Crítica de 'Milagro' de Sebastián Yatra: cuando las baladas románticas también hablan de Dios

Sebastián Yatra tenía claro que quería cantar baladas. La estrella colombiana, a la que conocimos hace una década cantando reguetón con Traicionera, cambió el rumbo de su carrera musical tras una conversación con su padre. "Lo que me marcó la diferencia en mi carrera es ese momento en el que me atreví a ser yo mismo. Tenía la canción Como Mirarte, que la escribí en la universidad sobre una chica que me encantaba, y era una balada", empezó contándonos en una entrevista con LOS40 en septiembre de 2024.

Ahora, por primera vez, ha dado rienda suelta a esta faceta de baladista en todo su disco Milagro. Y es que en aquel momento fue su padre quien le aconsejó que hiciese lo que le dictaba su corazón: "Sebas, saca lo que eres tú. Lo que seas tú al cien por cien. Y si te escuchan mil personas o una persona, pero lo sienten de verdad y les dejas algo de verdad, vale la pena".

Milagro, a través de sus 17 canciones, es el culmen de esta obsesión de Yatra por las baladas. Las únicas canciones que se salen de este género son aquellas que ya hemos ecuchado. Energía Bacana, 2 AM, Vagabundo y Una noche sin pensar se cuelan en un disco que se acerca más al pop de cantautor de principios de los 2000s que al de un reguetonero. Y es que Yatra lo tenía todo pensado.

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Las guitarras: el sonido del amor

El disco empieza con un medio tiempo pop que da nombre al disco: Milagro. Una canción donde sí podemos ver en la base esos orígenes del colombiano en el reguetón. Pero eso es lo único que vamos a escuchar de este género en este nuevo disco. Yatra, a través del sonido de las guitarras, se aleja de él.

Y es que el disco tiene casi una decena de baladas. Eso sí, Yatra supera la prueba y hace que cada una de ellas tenga su propia esencia. De este modo, si en Lienzo y Segundo amor apuesta por un las guitarras y letras para analizar (muchos fans mirarán con lupa cada verso que pudiese dedicar a su ex); en Templo de Piceas junto a Humbe y París con Gus, Yatra se acerca más a un pop íntimo, más común en el indie, y que le va como anillo al dedo a su voz. Y es que es en la producción de estas dos colaboraciones donde escuchamos el sonido más celestial. Justo en el que más se aleja de su sonido caracterísitico.

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Letras cien por cien románticas

Sin duda, una de las mejores partes del disco son las letras. Yatra se abre en canal sobre sus relaciones, el estado de su corazón y la búsqueda de uno mismo. "Cierro los ojos y te veo, parece que todavía estás aquí", dice Yatra en Lienzo. “No pudimos ser el primer amor, fuimos segudos, paró el reloj (...) Tengo miedo de apostar y perderte después” , canta en Segundo Amor, el tema que seguramente más de que hablar por la letra. Porque sí, el cantante no tiene miedo de mostrarse vulnerable en este disco.

Una canción a Dios

Pero Sebastián Yatra no solo dedica canciones al amor romántico. El artista se pasa al pop religioso en uno de los temas del disco. Nada extraño, teniendo en cuenta que el álbum se llama Milagro.

Y es que el tema Amén es en honor a Dios. Una canción de pop cristiana en el que Yatra habla sobre la paz que le da su fe: “Solo cuando estás aquí se va”, “Pero tengo fe, hay calma si hubo tormenta” o “Que en los ojos de Dios somos iguales”, son solo algunos de los versos que podemos escuchar.

Un homenaje a Silvio Rodríguez

Para terminar el disco, Sebastián Yatra nos regala una de las colaboraciones más bonitas de su carrera: junto a su padre. Y es que los dos Obando se ponen a versionar Óleo de Mujer Con Sombrero de Silvio Rodríguez. Una canción que forma parte de la banda sonora de la familia y que queda de maravilla en sus voces. Porque sí, menudo vozarrón tiene el padre de Sebastián Yatra.

Sin lugar a dudas, Milagro es un disco en el que Yatra se siente cien por cien él, donde las baladas son las protagonistas y el amor romántico cobra un nuevo significado.