Katy Perry cumple 40: ¿cuál será su futuro en la música?
La estrella estadounidense cruza la crucial barrera de la edad en un momento profesional delicado
Katy Perry, en 2008: aquellos maravillosos años.
Este viernes 25 de octubre, Katy Perry cumple 40 años. Desde su irrupción como profesional de la música en 2008, la estadounidense se ha convertido en diva indiscutible del pop; de esas que despiertan admiración y críticas a partes iguales. Habrá quien piense que su carrera ha ido de más a menos… ¿Qué le esperará ahora que cruza esa barrera clave de la edad?
En abril de 2009 yo era director de La Revista 40. Seleccionar portada para cada número mensual era una suplicio: el personaje de mi elección debía recibir el visto bueno de al menos tres personas que estaban por encima de mí en el escalafón (increíble pero cierto). En aquellos días, los grandes del pop español eran cinco, por lo que había que recurrir cada cierto tiempo a estrellas internacionales para poner su rostro en primera plana.
Katheryn Elizabeth Hudson había publicado el año anterior su primer disco, One of the boys, que en realidad era el segundo, porque en 2001, con 17 años, había lanzado un disco adolescente firmado como Katy Hudson. One of the boys tenía varios temas estupendos, entre ellos I kissed a girl y Hot n cold; ambos arrasaban en las listas del mundo. En noviembre de 2008, Perry había sido número uno de LOS40 (dos semanas consecutivas) con I kiss a girl. Era un fenómeno planetario. De modo que se me ocurrió que para el número de abril de 2009, Katy podía ser una excelente portada.
Gestos torcidos, ceños fruncidos, muecas raras fue lo que recibí cuando lo planteé a mis superiores. (En el número anterior a mi llegada la portada había sido Jesús Vázquez, quien estaba en lista con… cero canciones. Imagino la batalla de las Termópilas que se declaró.) El caso es que no daban una alternativa mejor, por lo que finalmente, Katy Perry, con un vestido minifaldero de flores y unas deportivas a cuadros, apareció en la portada bajo el titular: “Loca por provocarte”.
La frase no era gratuita: Perry había despuntado, además de por su música, por sus locos disfraces y sus declaraciones escandalosas; a su paso por España había cautivado a Miguel Ángel Silvestre, de quien, en la entrevista, nos dijo que “está muy bueno” (sagaz que es la chica) y que habían hablado mucho de Queen (¡sorpresa!). El número llegó a los quioscos y se vendió una mierda; pero es que ya casi no se vendían revistas. Sea como fuere, pienso que acertamos. Muy poco después, en junio y julio, Perry volvió a ser número uno de LOS40, ahora con el single Hot n cold.
A decir verdad, lo que comenzó como una sensación cósmica, pronto se moderó. No volvió a tener un liderato en la lista hasta 2013 —cuatro años después—, con Roar. En Estados Unidos, sus tres siguientes discos (Teenage dream, Prism y Witness) fueron número uno, pero a partir de Smile (2020), su fulgor se volvió más opaco. A medida que pasaban los años, cada vez menos fans seguían viendo a Katy como la jovenzuela divertida y disparatada de sus inicios. De su último trabajo, 143, se ha comentado de todo; del sencillo Woman’s world, que incluso parece una canción feminista hecha con Inteligencia Artificial.
Predecir el futuro de Katy Perry a partir de los 40 se antoja tarea más propia del Maestro Joao que de un triste periodista. Por regla general, nada dura para siempre en la música, aunque la fama muchas veces permanece. La cantante californiana tiene aún mucho bueno que darnos, y para hacerlo realizar debe enfocar su carrera pensando, quizá, en el público que ha crecido con ella y espera temas más consistentes y mensajes de mayor calado, sin despreciar, por ello, su gracia, la chispa y ese toque irreverente que deseamos nunca pierda.
