Más allá del cambio físico de Quevedo, su reaparición nos ha dejado un mensaje detrás
"La última no es la última. La última es la primera"
Parece que el retiro espiritual que ha tenido Quevedo en los últimos meses le ha servido para mucho. Casi de un día para otro, el artista dijo adiós y desapareció de las redes sociales y de la esfera pública sin dejar ni rastro de su paradero: "Para sacar un nuevo álbum, primero tendré que hacerlo y los artistas necesitamos tiempo. Realmente, desde que salió Cayó la noche no he parado y necesito vacaciones. Les doy las gracias a todos, pero no esperen verme por las redes, voy a intentar desconecta", decía, pero ayer volvió y de qué manera lo hizo.
El único concierto que el canario iba a ofrecer este 2024 era en Valencia y allí consiguió reunir a más de 23.000 personas que estaban deseando ver qué había preparado para un show que, desde antes de arrancar, ya sabía que iba a acaparar todas las miradas. Un arranque de concierto que muchos han catalogado como "una auténtica locura": con sus bailarines cogidos a unas cadenas y con una vestimenta que apenas nos dejaba identificar quién era quién.
Un mensaje claro y un cambio físico innegable
Quevedo hizo un recorrido por sus canciones más icónicas: cantó Columbia, Sin señal, la sessión con Bizarrap y se atrevió a versionar clásicos como La Flaca de Jarabe de Palo o El papasito de Young Beef. No obstante, detrás de este único show había mucho más que indagar y muchos mensajes ocultos.
Primero su cambio físico innegable y que no ha pasado desapercibido en redes sociales. El artista parece haber encontrado la inspiración entre pesas y pesas y no hay quien niegue lo evidente. De hecho, las redes sociales no han podido ocultar su asombro y no han tardado en piropearlo... Vaya, que si el propio Quevedo leyese los comentarios hasta conseguirían sacarle hasta los colores.
Aunque realmente, ¿qué nos quería dejar caer Quevedo con este show en Valencia? Puede que sean mucho las hipótesis que sus propios seguidores hayan sacado de los visuales que el artista eligió, y puede que estén en lo cierto y bien encaminados o todo lo contrario, pero solo hay un mensaje que cien por cien dejó claro:
"A veces me pregunto ¿en qué momento Pedro se convirtió en Quevedo? Si cuando empecé a cantar si Pedro y Quevedo siempre han sido la misma persona", se empezaba leyendo. "Son tantas preguntas que a veces me cuesta dormir. A veces me cuesta darme las buenas noches a mi mismo. A veces quisiera que esto nunca hubiera pasado y otras veces me acuesto dándole las gracias a dios por permitirme vivir todo esto. Por lo tanto, brindemos, brindemos por lo que vino, brindemos por lo que vendrá. Hoy es aquí donde quiero estar, así que brindemos por eso", continuaba.
Para terminar estás palabras con tantos mensajes detrás, Quevedo ha insinuado lo siguiente: "Dentro de poco anochecerá y volverá a tener insomnio preguntándome todo esto, así que pidamos otra y brindemos mientras tanto. Que la vida son dos días y yo quiero pasármelos enteros despierto. Ah, la última no es la última. La última es la primera. Hasta pronto".
Estela Alba Hoyos
Redactora de LOS40. Al pie del salSEO. Si no fuera periodista, sería catadora de sopas. Mi radar de...