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Javier Pagalday (Meler) transforma su ruptura sentimental en una terapia para todos gracias a ‘Desde que existe el amor’
¿Sabrías definir lo que es el amor? El músico lo tiene claro
Muchos hemos bailado y cantando al ritmo de Meler y tenemos a sus tres componentes ubicados en la música. De hecho, este mismo viernes han lanzado nuevo tema, Mejor que ayer. Pero uno de ellos, Javier Pagalday, ha decidido salirse de su zona de confort para probar con otra de sus pasiones, la literatura.
Fue su propia ruptura sentimental y la necesidad de encontrar una forma de superarlo, lo que le inspiró para escribir Desde que existe el amor, una colección de relatos entrelazados entre sí que nos hablan de rupturas y nuevas oportunidades.
Sin duda, una buena lectura para todos los que se emocionen leyendo historias de amor de todo tipo –porque no solo son de pareja- y para los que sientan la necesidad de encontrar una tabla de salvación cuando en esto del amor no les van bien las cosas.
Pagalday tiene un carácter optimista por naturaleza y eso es lo que contagia este debut literario, una esperanza y optimismo necesario cuando las cosas del amor no funcionan en tu vida. Hemos hablado con él para conocer toda la historia de esta nueva aventura.
Te has recorrido Madrid con tu libro en mano, ¿alguna anécdota que contar?
Las anécdotas me las da mi hermano que es el que va grabando. No le apetece hacerlo, pero lo hace porque es mi hermano y me hace mucha gracia. Nos hemos puesto en pasillos a hablar bien del libro, pero no lo ha leído y me ha dejado claro que no lo va hacer nunca. Está vendiendo el libro en los pasillos, pero con pautas super genéricas, que no tienen nada que ver.
Primer libro, ¿se parece en algo a sacar un disco?
Es distinto. Con la música, cuando componemos con Meler, siempre vamos con una idea y hay que condensarla con la métrica. Lo que me ha gustado de la literatura es que en ese sentido es más libre y no te limita, escribes lo que piensas. Me ha gustado la libertad.
Desde que existe el amor. Eso es desde el origen del ser humano casi, ¿no?
Al final a la conclusión que llego en el libro es eso. Ahora, con lo que estamos viviendo ahora, se pone en duda. Pero, yo, que seré de los pocos optimistas que quedan veo cosas en mi día a día que digo, está ahí. Cuando te pones a escribir un libro sobre este tema, lo ves más. No todo el mundo, pero la mayoría tiene buenas intenciones, pequeños detalles que veo que digo, existe.
Cuéntame uno de esos detalles que te han ayudado a concluir que el amor de verdad existe.
Uno que me gustó muchísimo es lo que vi en una cafetería de Londres, porque me fui allí a escribir. Una hija con párrafos de libros de los que se había hecho pantallazos y se los leía a su padre. Paraban en las partes que le hacían reír. Este martes, para ellos, es su momento. Me acuerdo que le estaba leyendo un párrafo y los dos partidos de risa y eso me encantó. He visto muchas cosas y todas las anécdotas las pongo en el libro.
El amor es un atardecer en San Sebastián, ¿sigue siendo tu definición del amor?
Sí, sí, y no sabes lo motivado que estaba cuando me llegó eso. Estaba escribiendo en el Café de La Concha, tomándome un Negroni y estaba pensando la historia de la respuesta más simple para qué es el amor. Vi a la gente viendo al atardecer, haciendo fotos, abrazándose, y pensé, el amor es eso. Nadie está cuestionando por qué le gusta tanto, simplemente lo está disfrutando mientras dure.
Aun así, tú sitúas las historias en Nueva York, ¿por hacerlo más internacional?
Justo eso. El primero es en Nueva York. El segundo está siendo en Londres y el tercero quiero que sea en España. Mi idea es, y esto puede sonar un poco feo, cuando los dos vayan bien y sea un autor reconocido internacionalmente, pueda llevar España al mundo.
Por cierto, que en un momento dado se preguntan si en Italia tienen duchas en las casas y si se puede pedir comida a domicilio, ¿esa es la idea que crees que tienen los norteamericanos de nosotros?
La tengo confirmada. Yo viví en Miami y fui al colegio ahí y me hacían preguntas por ser europeo que no tenían ningún sentido. Me acuerdo que en la cafetería había unos paninis para hacer sándwiches y me preguntaron si teníamos paninis en España. Me preguntaban si conocíamos a Justin Bieber o Lady Gaga. Uno me preguntó si los españoles se duchaban en general después de un partido. Tienen un concepto que igual ha mejorado, pero cuando yo estuve era muy fuerte.
El tema de la media naranja siempre ha generado mucho debate. Tú parece que lo tienes claro.
Lo tengo claro porque no limito. Si lo limitas a un solo amor es complicado. Existen demasiadas casualidades como para pensar que en algún momento no vas a encontrar la tuya. No tienen que limitarse al amor, pueden ser amistades que duran toda la vida, o con tu hermano. Yo con mis hermanos me llevo muy bien y son como medias naranjas para mí. Con mi hermano pequeño tengo una conexión que ojalá dure toda la vida porque para mí es una alegría tenerle.
El formato de historias entrelazadas, ¿lo tuviste claro desde el principio?
Yo siempre quise escribir algo. Soy muy fan de Harry Potter y quería hacer algo de fantasía, pero nunca llegaba a solidificar una historia. Pasé una ruptura y al mes y medio, que todavía estaba de luto, me escribió una chica que a mí me gustaba para tomar algo. A mí me gustaba antes de conocer a la chica de la ruptura, pero tenía novio en ese momento, pero ya no. Una parte de mí que estaba de luto todavía decía que no quedara porque no estaba preparado para conocer a alguien. Pero la otra parte dijo, se han alineado los astros, ve, prueba y es tomar algo. Cuando fui a su quedada yo hablé todo el rato de mi ex y ella del suyo y me surgió un concepto: dos corazones rotos intentando sanar entre ellos. Es la primera vez que dije, esto daría para un libro, no para una canción. Hay un momento en la ruptura en la que tú tienes que sanar por tu cuenta. Intentar remediar el desamor buscando el falso amor nunca es el amor. Pero me sirvió como recordatorio de que hay alguien ahí fuera. El primer pensamiento en una ruptura es que no hay nadie como la persona con la que acabas de romper. Y escribí la historia de Liam y Michelle. Me gustó tanto el final de ese capítulo que hablé con mi padre y le dije que me gustaba mucho esa idea de que a veces solo hace falta un recordatorio de que hay gente ahí afuera. Mi padre me dio la idea de hacer relatos cortos con un mismo nexo de tipos de ruptura, que todos acaben feliz y conectarlos entre ellos.
No solo es amor entre personas, también reflejas el amor hacia un animal.
La historia de Mi mejor amiga surge porque mi perro nunca va a por la pelota, se me queda mirando. Y pensé, me molaría crear la historia de un perro que ha tenido el trauma de que le tiraron la pelota y le abandonaron y por eso ahora, con su nuevo dueño, nunca va a por la pelota. Me salió fácil, pero lloré a muerte mientras lo escribía. Y el final, cuando el perro siente dolor y le da vergüenza y baja las escaleras eso es la historia de un amigo que me contó.
Para un beso, ¿Thinking out loud de Ed Sheeran?
Sí, es mi artista favorito. Yo empecé en la música por él y me gusta mucho su manera de componer y lo honesto que es. Luego le ves en las entrevistas y lo que ves es lo que hay. Sabe limitar muy bien la privacidad y eso me encanta. Y quería meterle. Toda la gente de música que he metido son gente con la que estaba viciada y me hacía ilusión meterla. Carlos Ares, también.
¿Podrías hacer una canción de cada historia que has reflejado en este libro?
Hay una cosa que no he hecho y me ha dado rabia y lo quiero hacer, para el segundo también. A mí hay una cosa de Harry Potter es que tú sacas ese cartel y dentro está Hogwarts, es como que está metido en la realidad. Lo que quería hacer en el relato de Connor O’Connor, que se mencionan canciones de Connor O’Connor es que fueran canciones compuestas de verdad. Me tengo que poner con eso y sacarlas en plataformas como canciones de Connor O’Connor, como una persona que existe. He compuesto dos temas y quiero hacer un EP de cinco. En la segunda novela que se habla de una banda, quiero hacer el repertorio de esa banda.
Según tus compañeros de grupo eres el que más lee, pero también el que más liga, así que, tendrás muchas historias de amor que te habrán servido de inspiración, ¿no?
Con Meler también vivimos cosas que dan para escribir muchísimo y ellos me han apoyado mucho.
¿Alguno de los relatos está inspirado en alguna historia de ellos?
La última, de la música, lo escribí en un momento en el que me estaba preguntando por qué estoy haciendo esto. Tiene sus sacrificios que la gente no ve y te llega esa pregunta de cuál es mi propósito con esto y si realmente estoy diciendo lo que quiero decir. El relato de Connor O’Connor va un poco de eso, de si estoy vendiendo la música que yo quiero. Me acuerdo que fui a un micro abierto y vi a la gente ahí con tanta emoción, mostrando sus canciones. Gente que no se dedica a eso y es su momento para demostrar ese pedacito de ellos. La emoción esa no hay que perderla nunca, que no se automatice porque lo acabas viendo como un trabajo. Connor O’Connor fue terapia de música. Voy a hacer música que es verdad para mí y así seguramente será verdad para alguien más. Llegamos a esa conclusión también para Meler y desde enero hemos hecho música que lo escuche uno o lo escuchen mil y que suene o no suene en determinados sitios. Queremos hacer música con la que estemos contentos y que nos refleje.
Al final es esa idea que la música tiene que tener verdad para que otros puedan conectar con ella. ¿Vosotros habéis caído en el error, alguna vez, de no hacerlo así?
Hace tiempo, sí. Te puedes ver metido en el mundo de los números. Al final, tú te quieres dedicar a esto y te encanta y llega un punto en el que dices, para dedicarme a esto tengo que ser escuchado. Ahí es cuando puedes caer en un círculo vicioso. El más gracioso es el que intenta no ser gracioso. Llegué a esa conclusión. ¿Qué me gusta escuchar a mí y por qué? ¿Por qué escucho a Carlos Ares? Porque lo veo auténtico. ¿Por qué escucho a Valentina Rico? Porque la veo auténtica.
Un músico que accede a la fama y se ve atrapado por los múltiples compromisos, ¿desmitificando la vida de artista de éxito?
Es la exageración. Es una persona que lo está petando y es verdad que te salen muchos compromisos y es verdad que llega un punto, me he dado cuenta –salvando las distancias- que había que hacer siempre algo por un motivo y son todo compromisos, no lo haces porque te apetece. La escena que más me gusta de Connor O’Connor es cuando Rose le dice –enséñame una canción que te ha hecho tan famoso. Y él canta una canción totalmente automatizada y Rose dice que le ha gustado, pero le pide una canción que a él le hubiera gustado que le hubiera hecho famoso. Le cambia todo, nadie le ha hecho esa pregunta. Fue muy terapéutico.
También hay amor por la familia y ese momento en el que los hijos humanizan a sus padres que no tienen libro de instrucciones.
Llega un punto cuando estás entrando en la vida adulta que dices, mis padres me tuvieron con mi edad y cambia toda la filosofía porque caes en que ya eres un adulto. Es como si yo ahora tuviese un hijo y con todos mis problemas tengo que lidiar también con la vida de otra persona y hacerle ver a esa persona que todo está bien a mi alrededor. Tengo que ponerme una capa y ser un super héroe y lo mismo no estás preparado para eso, pero es que nadie está preparado para eso. Todo el mundo está viviendo su etapa del momento por primera vez. Y de eso, como hijos, no nos damos cuenta. Como super héroes puede que tuvieran algún fleco, pero como seres humanos los vería impecables por todo lo que hicieron.
La historia de Liam y Michelle nos deja claro que hay cosas buenas que inevitablemente van a suceder en nuestra vida, ¿estás convencido de eso?
Creo que sí, creo que hay cosas buenas que, inevitablemente van a suceder en tu vida. Está predestinado. Tú te lo puedes trabajar, pero hay un día en tu vida que va a ser el mejor de tu vida que todavía no ha ocurrido y va a ocurrir. También se puede pensar de la parte contraria, pero yo me quedo con la parte positiva.
También hay reflexión sobre ese arrepentimiento de no expresar lo que sentimos.
Ocurre muchísimo y por eso surge mucho de ese relato sobre esas veces que para evitar cualquier tipo de ñoñería no lo dices, pero de vez en cuando viene bien. Como Prince, que un comentario positivo a una persona que no se lo espera, lo mismo le marca toda su vida. Tú le dices a una persona que le encanta su sonrisa y tú igual, a la semana te has olvidado, pero esa persona seguro que está mirando su sonrisa todas las mañanas. Creo que es importante decir lo que sentimos y llevarlo a la acción.
La historia de Prince y Cherry nos deja la esperanza de que seamos como seamos, siempre vamos a encontrar a alguien afín, ¿no?
El libro es muy optimista. Es lo que yo necesitaba escuchar en ese momento de ruptura, necesitaba cosas positivas. Si llego a hacer un libro de tipos de ruptura que acaban mal, me hundo, necesitaba algo alegre. Fue muy divertido de escribir Prince porque él y Cherry no tienen filtro y se veía que eran tal para cual. Puedes ser equivocado para mil personas, pero si eres el correcto para esa persona es lo que vale y Cherry se ve así.
Lo de que se llame Prince, ¿es un homenaje?
No lo hice por eso, pero será mi subconsciente porque estaba leyendo la biografía de Prince. Pensé en el mítico apodo de ‘mi príncipe’, ‘my prince’, de madre a hijo y dije, Lucas ‘Prince’ Miranda.
Era la primera ruptura que vivía y tenía muchas incógnitas, cómo se pasa de todo a nada y tienes que seguir con tu vida, cómo alguien a quién le contabas todo, de repente, no le puedes contar nada, ni las cosas buenas que te están pasando. Ni las malas.
Miedo a no superar una ruptura, ¿cuál es para ti la mejor forma de hacerlo?
El tiempo, no hay más. Es verdad que el contacto cero ayuda, sobre todo, en relaciones que no acaban por un hecho como ponerte los cuernos, si no que acaba porque no es el momento. Fui a Londres por las amigas de mis hermanas. Muchos personajes femeninos son por ellas. Me contaron lo de la lista de cosas negativas. Escribes de tu ex todas las cosas negativas que recuerdas y cada vez que le echas de menos lees la lista y se te pasa porque recuerdas por qué le has dejado. Una amiga de mi hermana iba a portal de su ex a esparcir perfume para que oliese a ella. Me parece brutal, tenía que meterlo.
Después de explorar el amor desde tantos puntos de vista: ¿has aprendido algo nuevo?
Mucho, para mí ha sido super terapéutico. Me plantaba preguntas que necesitaba responder en ese momento. Era la primera ruptura que vivía y tenía muchas incógnitas, cómo se pasa de todo a nada y tienes que seguir con tu vida, cómo alguien a quién le contabas todo, de repente, no le puedes contar nada, ni las cosas buenas que te están pasando. Ni las malas. Muchas cuestiones que tuve que plantearme por mi cuenta y lo aproveché para plantearme, de forma terapéutica, qué más cuestiones tenía y por eso metí lo de la música. He aprendido muchas cosas. Soy un tío que analiza mucho y aprendí a fluir más, a disfrutar del momento.
¿Cuál es tu relato?
Querido diario es mi proceso de ruptura, no hay más. Es el más personal. Literalmente dije, voy a escribir mi proceso de ruptura porque va a ser lo más fácil, escribir lo que he vivido. Estaba escribiéndolo a la vez que el de Liam y Michelle que, en un momento dado, dice que no se puede olvidar de un vestido verde. Al principio, por vergüenza, puse el vestido rojo porque a mí el que me gustaba era el verde, y dije, no, es muy obvio, y si lo lee ella en algún momento. Pero cuando estaba escribiendo Querido diario dije, tienes que escribir lo que estás sintiendo porque si no, no vale nada lo que estás escribiendo. Y volví y cambié el color del vestido.
¿No te ha llegado feedback de ella?
No, no creo que lo vaya a leer. No lo sé. Seguimos en contacto cero y me alegra lo que viva, yo creo que ella también se alegra de lo mío, pero se quedó ahí.
¿Y tus compañeros la han leído?
Han leído parte. Esos son los buenos colegas. El buen colega o el buen hermano es el que no lo lee. Pero me ayudaron mucho y me preguntan todos los días cómo está yendo. Pero no lo han leído.
Has empezado el segundo, ¿más amor?
No tiene nada que ver con este primero. Este es uno que siempre había pensado para una canción, pero la he estirado. Cuando Meler fue a cantar a Londres conocimos a un señor que fue músico en su momento y nos estaba ayudando con todo en la calle. Tendría 80 años y estaba motivadísimo. Se me acabó la pila de la guitarra y él fue a la tienda a comprarla. Estaba con nosotros viéndolo todo. Al final fuimos a hablar con él como agradecimiento y curiosidad y un detalle que me encantó es que tenía tatuajes y nos estaba explicando la historia de cada tatuaje. Y yo que no soy de tatuajes, me mola cuando representan tu vida. El segundo libro, que también tendrá amor, se basa en la historia de ese músico a través de sus tatuajes. Hay una parte de lecciones de vida que son más por mí que por el lector, conclusiones a las que llego yo. Me mola mucho mezclar los dos mundos. Estoy intentando crear una escena en la que esté Larry O’Connor, el padre de Connor O’Connor.
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Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...