Por qué celebrar el Día Mundial del Clima es más importante que nunca
Hoy, 26 de marzo, se celebra el Día Mundial del Clima. Una oportunidad para reflexionar sobre el impacto de nuestras acciones en el planeta.

El 26 de marzo se celebra el Día Mundial del Clima. / John Lamb
Nuestra Eco Agenda, una sección fija de las que encontrarás en El Eco de LOS40, está llena de fechas señaladas. Pero la práctica totalidad de ellas giran en torno a una cosa: la salud del planeta y de quienes lo habitamos. Es por eso que este miércoles, 26 de marzo, es un día especial: el Día Mundial del Clima.
Nos va la vida en ello, literalmente: del clima y los cambios que experimenta depende nuestra propia existencia. Y no parece que lo estemos haciendo bien precisamente.
Pese al negacionismo de algunos, el cambio climático no es una predicción futurista ni una teoría de ciencia ficción. Es una realidad que ya estamos viviendo. Temperaturas extremas, fenómenos meteorológicos cada vez más violentos, sequías prolongadas y deshielos acelerados… Si la Tierra fuera un paciente en consulta médica, la alarma ya habría sonado hace tiempo. Y lo peor es que la fiebre sigue subiendo.

Todos los seres vivos dependemos del clima del planeta. / Paul Souders

Todos los seres vivos dependemos del clima del planeta. / Paul Souders
En los últimos años, hemos batido récords de temperatura año tras año. Según los expertos, el año pasado fue el más cálido registrado en la historia. Y no es casualidad: la actividad humana tiene mucho que ver en este calentamiento global. La quema de combustibles fósiles, la deforestación y el consumo desmedido de recursos están pasando factura.
El cambio que nos toca
Cuando hablamos de cambio climático, a veces tendemos a pensar que la solución está únicamente en manos de políticos y grandes corporaciones. Y sí, es cierto que su papel es clave. Pero nosotros, a nivel individual, también tenemos una responsabilidad. Desde la forma en que nos movemos (¿realmente necesitamos coger el coche para ir a la tienda de la esquina?) hasta lo que ponemos en nuestro plato (la producción de carne genera más emisiones de CO2 que todo el transporte mundial junto), pasando por la ropa que compramos (¿has pensado en la huella medioambiental y las consecuencias que tiene comprar una prenda fabricada en la otra punta del mundo?).
Cada pequeño gesto cuenta. Reducir el consumo de plásticos, apostar por energías renovables, reciclar, apoyar empresas con prácticas sostenibles, consumir productos de cercanía o, simplemente, hablar del tema y concienciar a otros. Todo suma.
El Día Mundial del Clima no es solo una excusa para compartir un post en redes sociales con el hashtag de turno. Es un recordatorio de que el tiempo de actuar es ahora. No dentro de cinco, diez o veinte años. Ahora. Y, de paso, de exigir a quienes tienen en su mano la capacidad de legislar que lo hagan. Porque el clima no es algo ajeno, lejano o abstracto. Es el aire que respiramos, el agua que bebemos, los bosques que nos dan vida. Es nuestro presente y, sobre todo, nuestro futuro. Y la buena noticia es que aún estamos a tiempo de cambiar el rumbo.