¿Ser swiftie es una red flag para ligar? ‘First Dates’ nos ha dado la respuesta
Taylor Swift y Charli XCX, tema de debate en su primera cita

Dani y Carlos, intentan conocerse en 'First Dates'. / Mediaset
Dani, un chico de 22 años que estudia ciencias políticas y derecho, llegaba a First Dates con ganas de encontrar una persona que le tocase la fibra y fuera empática. “Puede ser atractivo físicamente, pero si no tiene algo más, no me va a interesar”, le confesaba a Carlos Sobera.
El programa le había buscado a Carlos, un consultor de marketing de 25 años que se considera intenso y busca a alguien que también lo sea. Y en eso, parece que coincidían.
La cena ha comenzado bien, tenían cosas de las que hablar y la conversación ha fluido sin problemas. Dani aseguraba que para superar el mal de amores tenía una costumbre, “gastarme el dinero en conciertos, que no necesitaba, pero que luego me doy cuenta de que sí”.
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Un swiftie confeso
Su pareja de cena le ha preguntado directamente si era swiftie. “Sí, mucha gente dirá, es red flag”, recibía como respuesta, entre risas.
“Para mí ser swiftie es una red flag porque al fin y al cabo son personas, como la propia Taylor Swift, manipuladoras y nunca estaría con un chico swiftie”, aseguraba Carlos a las cámaras del programa.
“Pero soy un swiftie chulo”, se justificaba Dani. “Nadie es perfecto en esta vida, todos tenemos nuestras cosas”, añadía Carlos al hecho de que ser fan de Taylor Swift le daba ese punto de imperfección.
“No sé hasta qué punto él opina que esa red flag es insalvable o no, yo creo que insalvable es una burrada porque, al final, simplemente escucho música de una rubia norteamericana intensa, no hay más profundidad”, decía ante las cámaras Dani.
“Soy un swiftie chulo que no se mete con nadie por twitter, no es obsesión máxima, que también”, se defendía Dani ante su posible conquista.
“Son un tipo de gay que son un poquillo más loquillas y muy fanáticas y eso a mí no me atrae”, insistía Carlos. Pero el swifie alegaba en que escucha de todo, “Brat por el culísimo todo el año también”.
Fue entonces cuando el consultor, más amigos de las raves y unos sonidos más electrónicos, contó que en una ocasión fue con la camiseta de Brat, pero que no se sabía las coreografías, y todo el mundo le acusaba de ser un falso Brat.
Decisión final
Tras una cena agradable, en la que la música ha tenido mucho protagonismo, ha llegado el momento de tomar una decisión. “Yo sí tendría una segunda cita, considero que nos ha faltado tiempo para saber algo más de la mochila que llevamos los dos detrás. Y para saber un poco más de ti, nos hemos quedado un poco cortos”, empezaba reconociendo el estudiante de ciencias políticas y derecho.
“Me gustaría conocerte más, pero creo que no ha habido esa chispa o ese sentimiento que tienes que sentir con la otra persona como para algo más. Nos veo más como amigos”, decía Carlos que no se ha negado, sin embargo, a tener una segunda cita.
Parece que, al final, ser swiftie no tiene por qué ser una red flag insalvable… ¿o sí?