Especial
Por qué no debes tirar toallitas al inodoro
Una nueva campaña recuerda los daños para el medio ambiente de una práctica que sigue estando a la orden del día.
Es algo que se viene repitiendo desde hace años: las toallitas nunca deben tirarse al inodoro. Y sin embargo, se sigue haciendo, con graves consecuencias para la red de saneamiento y, también, para el medio ambiente.
El último organismo en advertir de los problemas que genera esta práctica ha sido el Canal de Isabel II, principal entidad dedicada al saneamiento en la Comunidad de Madrid, que ha puesto en marcha una campaña para pedir a los ciudadanos que colaboren para tratar de frenar un problema mayúsculo. Su nombre lo dice todo: 'Juega limpio: Encesta las toallitas en la papelera'.
El coste asociado a estos residuos se ha incrementado en millón y medio respecto a 2019
Los datos son, como poco, llamativos: cada año llegan a las estaciones de depuración del Canal más de 30.000 toneladas de estos residuos. Su gestión supone un importante sobrecoste, que la entidad cifra en unos 3,5 millones de euros. Y va a más: la cifra se ha incrementado en millón y medio respecto a 2019. El importe calculado incluye los costes de retirada, el extra de mano de obra para la limpieza de las bombas, la reposición de las que quedan inoperativas y el incremento en la factura energética.
A todo ese dinero hay que añadir las inversiones realizadas en las depuradoras para que este tipo de residuos no comprometan el funcionamiento de las instalaciones. El pasado 2023, el Canal de Isabel II invirtió más de 5 millones de euros en equipamiento destinado específicamente a tratar de controlar estos residuos, y ya tiene previsto realizar una inversión similar que se ejecutará próximamente.
Esos datos se limitan únicamente a la Comunidad de Madrid. En España, la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) ya alertó en su día que el sobrecoste rondaba los 230 millones de euros al año. En toda Europa, un informe de la Federación Europea de Asociaciones Nacionales de Servicios de Agua, Eur Eau, elevó los daños causados por las toallitas húmedas a más de mil millones de euros.
Al váter, sólo papel higiénico
Esa máxima la deberíamos tener todos en mente una vez usamos el inodoro: nada que no sea papel higiénico. Y es que, a diferencia de éste, las toallitas tardan mucho más tiempo en deshacerse, lo que provoca importantes atascos en las tuberías. Primero, en las de la propia vivienda. Después, en las de la red de alcantarillado.
Pero los perjudicados no son sólo los operarios de limpiar la red o el bolsillo de todos: también el medio ambiente. Las toallitas acaban en las depuradoras, unas infraestructuras que, tal y como recuerdan desde el Canal de Isabel II, son "vitales para la salvaguarda de los ecosistemas acuáticos".