La psicología desvela 7 hábitos cotidianos que más rechazo causan de forma instantánea

Detrás de la manida frase "no me preguntes por qué, pero no me cae bien" hay una razón oculta. A veces nos escudamos en que es cosa del instinto y otras, en que simplemente no nos ha transmitido 'buenas vibraciones'. Pero, por muy fluidos que queramos sonar, lo cierto es que tras esas malas energías que nos llegan de esa persona, hay una serie de hábitos que hemos visto y que causan rechazo.

No es magia, es psicología. Y, como afirma el psicólogo Guy Winch, autor de 'Primeros auxilios emocionales. Consejos prácticos para tratar el fracaso, el rechazo, la culpa y otros problemas psicológicos cotidianos', todos "necesitamos sentirnos queridos y valorados por los diversos grupos sociales a los que estamos afiliados". Por eso, es importante conocer qué comportamientos son los que provocan que otros se alejen para así poder evitarlo.

7 hábitos que causan rechazo

Hablar sin parar

En una conversación interviene más de una persona...acaparar una conversación se convertiría en monólogo y, por lo tanto, no habría interacción. En una buena charla no hace falta tener elocuentes habilidades comunicativas, sino también saber escuchar y buscar el equilibrio, como apuntan desde el portal Global Editing.

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Interrumpir constantemente

Este es un mal hábito que desquicia a muchas personas que piensan que, al ser interrumpidas todo el rato, el interlocutor las está pisoteando. Esto puede interpretarse como una falta de respeto hacia la otra persona y a creer que, al interrumpir, estas ideas son más importantes que las del otro.

Mostrar falta de empatía

La capacidad para entender los sentimientos de los demás es una de las premisas para poder relacionarnos de forma sana con los seres humanos. Por eso, cuando sentimos que alguien desprecia o no se preocupa por nuestros sentimientos, esto nos genera rechazo. Ante la indiferencia hacia cómo nos sentimos, la otra persona aparece a nuestros ojos como alguien frío.

Ser muy negativo/a

Vivir, pensar y hablar como si cada día de nuestra vida tuviéramos un nubarrón gris acechándonos hace mella en nuestras relaciones personales, ya que a muchas personas les agota la constante negatividad y esto tiende a alejar a la gente.

Alardear

Hacer notas tus logros no ahuyenta a nadie, pero no parar de presumir de tus experiencias o jactarse de ellas puede provocar desánimo en el resto de tu círculo y suele reflejar otro de los rasgos más detestados: la falta de humildad. A nadie le gusta que le hagan sentir inferior.

Cerrarse

Encerrarse en uno mismo, en nuestros gustos, preferencias y creencias sin abrirnos a otras alternativas u opiniones es otra red flag en el terreno social, especialmente si estás debatiendo con otras personas y no compartes su opinión o si las estás conociendo por primera vez.

Ser invasivo

Inclinarse mucho en la conversación o acercarse en exceso, tocar demasiado sin un porqué o coger las cosas de otra persona sin su permiso son indicativos que desagradan a ciertas personas. Cuando no hay confianza para este tipo de acercamientos (no solo los físicos), el otro puede interpretarlo como una invasión a su espacio personal o como una falta de respeto a sus límites.

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