Sen Senra lleva a Aitana a la primera jornada del BBK Live, aunque no de una manera presencial
Massive Attack, Air o The Prodigy abren el Festival en Kobetamendi
Después de los conciertos de día del BBK Live con Alba Reche, que, sin apenas dormir, llegaba desde París donde abría el concierto de Mon Laferte la noche anterior y Martin Urrutia dando su primer concierto en solitario, llegaba el momento de subir a Kobetamendi y disfrutar de uno de los entornos naturales más apreciados de un festival de música en nuestro país.
En lo alto de la montaña, con la agradable brisa después de un día caluroso, era momento de disfrutar de una variada apuesta encabezada por dos grandes clásicos: Air, Massive Attack y The Prodigy. Comenzaba un largo fin de semana con más de cien artistas en siete escenarios diferentes.
Entre los que participaban de la jornada inaugural estaban El buen hijo que horas antes habían acompañado a Martin en su histórico primer concierto. Queraltz Lahoz que movía a todos con su flow y cantaba un tema inédito de su próximo disco. Jimena Amarillo, que demostraba por qué está considerada como uno de los nuevos referentes de la escena pop o Shinova que demostraban una vez más su buen hacer y solvencia sobre un escenario.
Sen Senra y su pop diferente
Además, con La Velada del año IV en la mira, Barry B y Diego Ibáñez (Carolina Durante) se subieron a un ring para presentar el que tema que lanzaban esta misma noche: Yo pensaba que me había tocado Dios. Era la transición para Sen Senra que nos traía a Aitana al festival, aunque no de manera presencial. Su voz sonaba en Hermosa casualidad, uno de los temas que más corearon sus seguidores, que eran muchos.
Con un obelisco de más de diez metros de altura en el escenario, repasaba temas como No quiero ser un cantante, Uno de eses gatos o Ya no te hago falta. Si salía al escenario con una toalla negra en la cabeza y gafas de sol, poco a poco se iba desprendiendo de ellos y no era la única transformación ya que, si al principio parecía metido en su propio universo del que iba disfrutando a su rollo, poco a poco se iba acercando hasta el público hasta el punto de bajarse, incluso, del escenario para cantar a su lado.
El blanco lunar de Air
Air se encuentra de gira celebrando los 25 años de su álbum debut, Moon Safari. Es el que desplegaban en Kobetamendi con una puesta en escena casi lunar que les situaba en una caja rectangular con sugerentes proyecciones que ayudaban a crear esa atmósfera down tempo que les caracteriza. Hasta el dúo iba vestido de blanco y se hacía acompañar, tan solo, por un batería.
Viajaban por las míticas canciones pioneras de la electrónica con éxitos como Sexy Boy, Kelly Watch the Stars o La femme d'argent. Pero también daban cabida a éxitos de otros álbumes y nos permitía disfrutar de canciones como Le voyage de Pénélope, o la versión instrumental de Playground Love que nos sumergió de lleno en aquella mítica Vírgenes suicidas de Sofía Coppola.
La oscuridad de Massive Attack
Massive Attack protagonizaba uno de los conciertos más políticos que se recuerdan en la historia del festival. La banda siempre ha hecho gala de su militancia y desde que empezó a sonar Risingsong quedó claro que en estos cinco años que llevaban sin pasar por nuestro país, nada había cambiado a ese respecto. Y sí, estaba vez tocaron para disfrute de todos aquellos que han hecho del trip hop su banda sonora.
Más allá de lo musical, destacaban los impactantes visuales con un fuerte posicionamiento anticapitalista y militancia a favor de Ucrania y Gaza con imágenes de líderes como Putin o Netanyahu y constantes preguntas filosóficas que seguramente no muchos se pararon a plantearse esta noche. Eslóganes que, en su gran mayoría, habían sido traducidos al euskera.
No faltaban el rasta Horace Andy que les acompaña desde los primeros discos que interpretaba temas como Hymn of the Big Wheel o Angel y la voz angelical de Liz Fraser, de Cocteau Twins que traía a Bilbao la versión de Song to the Siren, de Tim Buckley, con ese olor a perfume por los anuncios en los que hemos podido escucharla. Y ponía a todo el público en éxtasis cuando cantaba Teardrop. Además, Deborah Miller nos hacía bailar con temas como Unfinished Sympathy.
El dúo de Bristol se mantenía distante, sin pronunciar palabra alguna en español y portando emblemas propalestinos como un brazalete y una kufiya.
Más festiva fue la aparición de The Prodigy a eso de las dos de la mañana, cuando el cansancio empezaba a asomar después de una larga jornada. Liam Howlett y compañía daban el chute de energía necesario para continuar con la fiesta como si una rave se hubiera apoderado del monte.
Ahora toca reponer fuerzas para la segunda jornada con Grace Jones o Underworld como cabezas de cartel y conciertos de artistas como María José Llergo, Albert Pla, Samantha Hudson o Ralphie Choo.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...