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CMF by Nothing desafía a la industria presentando su nuevo teléfono
Cumple con creces con la lista de imprescindibles, sorprende con su diseño y no se pierde en detalles innecesarios.
Lo hemos dicho muchas veces en el pasado. La industria de la tecnología de bolsillo no solo vive de los terminales ‘flagship’ de mil euros que plagan los escaparates de tiendas propias y ajenas; de hecho, el pedazo más grande del pastel del sector se lo llevan los terminales económicos y hoy tenemos nueva competencia con el Phone 1 de CMF by Nothing.
Esa competencia, además, no llega para presentar ‘otro teléfono de 200 euros’. CMF by Nothing quiere agitar el gallinero y hacerse notar con un terminal elegante que intenta dar lo mejor en las ‘checklists’ esenciales, obviando los decoros creados para engañar o como herramientas de marketing engañosas.
¿Qué queremos decir con esto? Muy fácil. ¿Cuántos teléfonos de 200 euros conoces con tres (o cuatro) cámaras? Generalmente, una cámara decente, pasable o buena y otras dos que simplemente no valen para nada. Casi todos los terminales del mercado, por baratos que sean, llegan a las tiendas con tres cámaras como un reclamo de valor que resulta ser engañoso. Bien, el Phone 1 de CMF pone una cámara en su teléfono. Una cámara capaz, que cumple con la expectativa de compra y pasa de vender su teléfono como una triple cámara que acabaría decepcionando.
La filosofía de CMF busca una experiencia de usuario sin complicaciones, con buena tecnología, al mejor precio posible y prestando atención siempre al diseño que marca el nombre de la misma compañía; CMF: ‘Colour, Material, Finish’.
Donde Nothing busca romper con lo clásico buscando transparencias y componentes diferentes, CMF apuesta por un diseño limpio y atemporal, con tornillos de acero inoxidable visibles que nos acercan un poco más a la parte industrial del terminal y permiten que las carcasas sean intercambiables, con materiales anti-deslizantes además, que tanto de menos echo últimamente en las gamas altas.
El panel posterior del teléfono, que es totalmente reemplazable, haciendo cambiar vuestro terminal de color, también proporciona una de las sensaciones al tacto más agradables que he tenido con un teléfono desnudo en la mano. Un equilibro absoluto entre el comfort y la seguridad, que no llega al agarre que pueda tener un ‘sandstone’ de Oneplus (que parece una lija), pero que nos deja tranquilos sabiendo que no se nos escapará de las manos.
Además, el diseño de la carcasa incorpora una rueda (que parece ser ya marca de la casa) en la parte posterior del terminal, que será punto de anclaje para una serie de accesorios mecánicos como un stand, un cordón o un tarjetero, por ejemplo. El mismo envoltorio del teléfono lo presenta como un “accesory interface”. Esa rueda es una pieza de plástico enroscada al teléfono que protruye aproximadamente lo mismo que el módulo de cámaras y que, de hecho, ayudará a mantener el teléfono en equilibrio cuando lo dejéis boca-arriba sobre la mesa. No molesta, si vas a pasar de ella; pero es un movimiento atrevido que parece buscar al público más joven y que debería poder captar su atención con accesorios diversos como un tarjetero, un stand o un cordón para colgar el teléfono.
Damos la vuelta al teléfono y descubrimos un frontal plano, con un marco inferior ligeramente más notorio que los otros tres. Generalmente, que esos cuatro marcos sean iguales (como en el Nothing 2a, por ejemplo) tiene un precio y CMF ha preferido comprometer poco más de un milímetro en la parte inferior del teléfono para descontarlo en la etiqueta de precio. Si fuera algo preocupante os lo diríamos, pero usando el teléfono nos hemos olvidado de ello.
Dejando esa ligera falta de simetría a un lado, sorprende con un panel AMOLED de 6.67” y de alta calidad, con tasa de refresco de hasta 120Hz para una navegación fluida y con la opción de llevarlo a un refresco de 60Hz para los que busquen darle todo el margen a la batería.
El panel AMOLED es sorprendentemente brillante y no solo hablamos de algo por encima de lo que esperaría en un teléfono de esta gama, hablamos de tener un brillo equiparable al de un Samsung Galaxy S24+ y la misma nitidez y respuesta de color cuando buscamos un ángulo con la pantalla. La calidad de la pantalla es, posiblemente, una de las mayores y mejor recibidas sorpresas de este teléfono. Aquí tenéis una fotografía con ambos teléfonos con el brillo al máximo.
El rendimiento del teléfono depende un chip Mediatek 7300 que hace un buen trabajo. Es cierto que habrá situaciones puntuales en las que pueda parecer sufrir un poquito, pero casi siempre surgirán “buscándole las cosquillas” al teléfono. Si navegáis sin parar, abrís la cámara rápidamente y hacéis una foto, en ocasiones es posible que notéis un ligero “tartamudeo” en las animaciones o algo de “lag” al tomar la instantánea, pero no son cosas que ocurran a menudo. Por lo general y para un usuario normal, que no viva de videojuegos o de apps profesionales especialmente demandantes, es un teléfono que no os hará echar de menos un procesador mejor.
El último de los grandes pilares fundamentales de la tecnología de bolsillo es la fotografía y es un apartado delicado porque, viendo lo poco que hemos sufrido poniendo a prueba este teléfono y teniendo en cuenta el precio de la etiqueta, es de esperar que la fotografía no sea otro punto fuerte. Como decíamos al principio, CMF by Nothing toma la decisión acertada y no se pierde aparentando. Pese a que el módulo de cámara parece dar cobijo a dos ópticas, en realidad solo hay una cámara en este teléfono, concretamente un sensor Sony de 50MP. La otra aparente óptica es en realidad un sensor de profundidad que ayudará a hacer cálculos al teléfono para el modo retrato y alguna que otra función específica.
En condiciones de luz natural o simplemente de iluminación favorable, la cámara funciona de maravilla. De nuevo, podemos intentar verle las costuras al teléfono llevando la cámara a escenarios menos fáciles, como por ejemplo un contraluz potente. A la hora de tomar la fotografía veremos que el Mediatek 7300 no tiene la capacidad de anticipar el resultado final de la foto y si marcamos un sujeto en primer plano menos iluminado como foco, el resto de la escena parecerá quedar fuertemente quemada. Cuando tomamos la foto, tras unos segundos de procesamiento, el teléfono hará su magia y devolverá la escena con una iluminación uniforme. En este caso, sí notamos que hacer una foto nos tomará algo más de tiempo y esa sensación de intriga añadida que añade los límites del teléfono a la hora de procesar la imagen. Con todo, el resultado nos ha parecido más que correcto y el modo retrato ha sabido hacer buen uso de ese sensor para separar al sujeto del escenario correctamente.
El video nos permite capturar 4k a 30 frames o 1080 frames a 30 y 60 frames. Además, añade un modo de cámara lenta que graba a 120 frames por segundo, también en resolución 1080p. En todos los escenarios el video ha respondido muy bien y manteniendo el foco en tiempo real en el sujeto sin problemas.
Sinceramente, con un móvil de poco más de 200 euros sobre la mesa, lo que nos parece raro es que haga tantas cosas bien. ¿Nos gustaría poder ver la foto final en tiempo real cuando disparamos un contraluz potente? Sí, claro. ¿Nos gusta que haya un ligero retardo entre el momento en el que pulsamos el botón y en el que se toma la foto? Pues, hombre, preferiríamos que no lo hubiera. Pero, ¿Esperábamos que un móvil de este precio capturara imágenes dignas de impresión y marco? ¿o que el modo retrato resolviera el desenfoque entre sujeto y escenario de forma tan efectiva? ¿O que el video tuviera tanta calidad? Pues, tampoco.
De nuevo, tenemos que recordar que estamos analizado un teléfono muy económico. Todo lo que pongamos a prueba en esta máquina debe tener siempre en cuenta ese dato. En este caso, diremos que la cámara con luz natural, ya sea uniforme o con zonas de contraste potentes, funciona de maravilla.
Cualquier compromiso que encuentres en el Phone 1 de CMF quedará absolutamente eclipsado por el precio que marca su etiqueta. En ocasiones son los mismos compromisos que encontramos en teléfonos de 600 euros; la fortuna aquí es que CMF ha resuelto el diseño con un material mucho más barato y se ha llevado el terminal a un rango de precios casi irreal para el producto que proponen.
Sumad a todo lo hablado una batería de 5000 mAh, carga rápida de 33W (un 50% de la carga en 20 minutos) y certificado IP52 contra agua y polvo, y tendréis un teléfono que veréis perfecto para el 80% de las personas en las que penséis. Quizás la única verdadera preocupación sea que CMF ha comunicado que este Phone 1 tendrá dos años de actualizaciones de Android y tres años de actualizaciones de seguridad. Esto, por supuesto, no quiere decir que el teléfono se vaya a apagar el día que cumpla tres años, pero poco a poco podría haber aplicaciones que exijan cierta versión de Android o el sistema podría quedar algo “expuesto” en términos de seguridad, lo que quizás apura algo más de lo que quisiéramos la estimación de vida útil del teléfono.
Dicho esto, también intentamos pensar en alguien (conocidos, familiares, amigos) que haya aguantado un teléfono cuatro años en el panorama actual y nos cuesta bastante dar con aquel que no haya actualizado antes su terminal. Esto, sumado al precio que se paga por el Phone 1, todavía pondría más en bandeja caer como víctimas del agitado upgrade tecnológico que todo el mundo busca hoy en día. Por esa razón, nos parece una falta “menos grave”.
Este Phone 1 de CMF es un teléfono adecuado para muchísima gente. Lo fácil es decir que sólo aquellos que vivan de la fotografía y de sus distintas ópticas, como grandes angulares y teleobjetivos, no pasarán su mejor rato con él. También tendrán problemas aquellos que disfrutan sacando el teléfono y hablando de su superficie de cristal o del Titanio utilizado en su construcción, que verán que no pueden hablar de “los mejores materiales”. Sin embargo, todo aquel usuario que quiera un teléfono que no de problemas, con un sistema operativo limpio y funcional como es Nothing OS, una navegación fluida, buen comportamiento en el entorno multimedia en una pantalla de primer nivel y un diseño espectacular que convierte el hándicap de los materiales en una virtud en la construcción, creando un agarre cómodo, suave y una forma de personalizar el teléfono que además propone una solución tan fácil para una caída como “cambiar la parte trasera”.
Este Phone 1 es una llamada de atención no sólo para aquellos que buscan comprar un teléfono barato sino también para los que ponían un tope en su presupuesto de compra para un terminal, que se darán cuenta de que ese tope todavía puede bajar. CMF Nothing demuestra que gastar más de 239 euros en un teléfono es innecesario. No es absurdo, porque los lujos están para todo el que quiera y pueda pagarlos, pero por poco más de 200 euros tienes un teléfono que no te recordará jamás que podrías haber gastado un poquito más.
CMF Phone 1 está disponible en dos configuraciones: 8GB + 128GB por €239 y 8GB + 256GB por €269. Los accesorios del CMF Phone 1 se comprarán por separado; 35 euros cada carcasa (negro, naranja, verde claro, azul), y 25 euros cada uno de los otros: soporte, cordón para el cuello y tarjetero.