Valeria Ros contesta al aluvión de críticas por su sección en ‘La Revuelta’: “Es interesante ver el odio que genero”

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A estas alturas nadie puede dudar que La Revuelta se ha convertido en el fenómeno televisivo del momento. David Broncano ha logrado arrebatarle el trono del Access Prime Time a Pablo Motos y su programa va subiendo como la espuma con unos invitados que no son los que veríamos divirtiéndose con hormigas como el cirujano Diego González Rivas que fue el protagonista del miércoles.

Pero luego hay momentos que no aplaude tanto el público y uno de ellos fue la intervención el mismo día de Valeria Ros, la humorista que fue despedida de Atresmedia porque no veían que pudiera compatibilizar Zapeando con La Revuelta.

Valeria Ros en defensa del haiku

Entro al programa dando pie a hablar de monjas y sacerdotes y en seguida los espectadores le pidieron que contara un chiste. “Soy más de hablar y tampoco tengo tanta gracia”, dijo. Y ahí, seguro que muchos le dieron la razón. Aun así, se lanzó.

“Amor, ¿tú me la chupas?…”, comenzó su chiste. Y Broncano no tardó en pararla recordando que estaban en TVE. “Salvo que quien lo esté diciendo sea Lope de Vega”, puntualizó Ricardo Castella. A otra cosa, que ella, en realidad, aseguraba que se había propuesto hacer activismo y todo a raíz de una noticia que leyó: “El cambio climático va a hacer que desaparezcan los haikus”.

Con eso, o levantándose la falda, esperaba remontar su sección. Aseguraba que lo único que le gustaba de Japón son los haikus. No dudó en llevar algunos al teatro: “Quietud: los cantos de las cigarras penetran en las rocas”, de Matsuo Basho. Explicaba que los haikus nos llevan a una estación, pero que con el cambio climático ya no existen.

“Nos pasa a nosotros. Escuchamos a Karol G en una boda de marzo: Empezó el veranoooo”, ponía como ejemplo, “es marzo, da igual”.

Siguió con un segundo haiku: “Planta un árbol. Los polos derretidos. Save the haiku”. Y daba la vuelta al cartel donde lo llevaba escrito y veíamos la foto de alguien defecando.

Críticas a Valeria

Veía que el público no reaccionaba a sus haikus y lo achacaba a que no interesa el planeta y a que lo único que vale es enseñar las tetas. Hizo el amago, pero no cruzó ese límite. Eso sí, terminó cogiendo un cubo de pintura verde que acabó mal repartida por el escenario mientras gritaba “libertad al haiku, reciclad coj*nes”.

Y claro, semejante intervención no convenció a la mayoría de la gente que estaba viendo el programa que no tardaron en criticarla en redes sociales.

La respuesta de Valeria

Ella misma quiso contestar a todo este aluvión asegurando que “yo me he visto bien”. Pero non se quedaba ahí. “Es interesante ver el odio que genero. He tenido tres minutos con una sección de 10’. Me lo he pasado bien remando. Y me asombra lo poco que me importa el hate desmesurado porque lo único que tengo claro es que soy una tía bastante graciosa”, añadía.

Veremos qué pasa el próximo día que pase por el programa.

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