Miles de personas se manifiestan en Madrid en defensa del lobo
Este domingo, las calles de la capital fueron testigo de una gran marcha de protesta que tuvo por lema "Lobo vivo y protegido".
Cabecera de la manifestación en defensa del lobo.
El lobo está en peligro, y nos necesita. Es el grito que lanzaron este domingo miles de personas en una gran concentración que tuvo lugar en Madrid, y que fue convocada por algunas de las principales organizaciones ecologistas y animalistas de todos los rincones de España: Animal Guardians, Anima Naturalis, Ecologistas en Acción, Grupo Lobo Asturias, Lobo Marley, Plataforma NAC, Sociedad Científica DIRUS y WWF.
La manifestación arrancó a las 12:30 en Atocha y recorrió el centro de la capital para defender a un animal tan necesario como incomprendido. El lobo ibérico, pieza clave de nuestros ecosistemas, sigue siendo víctima de persecución y, más preocupante aún, instrumento de debate político.
El detonante de la marcha hay que buscarlo en el pasado 20 de marzo. Aquel día, un paquete sobre desperdicio alimentario incluyó una enmienda impulsada por el PP que eliminaba la protección nacional del lobo. Para los convocantes, aquel texto obviaba la ciencia y los procedimientos legales: en lugar de conservar la especie o fomentar la convivencia con técnicas preventivas, la enmienda apostaba nuevamente por su muerte, en una decisión aplaudida por colectivos como el de los ganaderos y el de los cazadores pero que, en opinión de los defensores del medio ambiente, es enormemente negativa, pues sienta un peligroso precedente en la normativa ambiental.
Un momento de la manifestación en defensa del lobo (foto: NAC).
Las ONG advierten: las poblaciones de lobo aún no se han recuperado ni se ha logrado una convivencia real entre humanos y estos cánidos. De hecho, según WWF, hoy sólo quedan unas 300 manadas, y la especie sólo habita en un tercio de su antiguo territorio. La postura de las organizaciones convocantes es firme: no permitirán que se regrese a las antiguas prácticas de caza indiscriminada. El lobo no puede volver a bajar al sur ni puede volver a caer —como antaño— en nuestras redes de odio y odio institucional.
Este domingo, la exigencia fue doble: que se paralicen ya las batidas de lobo, acción que ya han frenado los tribunales en Galicia, pero que sigue adelante en Cantabria y Asturias. Con una gran pancarta, se reclamó el retorno del lobo ibérico al LESPRE (Listado de Especies en Régimen de Protección Especial) y la aplicación íntegra de la Directiva Hábitats europea, pilar básico para su recuperación en territorios donde ha desaparecido.
Los manifestantes también demandaron planes de conservación serios, con base científica y herramientas eficaces contra la caza furtiva y el envenenamiento, así como programas de educación ambiental que difundan información rigurosa sobre el lobo y desmonten mitos peligrosos, en lugar de alimentar el alarmismo entre la población rural.
Lo que dicen los datos
Como en todas las polémicas, las cifras y su interpretación varían dependiendo de a quién se le pregunte. Según la Fundación Artemisan, vinculada al lobby de la caza, la población de lobo ibérico ha crecido un 26 % desde 2014, hasta las aproximadamente 2.800-3.000 cabezas repartidas en unas 380 a 400 manadas. Sin embargo, un equipo del CSIC advierte de que, a pesar de ese aparente aumento, la diversidad genética está en declive por la fragmentación de hábitats, lo cual supone un riesgo para su salud a largo plazo.
Cantabria ya ha sacrificado 16 lobos, y Asturias prevé cazar hasta 53 ejemplares
Por su parte, expertos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) señalan que los datos oficiales podrían estar sobreestimados: en algunas zonas, como el Sistema Central, las manadas rondan apenas los 3–5 ejemplares, lo que impide el crecimiento sostenible. En Castilla y León hay censadas 193 manadas, un 8% más que en 2012–2013, aunque el crecimiento se concentra sólo al norte del río Duero, mientras el sur del Duero sigue siendo débil.
Las comunidades del norte (Asturias, Cantabria, Galicia y Castilla y León) representan el 90% del total de ejemplares de lobo ibérico, y son precisamente donde más se resiente la tensión entre ganaderos y conservacionistas. Cantabria ya ha sacrificado 16 lobos dentro de un plan que permite 41, y Asturias prevé cazar hasta 53 ejemplares (un 15 % de su población estimada en 360–405). En respuesta, las ONG han amenazado con acciones legales por la falta de transparencia y el uso político de las cifras.