Muere Alvaro Vitali, el icónico Jaimito en los años 70
Fue gracias a un encuentro fortuito con el legendario director Federico Fellini lo que cambió su destino

Alvaro Vitali, el icónico actor que le dio vida a Jaimito / Mondadori Portfolio
El mundo del cine se ha despertado hoy de luto tras conocerse la triste noticia del fallecimiento de una de las figuras más icónicas del mundo del humor popular: Álvaro Vitali, el actor italiano que dio vida al inolvidable Jaimito en las comedias eróticas de los años 70, ha fallecido en Roma a los 75 años.
Según han explicado varios medios de su país de nacimiento, Vitali llevaba hospitalizado desde hacía dos semanas tras sufrir una bronconeumonía recurrente, ha confirmado su expareja, Stefania Corona.
Una vida marcada por el éxito efímero
Nacido el 3 de febrero de 1950 en Roma, Vitali tuvo una infancia difícil marcada por conflictos familiares que lo llevaron a vivir con su abuela desde los ocho años. Abandonó los estudios tras la primaria y trabajó como electricista durante su adolescencia hasta que un encuentro fortuito con el legendario director Federico Fellini cambió su destino. Participó en cuatro películas del cineasta —Satyricon, I clowns, Roma y Amarcord—, aunque en papeles secundarios.
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El gran salto a la fama llegó con su interpretación de Pierino, conocido en España como Jaimito, un personaje travieso, pícaro y entrañable que protagonizó una serie de películas de comedia erótica como Jaimito contra todos, Jaimito, médico del seguro y Jaimito no perdona. Estas cintas, aunque criticadas por su tono ligero, se convirtieron en fenómenos de taquilla y consolidaron a Vitali como un rostro querido por el público.
Sin embargo, el éxito fue efímero. Encasillado en el papel de Jaimito, Vitali encontró dificultades para diversificar su carrera. "En Italia no es como en Estados Unidos, donde puedes hacer cualquier cosa. Para ellos, yo solo podía ser Jaimito", lamentó en una entrevista. A pesar de haber ganado grandes sumas —llegó a cobrar 90 millones de liras por una película—, los años de bonanza dieron paso a una etapa de soledad y dificultades económica