Día Mundial de los Bosques: la importancia de cuidar a los guardianes del planeta
Este 21 de marzo se celebra en todo el planeta una jornada conmemorativa para concienciar sobre la importancia de estos ecosistemas vitales.

Los bosques nos necesitan. / Bruno Guerreiro
Este viernes 21 de marzo no es un día cualquiera. Más allá de que arranque la primavera, algo muy esperado por todos, se celebra un día clave para el futuro de nuestro planeta. Es el Día Internacional de los Bosques, una fecha que nos recuerda la importancia de estos ecosistemas que, aunque a menudo damos por sentados, son esenciales para nuestra existencia.
Cuando pensamos en bosques, la imagen que nos viene a la mente suele ser la de un grupo de árboles altos y frondosos. Pero la realidad es que son mucho más que eso. Los bosques albergan aproximadamente el 80% de la biodiversidad terrestre del planeta. Desde los imponentes jaguares de la selva amazónica hasta los delicados líquenes de los bosques boreales, estos ecosistemas son el hogar de millones de especies.
Los bosques ayudan a regular el clima y combaten el cambio climático
Pero hay más: los bosques también son auténticas fábricas de oxígeno. Gracias a la fotosíntesis, absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno, ayudando a regular el clima y combatiendo el cambio climático. Por si fuera poco, actúan como esponjas naturales que retienen agua y previenen inundaciones, además de ser una fuente vital de alimentos, medicinas y materiales para la humanidad.
Un pulmón que se agota
A pesar de su importancia, los bosques están en peligro. Según la FAO, cada año desaparecen alrededor de 10 millones de hectáreas de bosques en el mundo. En términos más visuales: es como si perdiéramos una superficie del tamaño de Portugal cada doce meses. La principal causa de esta destrucción es la deforestación, impulsada por la expansión agrícola, la tala indiscriminada, los incendios y el desarrollo urbano.
Los efectos son devastadores: pérdida de biodiversidad, alteraciones en los ciclos del agua y un aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera. La desaparición de los bosques también afecta a millones de personas que dependen de ellos para su sustento, especialmente en comunidades indígenas y rurales.
Aunque el problema es enorme, hay muchas cosas que podemos hacer a nivel individual y colectivo para proteger los bosques. Entre otras, apostar por el consumo responsable, como los productos con certificaciones como FSC (Forest Stewardship Council), que ayudan a garantizar que la madera y el papel que usamos provienen de bosques gestionados de manera sostenible. También, ser conscientes de que gran parte de la deforestación está ligada a la expansión de terrenos para la ganadería y el cultivo de soja para alimentación animal. Por ello, reducir el consumo de carne puede marcar una gran diferencia. Y por último, es clave exigir políticas ambientales, pues la protección de los bosques depende en gran parte de decisiones políticas.