A todos los imbéciles de los que me enomoré: Sabrina Carpenter manda una carta de (des)amor a los chicos malos en 'Short n’Sweet'

Analizamos el disco de la estrella estadounidense: doce canciones donde reflexiona sobre las relaciones y el amor

Sabrina Carpenter en 'Short N' Sweet'

Sabrina Carpenter en Short N’ Sweet está divertida, está graciosa…¡está bien que lo haga! Aunque sea su sexto álbum de estudio (se dice poco), este nuevo trabajo de la estadounidense tiene cierto sabor a debut. Y es que, aunque la artista a sus 25 años lleve más años cotizados en la música que Karina, este álbum es la presentación al mundo tras el imparable éxito de sus dos últimos singles: Espresso y Please Please Please. Y sinceramente, Sabrina ha venido con todos los deberes hechos con Short N’ Sweet.

Sabe perfectamente lo que quiere el público de ella, lo explota y lo lleva al máximo exponente. Porque sí, Short N’ Sweet es una versión extendida de los dos registros que hemos visto en sus dos últimos hits. Y no lo digo como una crítica, al contrario, ¿por qué no repetir la fórmula que tan bien la ha funcionado?

Sabrina Carpenter no quiere ser la nueva Sweet Heart americana. En Estados Unidos pegas una patada y te salen cien. La cantante viene a presentarse como la vecina de al lado, la Regina George que saca las uñas por sus amigas, pero que no tiene miedo de reconocer en voz alta que está enamorada hasta las trancas del primer Hache de turno que aparece en su vida (espero que hayáis pillado esta referencia a Tres Metros Sobre el cielo). Porque, aunque no estemos orgullosos, por desgracia, los chicos malos siguen haciendo estragos en nuestras vida. Y Sabrina Carpenter ha venido a poner banda sonora a este fenómeno.

Lo hace a través de un pop divertido y fácil donde los versos juegan todo el rato con los dobles sentidos y las bromas. Los letras de Short N’ Sweet nos trasladan a aquella Katy Perry de principios de los 2000’s que se reía de un chico porque cambiaba más de opinión que ella de ropa.

Por ejemplo, en Dumb & Poetic, ironiza sobre esos chicos que te hacen mensplaining gracias a los libros de autoayuda que han leído y que van de intelectuales. Este sentido del humor también lo vemos en Juno, una canción cuyo título va por el embarazo de la película homónima. La artista, a través de un tema pop, le pide a su pareja que “le haga un Juno”. Vamos, que le haga el amor.

La lista de canciones dedicadas a chicos malos continúa. Desde ese tema country que se marca con Slim Pickins, donde la artista hace referencia a una expresión sureña que quiere decir “conformarse con los restos” al ver que no llega ningún hombre decente a su vida; hasta ese Sharpest Tool, que podría funcionar perfectamente como la continuación de Please Please Please: cuando el chico malo ya le ha hecho daño.

Esta narrativa también la vemos en el tema de Lie to Girls, donde Sabrina reconoce estar perdidamente enamorada de este chico incorrecto. Y a estas alturas del disco reconocemos que ya no sabemos si se refiere solo a un chico en concreto o al mismo perfil de hombre. . ¿Qué le vamos a hacer? Son cosas que pasan, la vida es así, no la he inventado yo.

Sabrina también tontea con el Rock N’ Roll en este nuevo trabajo. Lo hace en la canción de Coincidence, uno de los temas más movidos del disco, junto a Taste, que no nos haya que lo haya escogido como lead single. Y es que tiene todos los ingredientes para convertirse en el próximo hit de la artista: un estribillo pegadizo, una letra divertida y un videoclip que viene dispuesto a dar que hablar.

Pero no todo va a ser hablar de chicos malos. Bueno, si no metemos al actor Barry Keoghan (su actual pareja) dentro de este saco. Y es que la artista le dedica una canción al actor irlandés: Bed Chem. Un tema R&B donde la cantante habla de cómo se conocieron, cuando ella llevaba un vestido transparente y se chocaron sin querer. Además menciona su acento irlandés.

Barry Keoghan y Sabrina Carpenter en la postparty de Vanity Fair

Barry Keoghan y Sabrina Carpenter en la postparty de Vanity Fair / Dave Benett/VF24

Sin lugar a dudas, Sabrina Carpenter nos ha cautivado con esta oda a los chicos malos. Y es que hacía tiempo que una artista no se lo pasaba tan bien siendo políticamente incorrecta en un disco cien por cien pop. Porque Sabrina no ha venido a hablarnos de amor, sino a poner banda sonora a nuestras malas decisiones. Bravo.

Alberto Palao

Periodista musical. Me gusta comer burritos y...