El motivo por el que Lorde ha llamado 'Virgin' a su nuevo álbum
La artista pensó en dejar de hacer música antes de grabar este disco

Lorde actuando en el festival de Glastonbury de 2025 / Joseph Okpako
Por más de una década, Lorde ha sido una figura fundamental en la evolución del pop, desafiando convicciones del propio género con cada lanzamiento. Pero con Virgin, su cuarto disco de estudio, la artista neozelandesa ha ido aún más lejos. No solo ha presentado su trabajo más visceral y arriesgado hasta la fecha, sino que ha elegido un título que golpea directo al nervio cultural. Y es que, ¿por qué Virgin?
En los últimos años, hemos sido testigos de cómo las reglas del juego en la música pop están cambiando. La llegada de nuevas voces que traen consigo propuestas radicales y multidisciplinarias ha obligado incluso a los nombres más consolidados a replantearse su lenguaje. La reinvención ya no es una opción, es una necesidad. No basta con tener talento: hay que arriesgar.
Lorde, sin embargo, no responde a esa presión como reacción. Desde sus inicios ha sido un referente para muchos de los grandes artistas. Su capacidad para captar la ansiedad de una generación y convertirla en arte pop la puso por delante desde Pure Heroine. Pero lo admirable de Virgin es que no se conforma con ese estatus. No se ha limitado a mantenerse relevante: ha decidido ir más allá, y se ha calentado la cabeza para entregar un disco que está completamente vivo.
LOS40
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La elección del título es clave. En una entrevista reciente, explicó: "Virgin es una palabra que incomoda. Buscaba exactamente eso, incomodar, cuestionar, remover. Hacer un disco que tuviera ese efecto también". Y lo ha logrado. Pero esa incomodidad cobra verdadero sentido cuando se escuchan —o se leen— las letras. Virgin habla, sin reservas, de lo que muchos prefieren silenciar: desórdenes alimenticios, sexo, embarazos, la ansiedad por recuperar la identidad, el deseo de volver a vivir, y el dilema de rendirse o seguir adelante. Temas que la sociedad solo permite tratar en voz baja, y que Lorde lanza al centro del escenario, sin adornos. No hay tabú que no se cruce, ni emoción que se disimule.

Un disco que estuvo a punto de no existir
Este álbum, sin embargo, nace desde un lugar incierto. "Estaba segura de que ya no tenía más música dentro de mí y que todo esto había terminado", confesó Lorde. Esa frase podría haber sido un punto final, pero se convirtió en el prólogo de una obra que podría considerarse entre las más importantes de lo que llevamos de año. Que una artista pueda llegar al borde del silencio y volver con una propuesta tan compleja, habla de valentía.

Con Virgin, Lorde no solo incomoda: redefine. Redefine el pop, redefine lo íntimo, redefine lo femenino. Y sobre todo, se redefine a sí misma, no desde la nostalgia de lo que fue, sino desde la firmeza de lo que todavía tiene por decir.

Lola Rabal
Recién graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la URJC. Viví en Chicago, donde descubrí...