Un megatsunami amenaza la costa oeste Estados Unidos
Un estudio advierte de que un gran terremoto en la zona de subducción de Cascadia podría producir olas de hasta 300 metros de altura.

El tsunami golpearía la costa oeste de EEUU. / Philip Thurston
Una ola gigantesca, de unos 300 metros de altura, tan grande como la torre Eiffel. Parece algo de ciencia-ficción, pero a juzgar por un estudio publicado recientemente en la revista científica 'Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America' (PNAS) no es tan descabellado. Es más: podría ocurrir dentro de no mucho tiempo.
La explicación hay que buscarla en el punto concreto en el que se juntan dos placas tectónicas: la de Juan de Fuca y la de América del Norte. Allí se ubica la llamada zona de subducción de Cascadia, una falla sísmica de más de mil kilómetros de longitud que va desde la isla de Vancouver, en Canadá, hasta el norte de California.
El fenómeno afectaría a los estados de Washington, Oregón y el norte de California
La diferencia de este lugar con otras zonas sísmicas del planeta reside en que las placas involucradas no se deslizan suavemente, sino que quedan trabadas durante siglos, acumulando grandes cantidades de energía que, al ser liberadas de forma repentina, generan terremotos de dimensiones extraordinarias, superiores a 9 grados en la escala de Richter y, en consecuencia, olas de tamaño monstruoso.
LOS40
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La gran ola podría arrasar ciudades enteras. / estt

La gran ola podría arrasar ciudades enteras. / estt
Según los científicos, el megatsunami afectaría a buena parte de la costa oeste de Norteamérica, especialmente los estados de Washington, Oregón y el citado norte de California. En total, más de 70.000 kilómetros cuadrados se sitúan en zonas de riesgo.
Ya ocurrió en el pasado
No: no se trata de un estudio catastrofista basado en meras suposiciones, porque ya ocurrió. Según los responsables del estudio, se han producido al menos 19 eventos similares en los últimos 10.000 años, una conclusión a la que han llegado tras analizar las capas de sedimentos marinos. El más reciente de todos ellos ocurrió en el año 1700 y generó olas que alcanzaron incluso las costas de Japón.
Hoy en día contamos con avances tecnológicos como la inteligencia artificial, que permite hacer una proyección de cómo se desencadenarían los acontecimientos. Y eso es precisamente lo que han hecho los científicos para llegar a una conclusión: ciudades costeras como Seattle o Portland podrían ser arrasadas en menos de 15 minutos después del sismo inicial. Tan poco tiempo no deja apenas margen de actuación para evacuar a la población. Y ahí, de poco sirven los avances tecnológicos.