Este podría ser el primer parque nacional marino de España

El Mar de las Calmas, en la isla del Hierro, cuenta con una biodiversidad única.

Un ejemplar de chernia marrón​​ (Epinephelus marginatus) en la zona de El Bajón, en El Hierro. / Manex Catalapiedra

La declaración de un lugar como parque nacional es esencial para su conservación y buena salud medioambiental. España cuenta con 16 de estos espacios, distribuidos por toda la geografía. Lugares tan diferentes entre sí como los Picos de Europa, Doñana, el Teide o las Tablas de Daimiel. Pero todos ellos tienen algo en común: están en tierra.

Eso podría tener los días contados. El Consejo de Ministros ha aprobado una propuesta para proteger el Mar de las Calmas, ubicado en la isla canaria de El Hierro. La zona se sitúa frente a La Restinga, el núcleo de población más meridional de España, de apenas 500 habitantes, y es conocida como El Bajón.

El Mar de las Calmas, visto desde La Restinga.

El Mar de las Calmas, visto desde La Restinga. / Marc Volk

En el lugar, dominado por cuevas, túneles y picos de origen volcánico, habitan toda clase de especies de corales, así como algas y esponjas. Además, sus aguas son una zona habitual de paso de grandes animales marinos, como cachalotes y tiburones ballena, y en ellas vive una importante comunidad de zifios, un singular cetáceo similar al delfín.

Partidarios… y detractores

A partir de ahora, la intención de que el Mar de las Calmas se convierta en parque nacional tiene que plasmarse en una ley, que después habrá de ser ratificada por las Cortes. Todo ese proceso podría alargarse aproximadamente un año, dependiendo de los obstáculos que encuentre por el camino. Pero podría ser incluso más: el último parque nacional que se aprobó en España, el de la Sierra de las Nieves (Málaga) tardó más de tres años en hacerse realidad.

Pescadores y submarinistas temen que la declaración afecte a su actividad

Lo cierto es que, pese a que la declaración de parque nacional es una reivindicación histórica de los colectivos ecologistas, también tiene sus detractores. Especialmente entre los aficionados a la pesca deportiva y algunos clubes de submarinismo, una actividad muy presente en la zona, que temen que la nueva consideración legal de la zona perjudique su modo de vida al traducirse en restricciones.

Pese a que el lugar fue declarado reserva marina en 1996, la pesca con métodos tradicionales se ha seguido practicando. Eso sí: si pasara de reserva a parque nacional el tamaño cambiaría, y mucho: pasaría de las 750 hectáreas que ocupa actualmente la reserva a unas 24.000.

El Ministerio para la Transición Ecológica es consciente de las suspicacias que levanta el proyecto entre algunos de los actores implicados. En una nota de prensa, el organismo dirigido por Teresa Ribera ha asegurado que la categoría de Parque Nacional no sólo protege la "extraordinaria biodiversidad de la zona", sino que también contempla, "de una manera acorde con su importancia, a los residentes locales y titulares de derechos con la visión económica necesaria y esencial para conseguir la integración y aceptación del parque nacional en su entorno".