Sergio Peris-Mencheta relata sus 730 días de enfermedad: sus efectos y su sentimiento de culpa
El actor y director acaba de lanzar un libro en el que cuenta cómo ha sido vivir con leucemia
El actor y director Sergio Peris-Mencheta / Aldara Zarraoa
Este 19 de mayo, el actor y cineasta Sergio Peris-Mencheta celebraba dos grandes hitos: su 'cumplevida' y el lanzamiento de su primer libro. Con '730 días. La enfermedad como espejo del tiempo' (ed. Planeta), el artista se abre en canal sobre cómo ha sido vivir con tratamientos entre Los Ángeles y España y cómo el trasplante de médula que recibió de su hermano lo cambió todo.
En una entrevista concedida a La Ventana de Cadena Ser, el actor ha contado que cuando recibió la noticia de que padecía leucemia él y su familia se encontraban en Los Ángeles, donde residen. Por eso, en la primera fase del tratamiento tuvo que estar dirigiendo una obra de teatro y escribiendo este libro desde la cama de un hospital californiano.
Durante todo ese tiempo que estuvo tratándose, Peris-Mencheta tuvo tiempo para reflexionar en su pasado, sus traumas familiares y en por qué le estaba sucediendo todo esto. "Cuando me llega la noticia, no sé si fue porque se te sube la adrenalina, sentía que me lo merecía. Que me había ido demasiado bien", se sinceró.
Fue así cómo la culpa por sus éxitos adquiridos a lo largo de su vida le hizo pensar que se merecía pasar por aquello. Afortunadamente, su enfermedad también le ha enseñado, por irónico que parezca, a sanar algunas heridas.
Una de ellas, quizá la más importante, la relación con su hermano Yonyon. "Yo quería mucho a mi hermano de niño y de adolescente le di la espalda. Era su héroe", comenzó a sincerarse el actor antes de añadir: "Luego me arrepentí de haberle abandonado".
Además de este reencuentro que le ha salvado la vida (literalmente), el artista ha tenido que pasar también por un duro proceso de regreso a la vida real y se ha dado cuenta de que pese a la operación, hay efectos con los que quizá tenga que seguir conviviendo.
"Estos dolores, nauseas, pinchazos en los tobillos, forman parte de mi presente y me traen a contactar con mi cuerpo", ha lamentado. Eso sí, la leucemia también le ha hecho cambiar su visión sobre la vida:
"Me ha cambiado la vida: como despacio, camino despacio. Pero se está produciendo un cambio en cuanto a la perspectiva y cómo miro el presente. Me fijo en cosas distintas: he dejado de aislarme. Por pura comodidad trataba de estar con mucha gente o estar solo, pero nunca un cara a cara".