Ya no solo podemos ver historias de amor navideñas en Netflix: Las claves de las novelas románticas de Navidad

Cada vez que llega diciembre plataformas como Netflix o Prime Video se llenan de películas navideñas. En general, historias de amor en un registro empalagoso que hacen suspirar al menos romántico y que siempre tienen un final feliz. Muchas de ellas se desarrollan en pequeños pueblos donde las tradiciones de esta época se convierten en protagonistas.

Ahora empieza a ser tendencia también leer estas historias. La literatura también se llena de este espíritu navideño y este 2024 nos ha dejado, por ejemplo, dos nuevas novelas estivales de Cherry Chic, una de las reinas del cozy romance que se está especializando en estas historias de amor de Navidad.

El año pasado nos sumergió en el Hotel Merry con Imperfectas navidades y este 2024 nos ha devuelto a ese lugar que nos enamoró con Inesperadas navidades donde nos cuenta la historia de Avery Sinclair, la imagen del hotel y Asher Brooks, un chico obsesionado con salir con cuantas más mujeres mejor. Sus caminos se cruzan en un pequeño hotel rural donde no faltan esas típicas escenas en la nieve, paseos en trineo, galletas de canela y manzana, cabañas con vistas increíbles y un espacio en la naturaleza alejado del mundanal ruido.

No es la única. Megan Maxwell, que está disfrutando estos días de las adaptaciones de sus novelas Pídeme lo que quieras y ¿A qué estás esperando? también nos ha regalado una historia navideña. Un rockero de gran popularidad que odia la Navidad se va con la técnica de sonido de su gira a vivir estas fiestas con su familia y su concepto cambia radicalmente. Nunca pensó que convivir con un perro, una niña pequeña que le entrega todo su amor y unas fiestas con banda sonora incorporada le cambiaría la vida. Mucho amor, y también sexo en Una navidad muy fun fun fun donde los villancicos están a la orden del día.

Otras dos autoras, super ventas de novela romántica, han lanzado en los últimos meses novelas ambientadas en estas fiestas tan mágicas: Andrea Longarela y María Martínez. La primera recorre los mercadillos navideños de Alsacia, en su última novela, Juliette y las canciones perdidas, donde la protagonista celebra la Navidad con personas con las que no comparte sangre pero que se convierten en familia y tienen mucho peso en la historia.

María ambienta a sus personajes de Lo que la nieve susurra al caer, en torno a las fiestas navideñas, época en la que los protagonistas viven un amor de invierno. Hunter, un músico frustrado, conocerá a Willow en un pequeño pueblo a las afueras. Allí se irán conociendo y enamorando al tiempo que celebran la Navidad y atraviesan el frío diciembre. Hemos hablado con ambas para ahondar un poco en este que empieza a ser un subgénero de la romántica.

Navidad by Andrea Longarela y María Martínez

Pregunta: Estamos acostumbrados a que se acerquen estas fechas y plataformas como Netflix se llenen de comedias románticas ambientadas en Navidad, ¿creeis que en la literatura pasa lo mismo?

Andrea Longarela: Creo que, igual que nuestro ocio muchas veces es estacional, con los libros pasa lo mismo. Por su ambientación, su temática o lo que nos transmitan de entrada, puede apetecer más leerlos en un momento u otro. Yo en verano leo novelas más ligeras, por ejemplo, así como en Navidad busco libros que me aporten esa necesidad de zambullirme en ellos con un chocolate caliente en la mano y bajo una manta. Las novelas navideñas son perfectas para eso.

María Martínez: Sin lugar a dudas, sí. Para comprobarlo, basta con echar un vistazo a los catálogos de las editoriales o visitar unas pocas librerías y ver las mesas de novedades para darse cuenta del auge de esta temática, conforme se acerca diciembre. Títulos y cubiertas con referentes y detalles navideños llenan las listas de ventas. Ya son un género en sí mismo. Esto ocurre porque hay una gran demanda. Nos apetece leer este tipo de historias cuando llegan las festividades.

P: Andrea, Juliette y las canciones perdidas tiene algo de esa magia navideña, ¿qué significa para ti?

Andrea Longarela: La historia de Juliette se desarrolla en un pueblo de Alsacia, lo que ya de por sí nos lleva a un paisaje muy particular. Si nos hablan de Colmar, por ejemplo, creo que no hay nadie que no piense en sus casas de colores nevadas y sus mercadillos navideños. Me apetecía envolverme de esa magia, pese a que sea una historia de personajes un poco tristes y grises, pero escogí ese ambiente precisamente por eso, por el contraste entre la parte más apagada de sus protagonistas y el envoltorio de color en el que transcurre su historia. Al fin y al cabo, no deja de ser un reflejo de lo que es la vida, siempre con luces y sombras.

P: En tu novela recorres mercadillos navideños de Alsacia, ¿los has visitado? ¿Qué te generan?

Andrea Longarela: No los he visitado, pero, si ya era un viaje deseado, ahora lo tengo como una asignatura pendiente. Me encantaría pasearme por ellos y dejarme llevar por el encanto de los cuentos que transmite la zona.

P: María, Lo que la nieve susurra al caer es una novela de inviernos, tiene algo de esa magia navideña, ¿qué significa para ti?

María Martínez: Es una novela que desprende calor, pese a su título. Es reconfortante y está llena de esperanza y música. Aunque, para mí, lo más importante son sus personajes y sus imperfecciones, en las que me vi reflejada continuamente. Explorarlas me hizo entender un poco más mi forma de ser. Esta novela se convirtió en un viaje interior, una mirada a muchas de esas emociones que no suelo mostrar con facilidad.

P: ¿Qué os inspira la Navidad?

Andrea Longarela: Me encanta la Navidad, aunque, por raro que pueda parecer, no solo por su cara alegre, sino también por esa nostalgia que la impregna. La Navidad para mí es agridulce. No solo nos permite creer en la magia, más ahora que soy madre de dos niñas y la disfrutamos de un modo nuevo, también nos hace sentir más la ausencia de los que no están. Pero es esa ambivalencia la que, a mi parecer, la hace tan especial.

María Martínez: Ya tengo una edad, pero mi espíritu sigue siendo el de una niña. Me cuesta tomar conciencia sobre el paso del tiempo y que me hago mayor. Mi mente y mi corazón son los de una eterna adolescente, que cree que todo es posible y el mundo está lleno de cosas buenas esperando a que las encuentre. Que los sueños se cumplen y el amor verdadero existe. Pues la Navidad acentúa en mí toda esa inocencia e ilusiones, y me gusta sentirme de ese modo.

P: ¿Cuál es vuestro libro navideño por excelencia?

Andrea Longarela: Siempre pienso en Mujercitas por estas fechas, es inevitable. Esa primera escena en la que las hermanas March se quejan porque esa Navidad no tendrán regalos y llega una carta de su padre.

María Martínez: Mujercitas. Es nostálgico y conmovedor, y ¡lo protagoniza una escritora!

P: ¿Y vuestra película navideña?

Andrea Longarela: Me encanta The Holiday, protagonizada por Kate Winslet y Cameron Díaz. En ella dos chicas llegan a un acuerdo para intercambiarse las casas durante la Navidades. Creo que tiene los ingredientes perfectos de las comedias románticas de antes, que ahora cuesta un poco encontrar. Es la típica película que vería mil veces sin cansarme.

María Martínez: Sé que es un cliché, pero Love Actually me enamoró desde la primera vez que la vi.

P: Muchas de estas historias se sitúan en pequeños pueblos, ¿es más mágica la navidad que en las zonas urbanas?

Andrea Longarela: No sé si es más mágica, pero sí creo que somos inconformistas por naturaleza y siempre deseamos lo que no tenemos. Pensar en pasar las Navidades en una cabaña perdida en la montaña, en un entorno de ensueño, suena muy idílico, pero imaginarnos el resto del año allí quizá no tanto.

María Martínez: No lo creo, ambas tienen su encanto y, al final, depende de las preferencias del lector. Personalmente, me decanto más por las novelas que se desarrollan en pueblos pequeños y pintorescos, en las que el escenario se convierte en un personaje más. Comunidades confortables y seguras, cálidas y acogedoras, en las que todos se conocen entre sí, comparten vivencias, historia y tradiciones, también conflictos y discrepancias. Donde el amor nace en agradables cafés, calles adoquinadas y días apacibles en los que el tiempo transcurre sin prisa.

P: ¿Es más fácil contar una historia de amor con final feliz en un contexto navideño?

Andrea Longarela: Nunca me lo había planteado. No creo que sea más fácil, sino que es más natural, ¿no? Una historia en una época que la mayoría adoramos, en la que nos volcamos siempre con la esperanza de que sea inolvidable, nos empuja a terminar con una sonrisa en los labios y un buen recuerdo.

María Martínez: Sí, porque un final feliz es lo que todo lector de estas historias espera. En Navidad, la idea de la felicidad está más presente que nunca y se acaba convirtiendo en una necesidad, adornada con luces brillantes, colores llamativos, reuniones familiares y reencuentros. La Navidad, y todo lo que la rodea, nos predispone sin que nos demos cuenta a vivir con más intensidad este cliché que no pasa de moda. Navidad, amor y felicidad se retroalimentan.

P: Es una festividad muy de tradiciones, ¿cuál no puede faltar en una novela romántica?

Andrea Longarela: El beso. Creo que el primer beso en novela romántica para las lectoras es como la llegada de los regalos para los niños. En ambas cosas, la espera es esencial y alimenta la emoción hasta que llega el ansiado momento.

María Martínez: La cena de Nochebuena o la comida de Navidad, son escenas necesarias en cualquier novela romántica con un fondo navideño. Familiares y amigos reunidos en torno a una mesa dan para mucho.

P: ¿Cuál es vuestra canción de Navidad por excelencia?

Andrea Longarela: Hay muchas que me vienen a la cabeza enseguida: All I Want for Christmas Is You de Mariah Carey, Santa Claus llegó a la ciudad de Luis Miguel…, pero me quedo con Raphael. En mi casa, no hay Navidad sin él.

María Martínez: Tengo muchas, pero las que más suelo escuchar son Last Christmas, de Wham! y Wherever You Will Go, de The Calling, que no es una canción navideña, pero forma parte de la banda sonora de Love Actually y me encanta.

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