mucho?
Cuando me drogaba lo contaba en las canciones y hacía alarde de eso, ahora que estoy en recuperación, pues lo cuento también. Siempre fui muy honesto con eso, creo que hay que normalizarlo, sobre todo, la recuperación, me parece algo que me enorgullece, ¿por qué lo voy a ocultar? Yo tengo un problema con las drogas, hay un montón de gente que lo tiene. No lo hago desde un lado super solidario, pero entre adictos, te das cuenta de que con una pequeña tontería ayudas o acompañas a otro adicto que no se atreve a dar el paso o que no puede pedir ayuda. Cuando salí del centro donde he estado cuatro meses, de pronto he encontrado ayuda en el documental de Robbie Williams, que me encanta, pero no soy super fanático, y de pronto, me siento super hermanado con él porque lo que cuenta sobre las adicciones, me pasa a mí también. O Robert Downey Jr, me hecho super mía una frase suya que esta de ‘abrazar el cactus’, esta que le dijo Bruce Willis. ¿Cómo una persona de Hollywood que no tiene nada que ver conmigo y tiene más millones que yo y una vida completamente distinta, pasa por lo mismo? La salud mental es super importante en todos los aspectos de la vida por más que tengas todo en la vida. Nos unen los monstruos que nos persiguen y el búfalo que llevamos dentro que hay que calmarlo día a día. A mí me parece muy importante hablar de esas cuestiones de adicciones o trastornos cognitivos porque nos acompaña.
Hace poco reflexionabas sobre la ansiedad que te generan las cifras. Hoy parece que vales por los likes que recibes, los seguidores que tienes, las escuchas de tus canciones… ¿has encontrado el truco para gestionar este tema?
Cuando saco una canción, en este momento en el que la música va tan rápido, a mí me da mucha ansiedad y lo comento y no tengo problema y al hacerlo te das cuenta de que un montón de compañeros de oficio pasan lo mismo, en cualquiera de sus rangos de popularidad. Eso te hace sentir acompañado porque si no, parece que solo lo pasas tú y eso es lo peor porque te sientes más solo y más aislado y cada vez con menos formas de expresarlo y es cuando caes en el taparlo con drogas o encontrar un cobijo, en mi caso, en la cocaína, para decir, ya está, me la pego y me olvido de todo. Es un trabajo en el que los músicos pasamos bastantes estadíos de inseguridad, de aprobación, el ego de subirte al escenario y luego ser una persona normal que va a hacer la compra, son muchas mezclas de sensaciones. En mi caso me comió el personaje del rock y me gustó vivirlo durante un ratito, no te voy a contar lo contrario y me trajo cosas divertidas.
¿Qué cosas positivas?
Hubo una historia que a mí me apetecía en ese momento conocer, pero luego ese sendero no termina bien.
Tú has empezado hablando de ‘mi problema de las drogas’, ¿cuándo percibes que es un problema?
Cuando ninguna consecuencia de consumo es suficiente para un adicto que aún no sabe que tiene un problema con la droga. Cuando estaba en el centro había gente que había tenido sobredosis o cosas muy fuertes y seguía consumiendo. Y no hablamos de cómo conduce, hay una cosa de drogas-seguridad vial que es brutal y la gente chocaba, al día siguiente seguía consumiendo y había matado a una persona. Las consecuencias nunca son suficientes. Hay un momento en el que tocas un fondo emocional, que yo lo toqué cuando me llevaron a Sevilla a los Premios Grammy y algo que debería ser bonito y especial y que tendría que haber disfrutado, la cagué con todo el mundo, con mi repre, la compañía, conmigo mismo, un amigo, con todo el mundo. Al final, volviendo en el tren para Madrid, dices, hostias, tío, que me estoy cargando todo. Tocas un pozo emocional que sientes vergüenza, yo venía escondiéndome en el tren de mí. Te das cuenta. Yo había querido parar solo y no había podido, para mí es imposible. Necesitas de otros adictos para parar, con los que sentirte identificados con lo que conlleva.
¿Dónde encuentras ahora la dopamina?
Ahora hago mucho deporte y eso mola. El domingo corrí 10 km que para mí es una pasada. Llevo 7 meses en recuperación en los que no he parado de hacer deporte. También lo encuentras en pasear al perro. Me cuesta mucho. Tengo una facilidad increíble para mantenerme en el lodo. Ahora mismo, limpio y sereno, me cuesta mantenerme en la felicidad, no es mi espacio. De repente, estoy reconociéndome ahí. Antes, cuando me encontraba en la felicidad tenía ganas de boicotearlo y dinamitarlo todo desde dentro. Me estoy volviendo a conocerme, reconocerme.
Empecé con 18 años a consumir. Empezamos a sacar una banda y la primera vez que consumí lo hice con un ídolo de mi infancia de rock.
¿Antes de todo este proceso también ibas a terapia?
Soy argentino, imagínate, yo voy a terapia desde que tengo 12 años.
Te gana Alejo Stivel que empezó con cinco años.
Porque es judío. Yo tengo a todos mis amigos judíos y tuve una novia judía y mentí a sus padres y les dije que yo también era judío. Mi novia me preguntaba por qué lo hacía si era absurdo y yo pensando que era una buena idea. Consecuencias.
Te hace terminar a las cinco de la mañana, con gente desconocida en una situación muy sórdida y muy triste.
Y eso en tu época argentina, es decir, que empezaste pronto con las drogas, ¿no?
Sí, empecé con 18 años a consumir. Empezamos a sacar una banda y la primera vez que consumí lo hice con un ídolo de mi infancia de rock, cosas que me hacían formar parte de algo. Hijo único, nunca tuve la concepción de un hermano y mis hermanos fueron la banda y el rock. También fue como me fui transformando en un gran músico, un gran compositor y para hacer buenas canciones tuve que conocer el infierno. Puedo hablar ahora de la oscuridad porque tuve que conocerlo, ahí está lo hondo.
Ahora celebras tu primer concierto limpio, tus primeras canciones limpio, ¿cuál es la sensación?
Para mí es un logro. Soy super consciente, siento que canto mucho mejor, que estoy más presente, que el subidón que buscaba en esa mierda que me metía por la nariz, me lo da la música. No deja de ser un pico de euforia y un subidón que el cerebro lo entiendo como que ahora viene lo bueno y no se lo das porque te vas a jugar al ajedrez a tu casa con dos más. Pero en el segundo y tercer concierto que dimos ya no tengo esa sensación porque creas nuevos recuerdos y le das a tu cerebro otra información que le quita esa sensación de que le falta algo. Te enseñan mucho en los centros de rehabilitación las fotos negras, lo que termina siendo todo eso, te hace terminar a las cinco de la mañana, con gente desconocida en una situación muy sórdida y muy triste porque tienes que seguir o explotar, por no hablar del dinero que gastas.
Cuando contaste tu proceso en un vídeo el pasado marzo, tu muro se llenó de comentarios de muchos amigos y compañeros aplaudiendo tu valentía y certificando lo bien que te venía ahora, ¿qué te hizo sentir ese aluvión de apoyos?
En principio no puedo tener redes sociales y tampoco quiero. Las llevan entre Universal y mi repre. Me contaban y te hace sentir querido. Está bonito que se apoye un paso tan importante para mí y para la enfermedad. Visibilizarlo no es que me diera miedo, pero mucha gente te pone la cruz del yonqui. Cuando empiezas a ver esas respuestas o te las cuentan, dices, hostias, a este le tengo que pedir disculpas, ojalá este me perdone… quieres remendar todo lo que has hecho mal y tienes que entrar en un momento de calma y darte cuenta de que habrá tiempo y primero tengo que perdonarme a mí mismo. Tienes que empezar poco a poco. Cuando uno es tan vulnerable también es una forma de pedirle disculpas a la vida.
¿Has compuesto alguna canción después de pasar por todo este proceso?
Las que he lanzado las hice en un lapso de tiempo en el que no consumí, entre dejar de consumir y no hacerlo, estando en contención. Estas canciones tienes eso de que ya estoy cansado de oscuridad, necesito un rayo de luz de algo. Fotosensible dice que no puedo ver lo bonito que me das porque no tengo las gafas, la luz me hace mal, todo lo que tenga algo de bonito y brillante no lo puede ver. Y ahora estoy componiendo bastante desde el recovering, muy desde el lugar de cómo soy ahora y cómo he sido, los errores. Estoy intentando buscar en qué parte no me reconozco, qué cosas me dan vergüenza del Maximiliano anterior, qué cosas me lastiman, qué cosas me aburren ahora, el cambio de vida. Es muy bonita la recuperación cuando te la cuento aquí, pero hay momentos muy duros, donde dices, jod*r, antes por lo menos me divertía –la cabeza te lo vende- y esos mecanismos que usas para que no te embauque la cabeza. Hay mucha redención también. Tengo mogollón de canciones ahora, tengo donde elegir. Tengo mucho que contar sobre mi experiencia y mucho que sacar. Quiero hacer de esta experiencia algo positivo. También estoy haciendo canciones para otras personas y produciendo gente. Estoy muy relacionado con mi oficio, que es importante saber que está ahí ese pilar. Y, además, estoy escribiendo un libro.
El Madrid en el que me hice el máster es muy nocturno, que me gusta mucho, es muy poético e inspirador, pero obviamente para la gente que tiene mi enfermedad puede ser muy peligroso.
¿Contando toda esta experiencia?
Lo escribo a mano y se lo dicto a mi representante. Es un momento bonito que tenemos los dos, de yo contar y ella se va enterando de cosas de mis adentros. Es una forma de relacionarnos muy bonita. Llevamos como 190 páginas. En los centros de rehabilitación hay muchas historias de superación, de historias muy oscuras que al final hay gente que las saca adelante, mucha frustración de ver a compañeros que se marchan del centro para seguir arruinando su vida… es difícil. En el centro he vivido un suicidio que nos decían que esto es la verdad de la adicción, te lleva a la muerte, el psiquiátrico o la cárcel, no hay otro camino. Y no lo puedes ver por mucha ayuda que tengas si no hay un clic. Un pasito que digas, me dejo ayudar, voy a hacer lo que me digan. Es hacer caso, nada más. Pero los adictos tenemos un ego que te cagas, somos grandiosos y lo de ser obedientes no nos viene muy bien. ahí dije, voy a bajar la cabeza y ser muy obediente y así lo estoy haciendo. Ahora necesito todo el tiempo a alguien que esté todo el rato pendiente de mí. Si me voy a un lugar raro, necesito poder comunicarlo, decir que tengo muchas ganas de consumir por una u otra cosa, estoy intentando ser muy sincero y me está sirviendo. Yo tenía muy relacionada la droga a la mentira. Ahora siento que soy mejor compañía y que es más bonito trabajar conmigo.
Ha pasado mucho tiempo desde que llegaste a Madrid persiguiendo esa estela de Joaquín Sabina, ¿lo percibes muy lejano?
Siento que todavía soy esa persona que tiene esos sueños, que está enamorada de Madrid y más ahora que la estoy volviendo a conocer. El Madrid en el que me hice el máster es muy nocturno, que me gusta mucho, es muy poético e inspirador, pero obviamente para la gente que tiene mi enfermedad puede ser muy peligroso. Pero ahora estoy conociendo otro Madrid. Me enamoran los dos, me va a costar más poder acercarme de una manera más protegida o responsable a la noche de Madrid sin tener miedo a cometer un exceso, pero mientras tanto, estoy encontrando la otra parte de Madrid que me encanta.
¿En qué Madrid te encontraste con los Carmona y los Morante?
Tuve mucha suerte. La familia Carmona es como mi familia y es muy especial para mí. Me acompañaron también en este proceso, estuvieron muy pendientes. Apenas salí, la primera sesión fue con Marina para su disco que acaba de salir. Es super especial tener esa parte. Agradezco haber tenido mi incursión flamenca. He tenido canciones con María Jiménez, la última que grabó antes de que se fuera.
Eso sí que son recuerdos que no se olvidan, ¿cómo fue esa colaboración con María Jiménez?
Brutal. La guardo en un lugar muy especial de mi corazón. Una guerrera, una punki, lo más que hay. La primera feminista sin organizar demasiado los ideales sino con una fuerza femenina arrasadora, yo me hago valer por una vez en mi vida. Déjame en paz, basta, hasta aquí. Muy punki, muy fuerte, un emblema de mujer. Duermo con una camiseta de ella. En el tiempo se forjó una bonita amistad. Decía que le recordaba mucho a su hijo, es un crack, nos llevamos super bien y la familia siempre me recibió de put* madre. La última vez que nos vimos fue un verano y estuvimos como familia y lo recuerdo con mucho cariño. Me hacía reir muchísimo. Tenía unas salidas muy heavies, una rapidez mental muy fuerte, se la sudaba todo. Eso merece mi admiración.
Has hablado de familia y me pregunto, en todo este proceso, ¿qué papel ha jugado la tuya?
La mía viene en agosto, me muero de alegría y también de la ansiedad. Hostia, ¿cómo va a ser eso? Mis padres son lo más. Ellos no vivieron tanto de cerca mi adicción porque cada vez que iba era un momento super bonito y ya. Me fui de casa con 17 años y tenemos una relación super especial, pero también por la distancia, no tuvieron que lidiar con esto. Al final se pusieron muy contentos y cuando estaba en el centro, que tenía dos llamadas por semana, los llamaba cinco o diez minutos y me dan mucha fuerza. Tengo ganas de verles, son muy importantes. Ahora los disfrutaré e intentaré que se vayan muy seguros de que su hijo está bien, quiero que se queden muy tranquilos y convertirme en un buen hijo, que ya es hora.
En el vídeo que grabaste con Soleá Morente salía Arón Piper. Estás trabajando con José Pastor y hay muchos actores y actrices que comentan tus publicaciones, ¿de dónde viene esta relación?
Y Jaime Lorente, en mi disco de El Gallo, el último discurso lo hace Jaime que es el único invitado del disco, que lo quiero mucho. He actuado desde los 8 años y ese mundo me llama mucho la atención. Me siento muy identificado con el mundo del teatro o actoral. No se me han abierto las puertas como en la música, pero a mí es un oficio que me encanta y he estudiado muchísimo con grandes maestros. He estudiado la carrera de dramaturgia y me interesa mucho. En su día Arón me pareció un actor de put* madre y Jaime también. Y José, también brutal. Los tres me parecen unas máquinas y aprendo mucho de ellos. Creo que si han tenido esa repercusión es por algo que emanan, no por un golpe de suerte.
Tú casi fuiste Charly García en un proyecto, pero en el último momento te rechazaron, ¿cómo viviste aquello?
Consumiendo como un perro. Fue un golpe bastante grande porque para mí Charly es lo más grande que hay, pero bueno, también me di cuenta por el camino de que no quiero ser Charly García, yo soy Maximiliano Calvo. Parece que tenía que enfrentarme primero a eso. Primero tenía que llevar a cabo mi papel, para luego llevar a cabo cualquier papel. Primero tenía que aprenderme el guion de mi vida, antes que el guion de la vida de Charly.
Sí te vimos en Dúos increíbles, ¿qué te aportó y cómo viviste esa experiencia en televisión?
Lo viví. Creo que la producción del programa debe pensar que tengo un problema en la vejiga de las veces que les decía ‘tengo que mear’. Tan pequeño y con problema de próstata. Me veo en una situación muy en activo cuando veo el programa. Luego lo vi después de salir y me veo puesto hasta arriba haciendo el programa, mintiendo de una manera descarada y no haciendo bien mi trabajo. Yo creo que podía haber estado mejor, aunque hay cosas que sí me hacen gracia, aunque eso está en mí, no hubiera necesitado ponerme hasta las trancas. Tenía el micrófono todo el tiempo puesto y tenía que quitarme las pilas, ir al baño, era todo un proceso. Al final no te das cuenta de todo el tiempo que pierdes armando toda la movida, es una locura. Era todo un desempeño sigilosamente pensado, yo sabía a qué baño ir, tenía que abrir el agua, quitar las pilas… unos requisitos brutales que hacen que no estés donde tienes que estar, en un trabajo que requería mucha más clarividencia. Eso también me hace ver quién soy y me hace ver una parte de mí que queda grabada nada más y nada menos que en TVE, no pasa nada, jajajaja… al final para el documental no vamos tan mal.
Ahora tienes nuevo EP con cinco nuevas canciones, ¿qué significan para ti?
Algo muy bonito en el sentido de que son las primeras que saco lúcido y que terminé lúcido. Fueron los 15 días que yo estuve en contención antes de entrar en el centro. Dije, tengo que terminar esto y tengo que hacerlo sin consumo para poder hacerlo bien por una vez. Es una lucha interna muy grande, estar en el estudio donde siempre me metía en el baño y todos esos estímulos y no hacerlo, no por mí, sino por la gente que tenía a mi lado, por la música, muchos factores externos que ninguno era yo. Lo hice con fuerza de voluntad. Luego en el centro te enseñan a tener buena voluntad y a vivir en un estado mucho más agraciado. Ahí lo pasé mal porque tenía un mono que te cagas.
Si echamos un vistazo a los videoclips vemos que te gusta bailar.
Me gusta bailar, pero la cara, los gestos, algún que otro tic que veo…
Es que físicamente estás muy cambiado, ¿qué ves ahora cuando te miras al espejo?
Hasta ahora me gusto, pero cuando salí del centro no me reconocía tampoco. Tuve un problema de identidad bastante grande. Las canciones marcan todo eso, el paso a la luz, por eso me gustaría que fueran escuchadas porque si hay muchas canciones que tienen detrás muchas cosas de las que no estoy orgulloso, en este Romántico y barato, sí hay muchas de las que sí me siento orgulloso.
“Nunca estoy solo, siempre mal acompañado”. Es una de las frases de este EP, ¿resume esa etapa?
Dicen que para un adicto el peor compañero es uno mismo. Siempre estoy mal acompañado porque estaba conmigo. La otra mala compañía era mejor que la mía propia. Ese tema, al final, me genera mucha alegría, una forma divertida de decir que casi siempre mal acompañado, hay una cosa de tomarse, no en broma, pero sí de una manera más luminosa, todos los fantasmas a los que invité a la fiesta.
Las flores de plástico, por mucha metáfora que lleven, es un no.
Al final me parece bonito, porque no mueren nunca. Se las regalas a alguien y no mueren jamás. También hay una concepción que me gusta de no necesitar tanto. Al final, esta cosa tan grandilocuente de que con un euro y medio puedes ser muy romántico y muy gracioso. También es un poco eso de que las relaciones amorosas no tienen que tener un coste tan alto emocional, que sea tan caro enamorarse y desenamorarse para nuestro corazoncito y nuestra mente.
Con la música tener una relación menos tóxica y no necesitar de tantos aditivos para poder entrar en una situación de conexión con el arte.
¿Llamaste a muchas o muchos ex a las 3 de la mañana como dice tu canción?
Puffff y a no ex, y a directivos de compañía y a lo que haga falta. Y a las tres y media, las cuatro… yo por teléfono era una persona a la que tendrían que haber filmado para ver todo lo que no se tiene que hacer con un aparato tecnológico. Era como tener algo en la mano que al siguiente día me arrepentía de muchas cosas que ponía. Me gusta mucho esa frase, a veces es mejor en solitario que quemarle la cabeza a la otra pobre persona que ya te ha dejado porque eres un pesado. Sí, he llamado a mucha gente.
¿Cómo afrontas ahora el mirar hacia adelante? ¿Qué viene?
Espero que venga un disco de puta madre, tengo ganas de componer y hacer música. Bastante que Universal me saca un disco. Tener una relación más sana con la música, eso es lo que quiero. Una relación menos destructiva conmigo mismo y con la música y con el arte en general. Poder disfrutarlo porque es algo que quiero mucho y necesito recomponer esa relación tanto como mi relación conmigo mismo y mi relación con la compañía, con las amistades, con la vida en general. Con la música tener una relación menos tóxica y no necesitar de tantos aditivos para poder entrar en una situación de conexión con el arte. Y hacer un trabajo personal para no frustrarme tanto.
Ya para acabar tengo que decirte que tú no eres el gallito, que ‘El Gallo’ es nuestro compañero Dani Moreno de Anda Ya!
Yo no sabía y lo vi en unos premios de LOS40, no puede haber dos gallos en un mismo corral. Se lo dejamos a él, yo ahora prefiero ser Maximiliano Calvo. El Gallo fue un gran personaje al que le tengo mucho cariño, de una nocturnidad de la que quiero guardar anécdotas y no como vivencias personales. Abrazo quién fui, pero prefiero ser Maximiliano Calvo ahora. Así que le dejamos ‘El Gallo’ a él.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...