Así es la ley de consumo sostenible que prepara el Gobierno

Hay leyes que nacen con el ambicioso objetivo de querer cambiar las reglas del juego. Ese parece ser el caso de la Ley de Consumo Sostenible, una norma que, si sobrevive al tortuoso camino parlamentario de esta legislatura, pondrá patas arriba algunas prácticas del mercado que hemos normalizado.

El objetivo, según Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, es empujar a la industria para que abrace modelos más sostenibles y justos. “La transición ecológica no puede recaer en el consumidor individual”, ha asegurado. Traducción: no basta con reciclar latas, hay que tocar las teclas del sistema económico que realmente manda.

Estas son las principales claves de la ley:

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1. Adiós a los anuncios de gasolina y de vuelos cortos

La futura ley plantea un veto directo a la publicidad de combustibles fósiles, poniéndolos al nivel del tabaco en términos de marketing. Nada de anuncios glamurosos sobre gasolina premium que "cuida tu motor". Si el combustible es 100% fósil, no se podrá publicitar. Se libran por ahora los híbridos con componentes renovables y, también, el gas natural, que sigue siendo fósil pero algo menos dañino.

También se limitarán los anuncios de vuelos cortos, en caso de que haya una alternativa más limpia que no alargue el viaje más de dos horas y media, y de coches que solo funcionen con combustibles fósiles. Los SUV podrían tener los días contados en los bloques publicitarios.

2. Guerra al 'ecopostureo'

Consumo le declara la guerra al greenwashing. La ley quiere que se deje de llamar "verde" a lo que no lo es, y cita específicamente an las etiquetas ambiguas como "amigo del medio ambiente" o "biodegradable" si no hay pruebas contundentes. Tampoco se permitirán afirmaciones basadas en compensaciones de emisiones ("contaminamos, pero plantamos árboles") y se revisarán nombres de marcas que suenen más verdes de lo que son. Incluso se podrá anular una marca si induce a error con su tipografía. La sostenibilidad tendrá que ser real.

3. Stop a la "publicidad del miedo"

Esos anuncios de alarmas que parecen trailers de una película de terror también se mirarán con lupa. La ley pondrá límites a la publicidad que busca meter miedo para vender. Nada de jugar con el pánico a okupas o ladrones con pasamontañas. Si se alertan riesgos, deberán ir acompañados de datos reales y verificables.

4. El derecho a reparar

El texto recoge que los fabricantes no podrán negarse a reparar un producto porque antes haya sido arreglado por un técnico no oficial. Además, se obligará a mantener repuestos y servicio técnico durante al menos 10 años tras dejar de fabricar el producto. Y si decides reparar algo aún en garantía, te amplían un año extra de cobertura.

Además, los fabricantes deberán ayudar a costear la reparación tras los 3-4 años de garantía, con una escala de apoyo económico decreciente (20% el primer año, 10% el segundo, 5% el tercero). Y habrá una plataforma pública con reparadores fiables, piezas, bienes reacondicionados… La economía circular, plasmada en una ley como nunca antes.

5. Entradas sin especulación

Se acabó el negocio de unos pocos a costa de muchos fans de una banda o artista. La nueva ley presentada por el Gobierno prohíbe explícitamente la reventa de entradas por encima del IPC. Así que nada de pagar el triple por ver a tu artista favorito porque alguien automatizó la compra.

6. La reduflación al banquillo

Nos ha pasado a casi todos: compramos un producto que llevamos años consumiendo y nos damos cuenta de que trae menos cantidad… pero cuesta lo mismo. Eso es la reduflación. La nueva ley obligará a avisar de manera inequívoca cuando se reduzca el contenido de un producto manteniendo el precio, para que el consumidor no lo descubra solo cuando ya ha abierto la bolsa.

7. Transparencia con el software

Las actualizaciones de software ya no podrán ser una trampa. La ley exigirá que se informe sobre cuánto tiempo mínimo se ofrecerán, y se prohibirá ocultar que una actualización puede afectar negativamente al rendimiento del dispositivo. Adiós al habitual "mi móvil va más lento desde la última actualización".

8. Contra la obsolescencia programada

Por último, la ley declarará la guerra a la obsolescencia programada. Nada de diseñar productos con fecha de caducidad predefinida. Tampoco se podrá mentir sobre la supuesta incompatibilidad con piezas no oficiales (como hacen algunas impresoras). Y queda prohibido afirmar que un producto tiene una duración concreta… si no se puede demostrar con datos.