Una nutricionista desvela la mejor forma de beber agua con limón para aumentar sus beneficios

Durante mucho tiempo se ha estado especulando acerca de las supuestas propiedades adelgazantes de tomar agua con limón en ayunas por las mañanas o sobre su habilidad para aportar más energía para afrontar el día. Pero lo cierto es que esta sencilla combinación nos aporta el poderoso antioxidantes que nos da la vitamina C del cítrico y, además, es rico en flavonoides, que ayudan a mejorar la salud y combatir enfermedades.

Así lo refleja un artículo publicado en Medical News Today en el que habla de los beneficios de tomar esta bebida todos los días. Eso sí, el agua con limón contiene muy pocas proteínas, carbohidratos, grasas o azúcar y solo pequeñas cantidades de otras vitaminas y minerales, como potasio, ácido fólico y algunas vitaminas B.

"En comparación, reemplazar el limón con el jugo de media naranja (que pesa 43 g) proporcionaría casi el doble de calorías, aproximadamente tres veces más azúcar y 24% del valor diario de vitamina C", explican. En definitiva, tomar agua con limón todos los días sí aporta beneficios a nuestro organismo, es baja en calorías y azúcar que puede aumentar el consumo de vitamina C de una persona.

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Ahora bien... ¿nos estamos tomando este vaso de la forma adecuada?

Agua con limón: ¿fría o caliente?

La nutricionista de Río Janeiro Patrícia Leite ha hablado con el portal portugués Metrópoles y ha asegurado que hay un detalle importante a la hora de ingerir esta refrescante bebida y que seguramente pasamos por alto: la temperatura. Según la experta, tomar el agua caliente o fría influye en los beneficios que nos vaya a aportar al cuerpo. Entonces, ¿cuál es la temperatura ideal para exprimir sus propiedades?

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Leite defiende que el agua tibia estimula más intensamente el sistema digestivo, mientras que el agua fría parece mejorar la hidratación y quemar calorías. Además, se cree que la alta temperatura favorece la liberación de ácidos de frutas y fibras en la bebida, responsables de estimular el páncreas. También puede facilitar la digestión.

Por el contrario, el agua fría puede resultar más ventajosa para quienes quieren quemar calorías, "ya que el cuerpo utiliza energía para ajustar la temperatura de los alimentos que se consumen fríos". Sin embargo, aún no existen estudios concluyentes que demuestren la superioridad de una temperatura sobre otra, lo que hace que la elección sea una cuestión de preferencia personal.

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