‘Tardear’, el programa de Ana Rosa Quintana, recibe aluvión de críticas por dar voz a Carlos Navarro ‘El Yoyas’ tras su detención

Tras 19 meses de búsqueda, el 26 de junio Carlos Navarro, 'El Yoyas', fue detenido y ya se encuentra en prisión para cumplir condena por malos tratos en el módulo de violencia machista en la cárcel de Brians 2.

Mercedes Milá fue una de las que se pronunció sobre esta detención ya que fue en Gran Hermano, cuando ella lo presentaba, donde Carlos conoció a Fayna Bethancourt con la que formó una familia. Muchos pensaban que era una pareja feliz hasta que ella decidió sacar a la luz el infierno que habían vivido tanto ella como sus hijos a su lado.

Finalmente fue condenado, pero en uno de sus permisos huyó y ha estado más de año y medio en busca y captura. Hasta ahora. En TardeAR, el programa de Ana Rosa Quintana, han mostrado la carta que el maltratador les ha reenviado.

La carta de ‘El Yoyas’

Unas palabras en las que asegura que no sabe todavía cómo se siente porque la condena es elevada y en la que desvela que ha hablado con el psicólogo y la asistenta social que le han dicho, según él, que su caso era para tener un tercer grado directo si hubiera entrado el primer día.

Aunque la carta se centra, sobre todo, en sus hijos. Explica que da por perdida la relación con sus hijos con los que no tenía buena relación debido a la depresión que sufría y que ahora que le han quitado la patria potestad será nula. También acusa a su ex mujer de haberles impedido hablar con él por teléfono.

El programa le ha dejado expresarse y son muchos espectadores los que han emitido sus quejas ante esta situación ya que consideran que no es oportuno darle voz a un maltratador como él. Así lo han difundido en redes sociales.

El detenido es consciente de que su ex mujer y sus hijos ya no están de su lado, pero se alegra de seguir teniendo cerca a su familia. La que no debe estar tan contenta es Ana Rosa que ha registrado uno de sus datos más bajos de audiencia. Y mientras, Fayna, sonriendo por fin tras sufrir un calvario.

Dos caras de una misma moneda.