Dellafuente se despide con un show inolvidable en el Metropolitano
El artista convirtió el especial escenario en un homenaje a su simbología, su tierra y sus más de 10 años de música atemporal

Concierto de Dellafuente en el Metropolitano
Dellafuente lo ha conseguido. Lo que hace unos años parecía un sueño improbable anoche se convirtió en realidad ante más de 65.000 personas en el estadio Riyadh Air Metropolitano de Madrid. El granadino ofreció un espectáculo tan increíble como monumental, acompañado de una puesta en escena llena de simbolismo y detalles.
En el centro del campo, una estrella nazarí de ocho puntas acogía al de Granada. Agua brotando de las fuentes centrales, pantallas verticales como muros de palacio andalusí, y una pasarela que conectaba la estrella con la grada era lo que se veía al entrar al estadio.
Dellafuente se hizo de rogar pero, como si de una afición de fútbol se tratase (que así parecía, con bufandas y camisetas del Dellafuente F.C. miraras por donde miraras), un griterío acompañado de un fuerte aplauso sonó cuando entró al escenario.
LOS40 Urban
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Concierto de Dellafuente en el Metropolitano

Concierto de Dellafuente en el Metropolitano
Y así comenzó Bailaora, con su mezcla característica de reguetón, flamenco y autotune místico. A partir de ahí, un recorrido por sus más de diez años de carrera, demostrando que su música sí es folclórica y, desde luego, atemporal.
Desde canciones antiguas como Dile, 13/18 o A lo mejor hasta 13 preguntas o Ayer, el repertorio avanzó mezclando temas clásicos con otros más recientes de su disco Torii Yama.
Además, en un día tan importante como este, Dellafuente no quiso celebrar solo y así subieron a cantar con él artistas como Judeline, Lia Kali, Amore, RVFV, Pepe y Vizio, Rels B y Morad, con quien interpretó una de las canciones más esperadas (y gritadas) de la noche: Manos Rotas.

Dellafuente y Rels B abrazados en el concierto de Dellafuente en el Metropolitano

Dellafuente y Rels B abrazados en el concierto de Dellafuente en el Metropolitano
El espectáculo visual que acompañó cada tema fue sencillamente impresionante. Luces que dibujaban el aire, llamas que brotaban del suelo y bailarines que movían el escenario con una energía casi ritual, transformaron el concierto en una experiencia sensorial única. Cada canción se elevaba más allá de la música para convertirse en una ceremonia viva, donde sonido, imagen y emoción se fundían en un clímax imparable que envolvió al Metropolitano por completo.
Pero más allá del despliegue técnico y artístico, la noche también tuvo un tono íntimo y revelador con canciones como Veneno o Una Gota.
Así, el cantante aprovechó el primero de sus dos conciertos para confesar que necesita un descanso y un tiempo para asimilar lo vivido. “Soy una persona totalmente diferente a la que empezó hace diez años”, dijo después de mostrarse orgulloso de haber conseguido ser él mismo y no tanto lo que otros quieren que sea.
Y aunque evitó hablar de finales rotundos, sí dejó caer una frase que caló hondo en el estadio: “De alguna manera, esto es una despedida”. Un cierre agridulce, envuelto en sinceridad, que sus fans entendieron con respeto y emoción, conscientes de que estaban presenciando no solo un concierto, sino un momento decisivo en la trayectoria de un artista que siempre ha hablado desde el corazón.
De alguna manera, esto es una despedida
— Dellafuente
Fue una noche histórica no porque rompiera récords y callara muchas bocas, sino porque convirtió un estadio en una conversación a corazón abierto. Un artista independiente llenando el Metropolitano con canciones que se han convertido en himno generacional. Un símbolo de algo más grande: que lo auténtico, cuando conecta, no tiene techo.