Especial
60 años de la extraña muerte Sam Cooke: ¿por qué lo dispararon en un motel?
La última noche de la leyenda del soul está llena de incógnitas
Han pasado sesenta años y la causa de su muerte no está clara. Se sabe, sí, que el 11 de diciembre de 1964, Sam Cooke fue tiroteado por la propietaria de un motel de Los Ángeles, pero ¿por qué? Sobre la versión oficial se han superpuesto interpretaciones alternativas y teorías conspiratorias. ¿Qué hacía el legendario cantante de soul, ya ultrafamoso y millonario a sus 33 años, aquella noche en un modesto hospedaje de extrarradio? Fuera lo que fuese que hacía allí, ¿por qué descerrajaron varios tiros sobre su cuerpo?
Para muchos, Sam Cooke fue el padre del soul. Guapo, estiloso, carismático y con enorme talento, desempeñó un papel fundamental en el crecimiento de la música afroamericana desde que en 1957 publicase su primer single, You send me. Varias de sus canciones no solo siguen vigentes, sino que se recuperan asiduamente para sonar en películas: la citada You send me,(What a) Wonderful world, Chain gang, Twistin’ the night away, Shake… Su disco en directo de principios de 1964, Sam Cooke at the Copa, es un clásico irrefutable. Durante su breve carrera, que no llegó a los diez años, ayudó a otros valores por entonces menos conocidos, como Aretha Franklin, Otis Redding o James Brown.
En 1961 fundó su propio sello discográfico (SAR Records). Defendió los derechos de la población afroamericana. Pero, sobre todo, era poseedor de una dulcísima voz que traspasaba el alma. Ya fuera en románticas baladas o temas más vigorosos, acuñó un estilo propio de cantar, caracterizado por giros y melismas que han influido incluso a vocalistas de rock como Steve Perry, de Journey.
El informe oficial dice que Sam Cooke murió por los disparos de Bertha Franklin, dueña del Hacienda Motel, situado en el cruce de la calle 91 y South Figueroa, en Los Ángeles. La señora Franklin alegó que lo acribilló en defensa propia, y la investigación judicial decretó que se trató de un homicidio justificable. El veredicto dejó atónitos a los familiares, amigos y admiradores de Cooke, que lo tenían por un ser de luz. Estaba casado (en segundas nupcias) y tenía tres hijos. Cuando su primera esposa, de la que se divorció en 1958, pereció en un accidente de tráfico un año después, Cooke pagó el funeral.
Puede que el fallecimiento de su hijo Vincent en 1963, ahogado con dos años de edad en la piscina de la casa familiar, dejara trastocado al cantante. El caso es que en los meses posteriores, Cooke perdió el rumbo. La noche de autos salió a tomar unas copas con amigos, bebió más de la cuenta (un análisis de sangre posterior a su muerte halló que duplicaba el límite legal para conducir), alardeó del fajo de billetes que llevaba en el bolsillo y terminó ligando con una chica de 22 años llamada Elisa Boyer.
En Ferrari al motel de la muerte
Aunque la chica pidió a Cooke que la llevara a su casa, el músico condujo su Ferrari hacia el Hacienda Motel, al que llegaron pasadas las dos de la mañana. Lo que ocurrió a continuación solo lo sabe Elisa Boyer. En su declaración a la policía, la chica afirmó que estaba segura de que Cooke iba a violarla, por lo que aprovechando un descuido del músico, que había entrado un momento al baño, agarró su ropa y salió huyendo de la habitación. Añadió que, en plena confusión, además de su propia ropa se llevó parte de la de Cooke. Desde el primer teléfono que encontró, Elisa llamó a la policía para pedir ayuda.
La reconstrucción de los hechos dilucidó que Cooke, al salir del baño y darse cuenta de que Elisa había desaparecido, salió furibundo a buscarla vestido tan solo con una camisa. Ebrio e iracundo, irrumpió en la recepción del motel, donde pidió explicaciones a la directora, completamente ajena a lo que sucedía. Las formas de Cooke debieron de ser harto violentas, por lo que la señora Franklin resolvió que lo mejor que podía hacer para proteger su integridad física era disparar contra el artista; y lo mató.
Pese a que en el cadáver eran visibles los balazos, también presentaba signos de haber sido golpeado, detalle al que se han aferrado los familiares de Cooke para defender que nada de lo referido anteriormente aconteció. Hay quien sospechó que las conexiones de Cooke con líderes afroamericanos como Malcolm X o el boxeador Mohammed Ali animaron a las altas esferas a liquidarlo. Otros se inclinan por creer que su mano derecha en los negocios, Allen Klein, podría haber tenido interés en quitar a Cooke de circulación para quedarse con su imperio. Elisa Boyer, según algunos, era solo una prostituta del Hacienda Motel, conocido por sus actividades sexuales, que se llevó la ropa del cantante para robarle la cartera. Probablemente la verdad nunca se conocerá.
Miguel Ángel Bargueño
Es periodista y escritor: ha publicado varios libros sobre música. Aterrizó en el universo de LOS40...