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Sylvia Day sobre el erotismo de sus novelas: “Hacer algo sin juguetes sexuales ni situaciones extremas y conseguir que sea erótico es bastante difícil”
La autora de la saga 'Crossfire' llega a España para presentar su última bilogía
Hay que retroceder a 2012 para recordar el lanzamiento de la primera entrega de Crossfire, la saga que dio un éxito internacional a Sylvia Day que ahora es una habitual del top de The New York Times.
Nació y se crio en Los Ángeles, aunque sus orígenes son japoneses y esas dos culturas han estado muy presentes en su vida. Ha escrito multitud de novelas desde que empezó a hacerlo en 2005 y se ha movido por el romance, la ficción histórica, la paranormal o el suspense. Pero todas tienen algo en común, su destacaba carga erótica.
Ha visitado por primera vez España y hemos tenido la oportunidad de hablar con ella de su última bilogía, Blacklist. La historia de Kane y Lily. Tras casarse, ella desapareció mientras navegaba y se la dio por muerta hasta que un día él se cruza con ella en la calle y se descubre una trama de mentiras y unas relaciones familiares muy complicadas en las que nada es lo que parece.
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Una historia de mujeres complejas y nada perfectas que iremos descubriendo poco a poco. De ellas, de erotismo o de música hemos hablado con ella.
Pregunta: Es la primera vez que vienes a España, pero sitúas una parte de la trama en Barcelona, ¿cómo fue?
Respuesta: No te sabría decir, es como que los personajes van y me dicen dónde quieren ir y yo los sigo. Están ahí por la intriga y cosas así. Me parecía un sitio muy romántico donde ambientar esas escenas.
P: Ahora que ya sí que has estado en España, ¿lo has visto muy diferente?
R: En realidad es más cosmopolita de lo que yo había anticipado, de una manera muy bella.
P: ¿Cuál fue la chispa creativa para crear Blacklist?
R: Las mujeres. Escribir una historia sobre mujeres desde un punto de vista totalmente femenino y colorear cada perspectiva basándome en esa personalidad particular femenina. Siempre digo que si las mujeres nos pudiéramos unir podríamos dominar el mundo, pero tenemos un sentido de la competición de las unas con las otras, hay fricción. Quería hablar de tres mujeres muy independientes y muy poderosas y ponerlas en oposición las unas con las otras y juntarlas de modo que tuvieran que trabajar unidas.
P: Mujeres con un lado oscuro.
R: Sí, porque las mujeres lo tienen. A menudo se nos mira como cuidadoras, como el centro emocional de la familia y es una de nuestras grandes fortalezas. Pero es otra es que podemos ser despiadadas como muchos hombres no pueden serlo y esto hay que celebrarlo y no se habla lo suficiente. La idea de que la mujer sea tan poderosa que ya no es femenina es una falsedad que se ha perpetrado durante demasiado tiempo. Puedes ser sexy y poderosa y tener un lado oscuro y, además, ser una cuidadora. Somos muy redondas como mujeres.
P: Comedia romántica, novela erótica o thriller, ¿dónde encajarías esta bilogía?
R: En Estados Unidos, lo llamamos thriller doméstico, que significa que está centrado en el hogar que es donde las mujeres están más en su elemento, pero también hay un lado oscuro ahí, así que, el thriller doméstico tiene que ver con mujeres en ese ambiente familiar y con cómo concilian eso con el poder y la intriga.
P: La novela romántica ha evolucionado mucho en muy poco tiempo, ¿cómo valoras la escena actual del género?
R: Ahora mismo lo que se lleva mucho es el romance oscuro y el romantasy, cosas con un elemento de fantasía de un nivel elevado ya sea algo super natural o basado en el comportamiento, estamos llevando las cosas a los extremos, esperando cómo eso puede tener un impacto sobre una relación, un desequilibrio de poderes. Muy interesante, estamos explorando la dinámica entre el hombre y la mujer. Antes era más como chico necesita a chica, chico y chica se conocen y se casan. Ahora hay una fricción ahí que puede llegar a ser muy sexy e interesante.
P: ¿Qué papel juega esta introducción de la fantasía en el romance?
R: Lo hace más extremo y creo que los lectores están buscando una reacción visceral a la historia, quieren sentirse muy conectados a esos personajes, quieren verse sorprendidos, quieren que se juegue mucho y que el drama esté a un nivel elevado y ese elemento fantástico lo que hace es elevar toda esa tensión.
P: Hay cosas que parece que no acaban de cambiar y es el protagonista tipo modelo de Playboy, ¿por qué?
R: Para mí muchas veces juzgamos a alguien por el exterior y si vemos a alguien que está vestido para el éxito, que es físicamente atractivo, esas cosas te atraen. Pero lo que es fascinante de los personajes son sus defectos y las cosas que no hacen bien, eso es lo que les hace ser humanos. Te gusta pensar que ser atractivo y parecer exitoso y rico va a hacer que la vida te sea más suave, pero eso también depende de cómo sea tu horizonte interior y cómo esté de conflictuado.
P: La novela refleja muy bien esa imperfección del ser humano, ¿era un objetivo?
R: Sí, a mí me gusta leer sobre mujeres que son muy complicadas y tienen múltiples capas, que puede ser cuidadoras y a la vez muy peligrosas y siento que a veces tenemos miedo a retratar a las mujeres de una manera negativa, pero eso es lo que las hace tan únicas y atractivas como personajes y como individuos. 100% mi objetivo al escribir esto era crear a tres mujeres muy defectuosas y llevarlas a un lugar de oposición mutua a un lugar en el que estuvieran trabajando juntas.
P: En esa evolución de personajes hay momentos en los que estas tres mujeres te llegan a caer mal, ¿te ha pasado a ti?
R: No totalmente. Hay personajes que me gustan más que otros, pero me atraen los defectos de las personas, es lo que me resulta fascinante de otras personas y de la condición humana, que inherentemente todos tenemos una grieta y, aun así, podemos ser fuertes a pesar de esa grieta. Puede que no me gusten las cosas que hacen por momentos, las cosas que dicen, toman decisiones que yo no tomaría, pero siempre y cuando yo entienda por qué te puede perdonar casi cualquier cosa.
P: ¿Hay límites para narrar una escena erótica?
R: Soy una cosa que denominamos escritora vainilla que yo defino como un hombre con una mujer utilizando el equipamiento que Dios les ha dado. Hacer algo sin juguetes sexuales ni situaciones extremas y conseguir que sea erótico es bastante difícil si no te enfocas en la parte emocional. Si tienes el centro emocional, lo que están intentando comunicarse el uno al otro mientras están teniendo una interacción sexual es lo que resulta excitante para los lectores y para mí también a la hora de escribirlo. No se trata tanto de qué está haciendo una parte a la otra sino cómo él y cómo ella se sienten cuando comparten esos momentos juntos. Mis personajes tienen dificultades a la hora de comunicarse verbalmente, se restringen mucho, intentan proteger un centro emocional muy vulnerable y lleno de secretos, pero en la interacción sexual se abren ampliamente, trasladan sus emociones y sentimientos del uno al otro a través del tacto y eso para mí es fascinante y es lo que me resulta excitante de las escenas, que ves cómo esas dos personas están buscando de comunicarse físicamente de maneras que no son capaces verbalmente.
P: 50 sombras de Grey fue una saga que propició un punto de inflexión en este tipo de literatura, ¿crees que ha envejecido bien?
R: En Estados Unidos, la primera oleada de ficción erótica ocurrió en 2005 y cuando 50 sombras de Grey salió en 2012 ya era un género establecido allí. Lo que atraía a la gente de verdad en esas discusiones era la lista de cosas, el contrato que él planteaba entre los dos y eso abrió un mundo entero a los lectores que no se daban cuenta de que a lo mejor sería sadomasoquismo. Luego, se fue convirtiendo en algo más popular en la literatura. Pasó de ser sexo explícito en una relación tradicional, a ser una relación basada en el sadomasoquismo. No sé cómo fue en otros países y si la literatura erótica fue tan popular, pero yo empecé en el 2004 y ya había un mercado para ella. Lo que cambió con 50 sombras de Grey fue hacer las portadas más discretas. Cuando yo empecé, las portadas eran muy explícitas, había desnudos y fue la primera vez que pensamos, deberíamos venderlo de una manera más discreta y, a lo mejor así, abrir más el espectro a una audiencia más grande.
P: Esta bilogía tiene mucho de suspense. He leído que trabajaste como intérprete de ruso para la Inteligencia Militar del Ejército de Estados Unidos, ¿es cierto y te ayuda para crear ciertos perfiles?
R: Me ayudó en el sentido de que estudiábamos mucho el impacto psicológico, maneras en las que se puede manipular una conversación o una situación para sonsacar la información que necesitas, y eso ha influido en gran parte en cómo construyo los personajes y en cómo llegan a puntos de inflexión en sus relaciones.
P: Hablar de suspense y no pensar en Hitchcock es casi inevitable. Tú has dicho que Rebecca despertó tu interés por las mujeres imperfectas y de eso hay mucho en esta novela, como hablábamos antes, ¿por qué a ellas les perdonamos menos?
R: Es una gran pregunta. Ojalá tuviéramos una respuesta para eso. Creo que mucho del punto de vista que recibimos nos viene de la mirada masculina y hay quizás un poco de miedo a que las mujeres tengan demasiado poder o sean demasiado independientes. A las mujeres les encanta leer acerca de mujeres fuertes, aspiran a ser mujeres fuertes y cuantas más historias que recibamos que se cuentan desde la perspectiva femenina mejor y es por eso que he decido no incluir el punto de vista de Kane en el libro, porque su punto de vista no es necesario para entender la dinámica familiar que se centra en esa interacción femenina.
P: Dices que lo que empodera a las mujeres es la confianza en sí mismas, pero también la ropa y el maquillaje, ¿disfrutas creando el vestidor de tus personajes?
R: Sí, lo disfruto mucho y tengo de hecho tablas de inspiración. Algunas de las cosas me las invento en la cabeza y digo, ¿de dónde he sacado ese vestido? y luego digo, vaya, no existe. Pero es algo con lo que todos nos podemos identificar. Cuando Crossfire salió, uno de los críticos dijo, es porno de lujo y pensé, sí, porque como mujeres nos gustan las cosas bonitas, las cosas que huelen bien, que son preciosas, que dan vida a un espacio. Para que un personaje femenino esté bien redondeado ese es un aspecto también importante.
P: También el de los hombres para ti, ¿no?
R: La verdad es que muchos hombres no son los que mejor se visten, así que, es divertido escribir sobre hombres que visten bien y se cuidan.
P: Hay mucho también de salud mental en esta novela, ¿inevitable hablar de estos temas en estos tiempos?
R: Totalmente, yo creo que sí. A mí no me gusta pasar tiempo con gente perfecto, no encuentro nada interesante ni fascinante acerca de su proyección perfeccionista. Yo conecto con personas basándome en sus miedos, en sus defectos, en sus sueños y todos estamos luchando contra algo y es lo que nos transforman como persona. Ciertas decisiones que nos impulsan hacia delante y nos echan para atrás. Es muy importante mostrar personajes tan humanos como sea posible y la salud mental es algo con lo que estamos luchando todo en mayor o menor grado.
P: Cuánta toxicidad puede haber en las relaciones familiares, ¿en la vida real has conocido casos tan extremos como los de tus personajes?
R: Sí, personalmente yo tengo un choque cultural con mi madre que es japonesa. Yo creciendo en América y ella con sus valores japoneses teníamos mucha fricción. Mucho menos que otros amigos que tenían relaciones muy tóxicas con sus padres. Las relaciones padres e hijos siempre están repletas de diferentes conflictos, no existe una sola familia que sea 100% perfecta ni conectadas, pero tus relaciones familiares afectan muchísimo a cómo te mueves en la vida y es muy importante mostrar que está bien tener una situación familiar desestructurada y, aun así, ser capaz de superar eso y tener un punto de conexión familiar.
P: Una historia contada desde múltiples puntos de vista, ¿cómo haces para no volverte loca metiéndote en tantas pieles?
R: Todos son narradores que no son de fiar. Cómo ven la situación entrando en una escena desde tres perspectivas diferentes y cómo uno ve la escena completamente diferente a cómo la ve otro, para mí fue fascinante. Encontré que a veces cuando una amiga y yo vamos a hacer algo juntas y luego le contamos a una persona lo que hemos hecho, su historia varía ligeramente de la mía, lo que ella recuerda no es como yo lo veo. Así es la vida y estas mujeres, además, tienen problemas de salud mental y se ven reflejadas en muchas situaciones. Es lo que me mantuvo interesada en esta historia. Fue difícil, escribí muchos borradores de ese libro, casi 20, pero pasar tiempo con los personajes fue muy divertido.
P: Que trabajen en el edificio Crossfire, ¿homenaje a tu saga más internacional?
R: Todos mis libros están ambientados en ese universo ficticio. Mis libros futuristas, los de vampiros, todos, conviven en el mismo universo, lo llamamos el Dayverso. Mis lectores que han leído absolutamente todo saben que hay un montón de conexiones internas. Tenían que trabajar en algún sitio y les he puesto en un sitio donde muchos lectores reconocen a algunos de los personajes que pasan por allí.
P: Crossfire fue el gran bombazo internacional. Ahora, con la perspectiva que da el tiempo, ¿cómo valoras esa saga?
R: Por lo menos en Estados Unidos sigue vendiéndose excepcionalmente. Va encontrando nuevos lectores. Un libro en una librería suele durar 90 días y Crossfire lleva 12 años y los libros siguen reponiéndose. Es alucinante de tantas maneras, el hecho de que esta historia siga resonando y creo que es porque esa lucha de dos personas que están intentando superar el pasado para construir una relación que empieza de una manera tóxica pero que evoluciona para ser sana sigue resonando entre los lectores.
P: Otra de las cosas que me ha llamado la atención es la importancia que le das al sentido del olfato hablando de esos olores de las personas, de las estancias… ¿es importante para ti?
R: Creo que para que mi lector se crea el mundo sobre el que está leyendo es real tienes que incluir todos los sentidos. Tienes que saber cómo es el olor de las cosas, el sabor, el tacto. Todo eso es muy importante y naturalmente soy una autora muy descriptiva. Quiero que veas exactamente lo que tengo en la cabeza y es divertido cuando hacemos el casting ideal. Los lectores de todos los países coinciden en señalar a las mismas personas y eso me dice que les he descrito de una manera que todo el que ha leído el libro ha visto a los personajes de la misma manera y eso es lo que quiero. Es una película en mi cabeza y quiero que sea una película en la tuya.
P: Somos un medio sobre todo musical y de eso hay bastante en tu bilogía. Si tuvieras que elegir banda sonora para esta bilogía, ¿el grupo estrella sería Credence Clearwater Revival?
R: Para ellos la conexión es anterior, a ellos les gusta Fleetwood Mac. A ella le gusta mucho el rock de los 70 clásico y creo que como había una rebelión en aquel momento y había una nueva sensación de libertad, la música se utilizaba para politizar ciertas cosas y comunicar cómo se sentían acerca de la guerra o sobre el entorno y para Lily y Kane es una parte importante de la relación, el cómo la música es una manera de ayudar el uno al otro sin decir ni una palabra.
P: También suenan Janis Joplin, Stevie Nicks, Billy Joel, Louis Armstrong, Prince… gustos muy clásicos, ¿coinciden con los tuyos?
R: Me encanta toda la música. Desde Frank Sinatra a Pantera, Metallica, el reggae, me gusta de todo y mis playlist son muy eclécticas. cuando vamos de viaje en el coche me piden que ponga mi playlist porque tiene un poco de todo.
P: ¿Eres muy de escuchar música cuando escribes?
R: No puedo, tiene que haber silencio sepulcral porque los personajes están hablando y tengo que poder escuchar lo que me dicen. Si está sonando la música y estoy escuchando la letra canto y no puedo pensar en otra cosa.
P: Amy es más de Ariana Grande, la escuchamos tararear Into you, ¿miraste las listas de éxito?
R: Sí que tengo esa canción en mi playlist, pero en realidad fue elegida para el libro para establecer el tiempo en el que suceden las cosas.
P: Supongo que en ese marcar el momento está ponerle a Tom Hiddleston una camiseta de Taylor Swift, una artista muy recurrente en las novelas románticas, ¿por qué ella?
R: Es una pregunta interesante porque, en realidad, yo no soy una swiftie. Es una de esas cantantes que voy escuchando aquí y allá, pero solo tengo un par de canciones suyas en mis playlist que es una cantidad muy pequeña en comparación con las que tengo de otros artistas. No lo sé, no fue una cosa deliberada en el sentido de que fuera fan y quería incluirla, simplemente, encajaba con un momento.
P: Si tuvieras que escoger una música que representara a los dos protagonistas, ¿qué sería?
R: Son muy peligrosos el uno para el otro, se hacen vulnerables mutuamente de una manera que no pueden permitirse y lo primero que le ha venido a la cabeza es heavy metal, con un ritmo que te lleve.
P: Cada vez tenemos más presente la cultura asiática: literatura, música, cine… ¿qué te produce eso teniendo en cuenta tus orígenes?
R: Llevo mucho tiempo sintiendo que la cultura japonesa está muy poco representada en el mundo occidental. Hay más representación china que japonesa y son muy diferentes. Cuando salió Shogun fue muy importante para mí ver cómo se contaba esa cultura de manera precisa por primera vez y fuera tan bien recibida. A mí me gustaría que hubiera mucha más representación de Japón en la música, en el cine, en la televisión. Espero que lleguemos a ese punto. Pero incluso Disney no ha hecho una película que esté basada en la cultura japonesa, hay algo de la leyenda china, pero no de Japón. Yo espero que cambien y evolucione y se extienda más en Estados Unidos y otros países. Es una esperanza.
P: Aquí nos está llegando mucho más la cultura coreana, ¿hay mucha diferencia con la japonesa?
R: La mayoría de la gente japonesa no es muy receptiva con lo que viene de Corea, hay una fricción de hace mucho tiempo entre ambos.
P: Ya para acabar, ¿qué souvenir te vas a llevar de nuestro país?
R: No lo sé. Me gustan las joyas y los bolsos, espero encontrar algo de eso.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...