El verdadero coste económico de los desastres naturales
Un informe de la ONU revela que el impacto económico de estas catástrofes es el doble de lo que se calculaba.
Los desastres naturales son, también, desastres económicos. / Roberto Machado Noa
Cuando se produce una inundación, un terremoto o cualquier otro desastre natural, lo primero son las vidas humanas. Pero una vez concluyen las tareas de rescate, es momento de hacer balance de las consecuencias económicas que ha tenido para una sociedad en concreto, que a menudo tarda en recuperarse mucho más tiempo del que recibe atención mediática.
Ahora sabemos que ese impacto es mucho mayor de lo que se pensaba. Tal y como ha certificado un informe realizado por Naciones Unidas y que acaba de hacerse público, los desastres naturales causan hasta 2,3 billones de dólares en pérdidas económicas reales, diez veces más de lo que se calcula como costes directos.
El impacto económico seguirá creciendo a medida que la crisis climática vaya a más
El motivo de esta diferencia hay que buscarlo en los efectos multiplicadores que tienen este tipo de tragedias y los daños que provocan a los ecosistemas, que tienen un reflejo directo en el buen funcionamiento de toda sociedad.
A todo ello hay que añadir un elemento que, lamentablemente, está presente en casi todas las informaciones de El Eco de LOS40: el cambio climático. El informe subraya que el citado impacto económico seguirá creciendo a medida que la crisis climática vaya a más. Y como siempre, algunos se llevarán la peor parte: los países en desarrollo, que a menudo son los que sufren las peores consecuencias del cambio climático, se ven obligados a contraer una gigantesca deuda para sufragar los gastos de reconstrucción tras una catástrofe, lo que complica aún más la situación.
Los países más pobres se llevan la peor parte en los desastres naturales. / thianchai sitthikongsak
Además, recuperarse de un golpe de este tipo no supone lo mismo para todos los países. Las pérdidas directas de 69.570 millones de dólares sufridas en 2023 por desastres en EEUU representa sólo el 0,23 % de su PIB, mientras que las pérdidas de 4.300 millones registradas en Micronesia equivalían ese mismo año al 46,1% de su PIB. "Esto demuestra el enorme peso relativo de los desastres en las economías pequeñas y vulnerables", advierte la ONU.
Solo el 4% (unos 5.200 millones) se invirtió en prevención y preparación
Como ejemplo práctico de una amenaza real, el informe recuerda el caso del rápido derretimiento del glaciar Thwaites, en la Antártida, que podría provocar un aumento del nivel del mar de más de medio metro. Esto supondría una grave amenaza para toda una serie de infraestructuras costeras que tienen un valor muy superior a los 1,8 billones de dólares. Además, tal situación afectaría gravemente a estados insulares como Kiribati y las Islas Marshall, así como a grandes urbes costeras como Nueva York o Yakarta.
La clave es la prevención
El informe pone de relevancia que, cuando se produce una catástrofe, la gran mayoría de los recursos se destinan a la respuesta de emergencia: el 96% de los 137.000 millones de dólares destinados a la asistencia para el desarrollo relacionada con desastres entre 2005 y 2017 se usa en socorro, reconstrucción y rehabilitación. Solo el 4% (unos 5.200 millones) se invirtió en prevención y preparación, precisa el informe.
Por ello, los responsables del informe ponen el foco en la importancia de esa visión a largo plazo que se centre más en la prevención, sin descuidar la atención en un primer momento. Porque, tal y como recuerdan los científicos, los desastres naturales irán a más a causa del cambio climático. Estar preparados es la clave de nuestra propia supervivencia.