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15 años de la muerte de Michael Jackson: su último día y su última canción
“No hay palabras para describir lo que la gente hubiera visto en esos conciertos”, aseguraba su coach
Michael Jackson pasó el último día de su vida haciendo lo que mejor sabía hacer. Lo que siempre había hecho magistralmente. Cantar. Bailar. Actuar. Ese último día de su vida, el 'rey del pop' supo que estaba listo para presentarse de nuevo al mundo. A pesar de la presión, del dolor crónico, del insomnio, de sus adicciones. Tras decenas de horas de largos e intensos ensayos, cuando apenas faltaban menos de tres semanas para el gran regreso, el corazón del icono del pop se paró. Pocas horas antes de aquel 25 de Junio de 2009, cantó ‘Earth Song’. Fue su última canción, esa en la que pedía una reflexión por “el llanto de la Tierra” o por “todos los niños muertos en la guerra”.
El 13 de Julio de 2009, en el O2 Arena de Londres iba a producirse un acontecimiento mundial extraordinario: el regreso Michael Jackson en más de una década. Anunció 10 conciertos y terminaron siendo 50 por la tremenda demanda de entradas. El artista tenía la firme determinación de que ‘This Is It’ se convirtiera en “la mejor actuación del planeta”. Para ello debía emplearse muy a fondo y sumergirse de lleno en los ensayos. Había preocupación por su salud. Su equipo temía que no tuviera suficiente tiempo entre uno y otro show para recuperarse. Su maquilladora, Karen Faye, admitía: “No puede hacer esto”. A sus 50 años, el cantante sufría dolor crónico, tenía problemas para dormir y dependía de pastillas. Tomaba Propofol, un fuerte sedante que él llamaba afectivamente su ‘leche’ por su consistencia espesa y blanca.
Jackson se involucró totalmente en los conciertos de ‘This Is It’ o en la elección de los 10 bailarines (se presentaron 700 a las audiciones). Hablaba entusiasmado con todo el equipo sobre la gran misión que suponía ese tour. El 20 de Abril empezaron los ensayos en un espacio cercano al aeropuerto Burbank de Los Ángeles. Cuatro días por semana, Michael trabajaba sin descanso en más de una veintena de canciones con sus correspondientes coreografías. Le rodeaba su equipo: Kenny Ortega (director de la gira), Travis Payne (coreógrafo) Michael Bush (diseñador), Dorian Holley (director vocal) o Karen Faye (estilista). Se había anunciado como el mayor show de la historia, el más costoso.
Llegó el miércoles 24 de Junio de 2009. Ese día el ensayo era en el Staples Center. Michael llegó en torno a las 5’00 pm, pero no empezó a trabajar hasta las 9’00 pm. Estuvo hablando con Ed Alonzo, un mago al que había contratado para ayudarle a crear el segmento inicial de los conciertos. Alonzo notó que Michael “se veía magnífico y tenía una gran energía”. Ese día solo iba a ensayar tres canciones: ‘Dangerous’, ‘Thriller’ y ‘Earth song’. Michael se quejó en broma de laringitis.
No obstante, según Travis Payne y el batería Jonathan Moffett, principalmente el ensayo se centró en ‘Earth Song’, el último tema que interpretó. Pasada la medianoche, Michael abrazó a sus bailarines, dio las gracias al equipo y les deseó buenas noches: ”Que Dios os bendiga”. Antes de marcharse, habló con el diseñador del vestuario, Michael Bush, y con el director musical, Michael Bearden, confirmado que al día siguiente podría estar a las 2’00 pm. Lo más importante que Bearden recuerda de esa noche fue su mirada en un momento del ensayo: "¡Una mirada de triunfo!. Como si me dijera, '¡Tengo esto!. ¡Soy Michael 'maldito' Jackson!. Todo el duro trabajo y el sacrificio finalmente valían la pena. ¡Y él lo sabía!".
Jackson regresó a su mansión alquilada de Holmby Hills. Paró brevemente en la puerta metálica de la entrada para saludar a un pequeño grupo de fans que se habían reunido allí. En ese momento, el guardaespaldas se dio cuenta de que el coche del Doctor Murray estaba aparcado fuera de la casa, como había pasado muchas noches antes. El personal de seguridad le escoltó al interior de la vivienda y hasta el pie de las escaleras. Poco después, empezó a quejarse de fatiga y de que necesitaba dormir.
A lo largo de esa noche, 25 de Junio, y de la mañana, Jackson recibió una serie drogas para dormir. El doctor Conrad Murray se las suministró, supuestamente bajo petición insistente de Michael. A media mañana le suministró Propofol por vía intravenosa. Se quedó junto a él 10 minutos antes de ir al cuarto de baño. Regresó menos de dos minutos después y encontró a Jackson sin respiración. Intentó reanimarle sin éxito y llamó al 911 pidiendo ayuda: "No respira... no responde a reanimación cardiopulmonar, a nada". Rápidamente fue trasladado al Centro Médico UCLA, donde certificaron su muerte.
Pocas horas después, el mundo supo que Michael Jackson había muerto. Dr. Conrad Murray fue acusado de homicidio involuntario y condenado a cuatro años de cárcel. Cumplió dos.
Se estableció un intenso debate, con opiniones totalmente diferentes, sobre el estado físico de Michael Jackson en los días previos a su muerte. Había quien cuestionaba que pudiera aguantar los 50 conciertos. Su padre, Joe Jackson, aseguró que no estaba en condiciones para regresar. Sin embargo, su director vocal desde 1987, Dorian Holley, estaba convencido de lo contrario. En una entrevista para ‘Time’, recordaba el último día de Michael Jackson: "Estaba resplandeciente”. Holley cree que ese día parecía diferente, y él mismo estaba asombrado de su progreso físico y vocal, de su energía. "Dominaba el escenario. Salía acompañado de su grupo de bailarines, todos veinteañeros, pero no podías quitar tus ojos de él… Jackson se había estado preparando para regresar al mundo, y durante su última noche finalmente supo que estaba preparado. No hay palabras para describir lo que la gente hubiera visto en esos conciertos”.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop