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Miguel Ángel Muñoz se imagina un ‘Pekín Express’ con Dani Martín, Leiva o India Martínez: “Soy muy perro, siempre empatizando con su dolor, pero divirtiéndome”

Nos cuenta curiosidades de esta nueva aventura: De los huevos de feto de pato a los souvenirs que ha comprado o la canción que ha marcado la carrera

Miguel Ángel Muñoz, en 'Pekín Express' / Luis Miguel Gonzalez

Este domingo se ha estrenado la nueva edición de Pekín Express, 20 años después de su estreno. Y ha llegado con cambios, en primer lugar, el conductor de carrera que, en esta ocasión es Miguel Ángel Muñoz.

Ha dirigido por los 2500 kilómetros que han recorrido a través de Vietnam, Laos y Camboya a las siete parejas formadas por Octavi Pujadesy su hija Alicia; Canco Rodríguez y su amigo David Pulido; Álex de la Croix y Guille Camas; Alba Paul (antes de tener a su primera hija con Dulceida) y su cuñado, Álex Domenec; Gemma Mengual y su compañera de equipo Gisela Morón; Gonzalo Miró y su compañero del fútbol, Ángel Díaz y; Miriam Díaz Aroca y su hija María Washington.

Con un euro al día tendrán que ir superando etapas hasta llegar, finalmente, a los templos de Angkor. Hemos hablado con el actor para conocer el salseo de esta aventura.

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Vietnam, Laos y Camboya… eso suena idílico, ¿qué es lo que más has disfrutado de esta aventura?

Lo que más he disfrutado ha sido la aventura en sí que había un Pekín Express dentro de Pekín Express. Para mí, igual que para los demás concursantes, no conocía ninguno de los tres países. Soy muy aventurero, me encanta viajar. Ha sido un año a nivel personal, el pasado, que el cuerpo me pedía salir de la zona de confort y viajar y ver mundo, con la idea de irme a Australia un mes y, de repente, llega esta aventura profesional que atiende a una necesidad personal de seguir explorando lugares nuevos, estar conmigo en otros sitios y tenía ganas de conocer parte de Asia, que no he ido demasiado todavía. En parte me ha cambiado un poco la vida. Me siento muy agradecido y muy orgulloso de haber podido conducir este Pekín Express, haber sido este conductor de carrera. Agradecidísimo a la serie que estaba haciendo, La Moderna, porque me dejan hacer todo. Estaba haciendo la serie y me he ido a Pekín Express, luego he hecho la película de Futbolísimos a la vez y dirijo un documental, con lo cual les tengo que poner un piso por dejarme compaginarlo todo. Como ves, mi vida es un poco Pekín Express, hago muchas cosas a la vez y voy corriendo de un lado a otro.

Tenemos ese gen humano de disfrutar con el sufrimiento ajeno, y si es el de un famoso más, ¿tú cómo has llevado lo de verles sufrir desde tu comodidad de director de carrera?

Se lleva muy bien porque sufren y es muy divertido. Pero ojo, las 180 personas de equipo nos movemos en carrera a través de 2500 kilómetros. Yo me levantaba a las 3.30 o 4 de la mañana cada día para poder hacerme este moño que me hacían que a 45º de temperatura y 80% de humedad, no se moviera porque teníamos racord. Y me acostaba el último porque llegaba el primero, decía unas cosas, les daba la salida, me iba al punto donde les tenía que recibir, seguía haciendo contenido y así hasta el final cuando ya les mandaba a dormir, seguía haciendo alguna cosita, dormía y al día siguiente, el primero en pie. Con lo cual, nuestro Pekín Express era un poquito Pekín Estrés y hemos sufrido de otra manera. Sí es cierto que comíamos y dormíamos, pero no eran hoteles de cinco estrellas. Hemos dormido en 22 lugares diferentes en 30 días, de los cuales, un par estaban bastante bien, dos normales y el resto he dormido con chinches en la cama, con arañas y hasta con una rata. Dicho esto, no ha sido un paseo, pero a ellos les hemos puesto un montón de pruebas muy divertidas, por las cuales el director de carrera ha querido pasar. Yo quería hacer todo lo que hacían ellos.

Bueno, en este primer episodio te hemos visto comer bulut, huevos con fetos de pato, ¿eso estaba en el contrato?

No estaba en el contrato ni el guion, pero soy yo el que lo propone porque como director de carrera que me quería involucrar hasta la cocina y más allá. Me divierte más así y creo que para el espectador también es más divertido ver al presentador sufrir y porque así, cuando yo los recibía y se quejaban, yo les podía decir, fenomenal, yo también me lo he comido. Ahí se acababa la conversación. Creo que era importante pasar por ahí. Han sufrido un montón, pero es muy divertido. Yo les ponía en situaciones muy límites, siempre empatizando con cada uno de ellos y, en ningún caso, nada tremendamente extremo que pudiese correr riesgo su integridad física o mental. Pero sí que han tenido que tener mucha fortaleza física y mental para aguantar la aventura y me siento muy orgulloso de todos ellos.

¿Cuál es la pareja que más te ha sorprendido?

Es que son muy distintas, no tienen nada que ver. Si te digo de quién me he enamorado más, de Ángel, el compañero de Gonzalo (Miró), pero porque viene de otro planeta. Viene de una biblioteca, es bibliotecario, él decía que su vida es mandar callar a los niños y, de repente, se mete en una super producción donde le siguen con una cámara, buscándose la vida, con un euro al día, recorriendo tres países que no conoce, no hablando inglés. ha vivido una experiencia que ha sido tan bonito verla, cómo sufría, cómo se emocionaba, cómo lo ha disfrutado. Me quedo con Ángel, pero no con Ángel y Gonzalo, con Ángel, que no significa que no me quede con Gonzalo. Pero no podría quedarme con ninguna pareja en sí porque cada una ha sido muy distinta y me he sentido agradecido con todas porque nos han dado unos momentos indescriptibles a nivel de diversión que perdurarán para la historia de la tele.

Divertido para nosotros como espectadores, no tanto para ellos que viven momentos de mucho estrés. ¿Te consta que la experiencia haya resquebrajado alguna pareja?

Creo que esto lejos de separar, une mucho más. Es normal que ante las adversidades a veces se saque lo peor, pero con tiempo se ve el motivo de por qué. No he dormido, me he comido una rata, llevo 400 kilómetros en las piernas o moviéndome en los vehículos que podía. Me han transportado en la parte de atrás de un camión con animales, si quiere no me enfado… es normal.

No sé si eras de los que miraban con recelo los realities, pero, ¿ha cambiado tu concepción del formato después de esta experiencia?

No lo miraba con recelo. Sí es cierto que sí podía ver con recelo mi participación en cualquiera de las formas de algunos de ellos. Bien es cierto que Pekín Express es un reality porque es un show de realidad, pero para mí es un reality de aventura, que es muy diferente a un reality donde prime la vivencia personal de cada uno de los concursantes. Aquí prima la aventura y al estar en Max, se trata de una manera diferente. Son 50 minutos donde se pone lo mejor de lo mejor y no se habla más de eso. Es como una película. Le tengo mucho respeto a la tele y a un formato como este más todavía, quizás ahora veo con mucho más respeto formatos como este. En cuanto al resto de realities sí que los miro desde otro lugar, lo que no significa que si me ofrecieran participar o presentar alguno de ellos estaría preparado para hacerlo, pero es cierto que cuando uno pasa por diferentes experiencias, tiene un punto de vista distinto. Quiero hacer el siguiente y el siguiente.

Te hemos visto como director de carrera, pero, ¿te verías como concursante de Pekín Express?

Por supuesto, lo que pasa es que mola mucho más mandar hacer cosas a que te las manden hacer a ti. Y la experiencia que puedo tener yo aquí, si quieren contar conmigo, que yo espero que sí, porque hemos quedado por ambas partes, muy contentos, yo me voy a vivir más de una aventura.

¿Qué souvenir te has traído de aquellos lugares?

No me he traído prácticamente nada. Hemos dormido en más de 22 sitios y llevaba un momento en el que yo llevaba una maleta grande y un trolley y al final solo iba con el trolley o con una mochila. No me cabían las cosas en la maleta y era un coñazo transportar todo. Me traje unos licores de Camboya para mi amigo Jero que me enseñó a cocinar para MasterChef con una serpiente, un escorpión y no sé qué más dentro y me hacía gracia traérselo. Y yo, uno en miniatura y las pulseritas que me pusieron en uno de los templos budistas de Laos para repartir a toda mi gente importante. Eso es lo único que he traído. Y Daniela, la estilista, me regaló el sombrero de Vietnam tan típico que es la bomba cómo te quita el calor, el sol, la lluvia, vale para todo.

¿Algún momento que dijeras, esto no va a acabar bien?

No, pero hubo momentos muy difíciles, muy difíciles en todos los sentidos. Primero el choque cultural. Hay que tener un respeto especial por la cultura. No puede ser que, a mí, a veces, se me olvidara. Hacía 45º y sudábamos lo más grande y yo estaba en camiseta de tirantes y me ponía algo encima, pero dentro de un templo no puedes enseñar el hombro, no puedes darle la espalda a Buda. Hay un montón de cosa que te lías y a veces llegaba un momento en el que estábamos todos dándole la espalda o el culo al monumento y nos están mirando raro. De pronto me pongo unas arañas en el brazo como parte de una prueba y me sale urticaria en el cuerpo. Ha habido momentos complicados. Y luego, entre los concursantes, también, pero nada de decir, madre mía, se nos ha ido de las manos. Está todo muy controlado.

Durante toda esta experiencia, ¿te has ayudado de la música para sobrellevar todo esto?

Tengo varias playlist, una se llama Host porque mi furgoneta era la del presentador y otra se llama Jumanji porque esto era sí. La música ha sido super importante. Me llevé un altavoz y todos los días a las cuatro de la mañana cuando me levantaba, ya me ponía música porque necesitaba empezar con buena energía y me ha reconectado con escuchar mucha música. Ha sido una fuente de energía a la que enchufarme a cada rato. Podías vivirlo de dos maneras, o sufrirlo y quejarte todo el rato o divertirte. Comíamos cuando podíamos y lo que podíamos. Hacías pis cuando podías, donde podías. Nosotros, no los concursantes, y nuestra furgoneta ha tenido muy buen rollo, hemos sido una super familia y, sobre todo, lo que nos diferenciaba del resto es que nuestra furgoneta iba con música a todo volumen, bailando todo el rato.

Dime una canción que defina este viaje.

Concretamente la canción de KT Tunstal, Horse and the cherry tree. Ese es el himno de nuestra furgoneta. Todo el viaje hemos estado cantando y bailando. Ha influido mucho la energía de Daniela, la estilista, que era la animadora social. Ha hecho que el viaje sea tremendamente divertido.

Ya, por último, me ha faltado un cantante en esta edición, ¿a quién hubieras metido tú?

Hay un montón que me gustaría que pasaran por ahí, a ver si se abre el casting para una segunda temporada, que yo espero que sí. Me gustaría ver a Dani Martín, me fliparía verle ahí. O a Leiva. Me gustaría ver a India Martínez con su chico, sería la bomba porque él además está cuadrado y es un tío estupendo y creo que harían un concursazo.

A ti lo que realmente te gustaría es poder mandarles.

Lo que me voy a divertir en la siguiente si la hacemos porque soy muy perro y lo divertido que es cuando llegan y creen que han sido los primeros y les empiezo a tomar el pelo y les hundo en la miseria haciéndoles pensar que son los últimos o viceversa, eso es lo más divertido del mundo. Pero siempre empatizando con su dolor, pero divirtiéndome muchísimo con ellos.

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Cristina Zavala

Periodista enamorada de todo el entretenimiento....