La UE asesta un golpe moral a estos dulces en los mercados navideños

Alemania es uno de los destinos más ansiados para muchos viajeros que quieren hacerse una escapada navideña. Colonia, Núremberg, Rothenbug, la Garganta de Rávena y Gengenbach (en plena Selva Negra) o Heidelberg son algunos de los puntos que, sin duda, merece la pena visitar por estas fechas en el país germano. Y todos ellos tienen otra cosa en común: sus espectaculares mercados de Navidad.

A ellos habría que sumarle otro rinconcito también desconocido por muchos: Bordesholm. Es un municipio situado en el distrito de Rendsburg-Eckernförde con un atractivo mercadillo navideño que cuenta con un amplio abanico de productos artesanales, entre los cuales, destacan sus populares tartas caseras que elaboran desde la asociación local de mujeres. Toda una tradición de la localidad... que ahora la Unión Europea podría echar abajo.

Por primera vez desde hace casi 50 años, el mercado navideño de Bordesholm se quedará sin sus famosos pasteles artesanales debido a una ley de la UE, en vigor desde el pasado año 2007. En este Reglamento UE nº852/2004 se establecen las normales generales de higiene de los alimentos que se ofertan en los puestos para ''los operadores de las empresas alimentarias'' —es decir, una serie de exigencias y certificados sanitarios de los que carecen— o, en su defecto, para los eventos (como discotecas o fiestas en la calle.

Una ''bofetada'' a esta tradición

Sin embargo, el mercado tradicional de Bordesholm, al que acuden unos 8.000 visitantes cada año, ya no entra dentro de la categoría de ''discoteca'' o ''evento callejero'', por lo que los organizadores y/o participantes deben atenerse al reglamento general de la UE como cualquier otro puesto.

Y esto afecta sobremanera a las tartas caseras, ya que, como recoge el diario Kieler Nachrichten, las campesinas de Holstein venden estos pasteles en el mercadillo desde 2007 pero este año han tenido que cerrar su famoso puestecito al no cumplir con las ''exigencias de la normativa'', como aseguró Claudia Jargstorf, presidenta del puesto Landfrauenverein de Bordesholm.

Además, ella misma señaló que sus productos también debían incluir un listado detallado de alérgenos y aditivos en su etiquetado, en cumplimiento de la ley; algo que les ha sido imposible llevar a cabo.

Sin olvidar que, para poder cumplir con todos los requisitos de la normativa europea, las cocinas de los productores debían estar oficialmente homologadas, lo que pone en peligro no solo la permanencia de este puesto de tartas, sino también de otros muchos del mercados.

Ante esto, los impulsores del mercado navideño de Bordesholm han lamentado que esta nueva normativa haya supuesto una ''bofetada'' a esta tradición. "Es una pena que este tipo de tradiciones puedan desaparecer", expresó Jargstorf en un comunicado.

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