Especial
Leo Rizzi preparado para lanzar, ‘Pájaro azul’, su álbum debut: “Cuando pase un tiempo diré, wow, quizás me abrí demasiado”
Desvela los detalles de su disco y habla de Operación Triunfo o Ralphie Choo
Hace tres años empezamos a escuchar a un chico que llamaba la atención por su imagen andrógina, su personal voz con un falsete que enamora y una canción que se había viralizado en Tik Tok, Amapolas. Leo Rizzi llegaba para abrirse un hueco en la escena con una propuesta que no pasaba desapercibida.
Desde entonces hemos seguido con interés cada paso que daba que incluía colaboraciones con artistas como Pablo Alborán, Recycled J, Reik o Danny Ocean, entre muchos otros. Canciones que nos iban conquistando, pero que no seguían ninguna homogeneidad.
Ahora, presenta, por fin, su álbum debut: Pájaro Azul. Inspirado en un cuento de Rubén Darío, ya nos deja claro que lo suyo no es lo normal. ¿Cuántos chicos de su edad pensarían en el poeta antes que en la red social?
Tenemos mucho que descubrir todavía de este uruguayo que creció en su país, vivió su adolescencia en Ibiza y estudió Bellas Artes en Valencia. Ahora vive en Madrid y ha cerrado un ciclo para comentar otro que le augura buenas cosas por mucho que en Operación Triunfo no supieran valorar su potencial cuando se presentó a los castings hace ya unos años.
Hace tres años hablamos por primera vez y desde entonces has lanzado muchas canciones y colaboraciones y, sin embargo, no hemos hablado de disco hasta ahora… ¿se te ha hecho largo?
Han pasado muchas cosas, creo que ha sido un proceso de ir trabajando y luego ha salido el disco. Como han pasado conciertos, giras y muchos viajes, el tiempo se acorta cortísimo y el tiempo se ha pasado encima desde ese momento en el que dijimos que vamos a hacer álbum. Yo dije, en tres meses lo tenemos y han pasado dos años.
¿Qué supone para ti tener un disco en la calle?
Para mí significa un montón porque al final es fruto de un trabajo coherente, de ponerte a ti mismo un reto. Era un reto necesario porque hacer un disco no es como ponerte a hacer canciones o sacar singles, es algo muy diferente. Es sentarte contigo mismo, escuchar mucha música, definir un sonido, un concepto y un mensaje y trabajar en esa línea. Hoy en día como trabajas con tanta gente, productores y artistas, al final, mantenerse en un camino es muy complicado y ese ha sido el reto más grande. Por fin verlo, y ver la portada, las canciones es un orgullo tremendo, es como un hijo, la verdad.
Si preguntáramos a chavales de tu edad por el pájaro azul, en seguida pensarían en twitter, los menos, dirían Rubén Darío, ¿cómo entró en tu vida?
Fue gracias a una amiga, Elsa Moreno, una poeta increíble y me mandó este cuento hace un año y medio, justo antes de que cambiara el logo de twitter, que para mí fue un alivio. Me lo leí, indagué un poco más porque tiene el pájaro azul como simbología en muchos de sus poemas y cuentos y te das cuenta de que es un símbolo muy especial. Se siente muy poderoso.
La portada del disco nos ofrece un pájaro más bien blanco.
Ahí de repente las alas y encarnar esa ave y ese vuelo y convertirme en él por un momento para contarle al mundo de donde viene todo esto.
¿Cuáles dirías que son tus alas a día de hoy?
Mi gente, sobre todo, mis lugares favoritos de mundo, Uruguay, Valencia, mi casa, mi familia y la música, sobre todo. Yo creo que el refugio más grande que tengo es sentarme en el estudio y componer, eso es lo que más alas me da.
¿Y qué significado tiene para ti el color azul?
El azul es un color que transmite paz. Cuando hablas de canciones, en el disco hay una que se llama Revolución azul que es algo potente, pero con la calma siempre. La calma siempre ha significado mucho para mí, la necesito muchas veces y siento que desde la paz se toman buenas decisiones. Creo que es necesaria la rabia, que es el color rojo, pero el azul siempre trae un poco de pies en la tierra y tomar buenas decisiones.
¿De pies en la tierra o de echar el vuelo?
Ambas cosas, en su debido tiempo, están bien. Mucha tierra, muchas veces, no te permite evolucionar y creer que no puedes volar también creo que es una cosa que te limita, así que, creo que los pies en la tierra, por supuesto, pero volar mucho, también.
Tú has volado mucho en estos últimos años. Vivías en Valencia y estudiabas Bellas Artes, ¿qué ha cambiado de todo eso?
Conseguí cerrar ese ciclo un poco y volar de ese lugar también, ahora estoy en Madrid. Como que siento que se han cerrado muchos ciclos y me he hecho un poco más dueño de mi vida también, en todos los sentidos. Este álbum, la propuesta en mi vida, decidir dónde quiero vivir, muchas cosas han cambiado, pero pude cerrar ese ciclo. No fue eso de lo dejo todo porque me está yendo bien la música, sino que decidí cerrar aquel momento con Bellas Artes y estoy muy feliz con eso. Me gradué por fin.
Explicas el concepto y mensaje detrás de cada canción, ¿cuál es el que no te gustaría que pasara desapercibido?
Hay en todas como cosas bastante vulnerables. En Algo especial, que hablo de la identidad y todo lo que supone ser de dos países y pertenecer a dos culturas diferentes, creo que ahí se abren dos melones interesantes. En Invierno, también hablo de cosas muy personales que es una canción que no ha salido todavía. En Claridad, también. Hay matices personales en todos lados, relacionados con la industria musical y también con el amor romántico. Doy esta especie de comparativa entre estas dos cosas, que me parece que tienen como algo de semejanza y no sé, siempre desde el punto de vista personal. Cuando pase un tiempo diré, wow, quizás me abrí demasiado.
Y en esta parte de industria musical, ¿en qué punto te sitúas ahora?
Encontrando un poco mi forma de estar. Creo que la industria tiene su forma de funcionar, pero creo que, como personas, no solo como productos tenemos que saber qué lugar tenemos en ella y de alguna forma entender nuestra naturaleza y de qué manera nos fusionamos con ese funcionamiento. Lo que he aprendido es a que estoy yo primero que una fórmula y eso para mí es lo esencial, que lo estoy encontrando, quizás, pero es la manera, encontrar un espacio seguro donde uno se pueda anclar para trabajar, sobre todo, porque lo primero de todo es la música y luego la farándula, pero lo primero de todo es la música. Creo que muchas veces, uno se confunde al entrar y acaba dándole más peso a todo lo que lo mueve de cara a los demás, pero creo que la forma de estar es teniendo un espacio seguro donde puedas componer y puedas expresar lo realmente importante que es tu arte y tu música.
¿Tú te has sentido perdido en algún momento durante estos años?
Sí, sí, sí, por supuesto. Creo que es el camino natural. Uno entra super inocente a este lugar y poco a poco te vas encontrando. Yo creo que estoy en pleno proceso y me voy a perder cien veces más. Pero sí que sentí en un principio que entraba en una cosa en la que tenía que encajar de la forma cualquiera, dejando atrás cualquier ápice personal y creo que eso es un error a la hora de componer en un estudio, a la hora de hacer una entrevista, a la hora de lo que sea, creo que ahí se nota mucho. Y cuando me veo al principio me veo inocente y con muchas ganas, pero con mucha falta de experiencia.
El otro día Dani Fernández explicaba que se siente artista bisagra porque está en medio del mainstream y del ámbito que tradicionalmente se ha considerado más alternativo, ¿tú tiras más hacia alguno de los dos lados?
Este disco creo que también es un poco bisagra porque tiene un espectro grande, desde algo más mainstream hasta cosas más rock. Hay baterías que jamás meterías en una canción mainstream o guitarras, cosas así. La verdad es que no sé en qué punto estoy de esa métrica, pero creo que hoy en día no planteo el mainstream como algo que meta en el estudio cuando estoy componiendo. No me pongo a mirar lo que está en tendencia para componer, así que, tampoco creo que tenga mucho eso.
Llegas con nuevas colaboraciones, pero antes ya habías cantado con gente tan dispar como Pablo Alborán, Recycled J, Pablo Rouss, Raphael, Reik… ¿te sientes querido o te sientes el chico de moda?
Hostia, qué bueno. Yo creo que en todas las colaboraciones he sentido un respeto de un acercamiento a mí porque les gusta mi música, entonces creo que, por lo menos en lo personal hay ahí esa admiración mutua en esas colaboraciones. Siempre intento que sean así, cuando no fluyen en ese sentido, no me gusta continuar esas sesiones porque no tienen sentido, ¿sabes? Todas son desde el respeto y la admiración. Ya lo que digan por ahí no lo sé.
¿Has dejado de ser el chico de Amapolas?
Creo que siempre lo seré en parte, pero no es una cosa que me pese, todo lo contrario. Es una canción que amo, amo esa canción, pero vendrán más éxitos. Amapolas y los que sean, Pájaro Azul y todo eso.
Menos mal que a ti OT te dijo que no entrabas, ¿no?
Sí, supongo, la verdad, siento que eso, son caminos muy diferentes y el que me ha tocado lo agradezco profundamente.
Esta semana, el interés que despierta tu álbum debut, rivaliza con el que despierta Ralphie Choo por su colaboración con Rosalía, ¿le seguías la pista?
Es un artista que siempre ha estado como en el underground, ahora está saliendo a la luz más mainstream y es un artistazo, es buenísimo en lo que hace. Admiro mucho cómo mezcla este tema tradicional con la electrónica, la experimentación que tiene. Va con todo, no sé. Es fuerte.
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Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...