Bad Bunny rinde tributo a sus raíces boricuas en el Tiny Desk de NPR
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Bad Bunny, artista puertorriqueño / Eric Rojas
Durante su actuación para el Tiny Desk de NPR, Bad Bunny confesó que en su visita promocional a Washington no habían conseguido que nadie les alquilara un local y que incluso tuviera que ensayar en la calle. Y pese a ello el solista consiguió bordar su paso por el icónico formato en directo convertido en un tributo a sus raíces boricuas.
Desde la publicación de su último álbum, Debí Tirar Más Fotos, el de Puerto Rico ha estado en una misión para reivindicar y celebrar la cultura de su país natal. Este álbum, que ha dominado las listas de éxitos a nivel mundial, incorpora sonidos tradicionales de Puerto Rico como la plena, la bomba, la décima y la salsa. La elección de estos géneros no es casualidad: es una declaración de amor y orgullo hacia su tierra natal.

La actuación en el Tiny Desk fue grabada en febrero en la sede de NPR en Washington, D.C. Bad Bunny llegó acompañado de su banda, Los Sobrinos, liderada por el percusionista Julito Gastón. La banda, compuesta por músicos puertorriqueños, incluyó instrumentos tradicionales como el güiro, el tambor y el cuatro, creando una atmósfera auténtica y vibrante.
El set estuvo decorado con dos banderas puertorriqueñas, confeccionadas a mano por la artista Milagros Rosado. Estas banderas, que utilizan el tono azul claro asociado con el movimiento independentista puertorriqueño, simbolizan la resistencia y el orgullo de la isla. El artista, conocido por su activismo y su apoyo a la independencia de Puerto Rico, ha utilizado este símbolo en varios de sus proyectos anteriores.
Durante la actuación, Bad Bunny interpretó cinco temas de su nuevo álbum: Pitorro de Coco, Voy a llevarte pa PR, Kloúfrens, Lo que le pasó a Hawái y La Mudanza. Cada canción fue una postal sonora de Puerto Rico, adornada con arreglos que reflejan la esencia cultural de la isla. Entre canción y canción, el artista compartió anécdotas y reflexiones sobre la importancia de mantener viva la cultura puertorriqueña, especialmente en tiempos de "colonización" y adversidad.
Una de las anécdotas más emotivas fue la de un hombre que, al escuchar a la banda ensayar frente a la Casa Blanca, expresó su asombro por la resistencia cultural de los puertorriqueños. "Es increíble que, después de cien años de colonización, mantengan su cultura, su lengua, su jerga", citó Bad Bunny con orgullo. Este sentimiento de resistencia y pertenencia fue palpable durante toda la actuación.
En esta etapa de su carrera, Bad Bunny está utilizando su plataforma para celebrar y reivindicar sus raíces puertorriqueñas, demostrando que el éxito internacional no tiene por qué alejar a un artista de su esencia. Su actuación en el Tiny Desk es un testimonio de su compromiso con su identidad y su cultura, y un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, la música puede ser un poderoso vehículo de resistencia y orgullo.