Antonio Orozco se emociona al recordar el duro momento de la muerte de la madre de su hijo y acaba llorando en ‘Universo Calleja’
El cantante muestra su lado más sensible en su viaje a Nepal junto a Jesús Calleja, Sandra Barneda, Carlos Latre y Ágatha Ruiz de la Prada

Antonio Orozco y Jesús Calleja, exaltación de la amistad en la cima de una montaña en Nepal. / Mediaset
Jesús Calleja es el explorador por excelencia de nuestros días y lo mejor de todo es que sus viajes no los hace solo, sino que los comparte. Tras su viaje al espacio, ahora estrena Universo Calleja donde da una vuelta de tuerca a su propio formato y, convierte sus aventuras en una experiencia de grupo. En el arranque del programa se ha llevado a Sandra Barneda, Ágatha Ruiz de la Prada, Carlos Latre y Antonio Orozco a Nepal y ha logrado sacarles su lado más emotivo hablando de los momentos clave en sus vidas.
Un programa que se vive a flor de piel y que saca las emociones al exterior. Eso nos ha permitido ver llorar a varios de ellos, incluido él.
Uno de los momentos más emocionantes ha sido cuando Antonio Orozco ha recordado el momento en el que murió Susana Prat, la madre de su hijo Jan. Un golpe de vida de los que te cambian la perspectiva de todo.
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Recordando una tragedia
"En 2017 pasaron muchas cosas, que algunas fueron buenas, y ocurrió una cosa que a mí me cambió para siempre, que fue la muerte de la madre de Jan", recordaba.
"Cuando Susana murió fue lo peor de lo peor que me ha podido pasar en la vida. Fue un palo tremendo, que yo todavía intento superar, voy poco a poco", relataba sobre el peor episodio que le ha tocado vivir.
En esos duros momentos, desvelaba que recibió dos mensajes que le llegaron muy dentro y que lo cambiaron todo. Uno fue de una científica, Marisa López-Teijón, que le conmovió mucho, pero el otro, fue el de Jesús Calleja que “fue el que lo cambió todo”. Y el anfitrión del viaje no daba crédito con esa confesión.
“Para ti fue un mensaje más, y ya, y para mí fue el principio de la esperanza y lo digo así, que nadie me malinterprete. Me voy a emocionar porque el mensaje era tan sencillo como es la vida: ‘Unos amigos míos budistas dicen que pronto nos reencontraremos’. Son cinco palabras que tú me dejaste en un mensaje, que nadie le va a dar ninguna opinión a nada de eso que, a mí, en el peor momento de mi vida, me abrió todas las ventanas y, de repente, entró la luz”, contaba emocionado.
Con ese mensaje y recurriendo a distintos recursos, “encontré la forma de poder seguir adelante, de repente, todo tenía sentido”, admitía.
Antonio Orozco no se rinde
No ha sido el único gran momento que ha vivido Orozco en este formato que bien parece una terapia en grupo. Otro de esos instantes que no va a poder olvidar es ese en el que llegaba a la cima de la montaña de 4000 metros que Calleja le planteaba como reto personal. A él y al resto de sus compañeros. La diseñadora abandona incapaz de llegar a lo más alto, pero el resto aceptaba llegar hasta el final.
Ha sido duro y con momentos de dudas. Orozco tenía que parar en un momento dado, pero cuando le preguntaban si aguantaba, él aseguraba que sí. “Todo en la vida es así, siempre hay cosas que dan miedo y que no se puede, que no lo hagas…”, valoraba. Momento duro en el que reconocía que “miro hacia arriba y te juro que creo que no voy a poder”.
No podía evitar echarse a llorar. “Creo que lloro del miedo que tengo”, aseguraba admitiendo que no entendía lo que estaba pasando con su cuerpo y el dolor de cabeza que tenía. Un abrazo del segundo guía le daba las fuerzas que necesitaba para avanzar, aunque más rezagado que el resto. Jesús Calleja se ponía en contacto con ellos por walkie.
“Estoy sobrecogido, también tengo miedo, un montón, pero, en realidad, Jesús, no subir son muchas cosas. Te quería pedir que me dieras una oportunidad, lo quiero intentar, te lo juro. Son muchas cosas, no es solamente subir. Si no se puede, no se puede, y me bajo, pero entonces tendré que volver”, le decía Orozco rezagado.
Pendiente de si su cuerpo le permitía subir, el cantante lo intentaba. El paisaje era sobrecogedor. Los primeros en llegar a la cima fueron Calleja con Latre y Barneda –que tuvo sus momentos de mareo- y fue inevitable fundirse en un abrazo de emoción. Lograron hacer el Zagrula de casi 4.100 metros de altura.
La llegada a la cima de Orozco
“Ya no sé si lloro de alegría o qué, me ha superado todo. Por mis cojones que llego ahí arriba”, manifestaba Orozco que seguía luchando por llegar a la cima con el resto de compañeros de viaje. Cuando lo conseguía se derrumbaba abrazado a todos ellos. Un momento de exaltación de la amistad lleno de emoción.
Una experiencia de vida, sin duda, de las que te cambian.