¿Qué hacer si entra un murciélago en tu casa?
Para muchos, una pesadilla. Para los que saben cómo manejar la situación, un inconveniente sin mayor importancia. En El Eco de LOS40 te explicamos qué hacer si ocurre.
Los murciélagos arrastran una mala fama injustificada. / Arterra
Pongámonos en situación: estás en casa, en modo relax, quizá viendo una serie, leyendo, cenando o simplemente disfrutando de la brisa de una noche de verano. De repente, un bólido oscuro atraviesa la sala haciendo eses en el aire. No es un dron, no es un pájaro desorientado. Es un murciélago. Y aunque tu primer impulso pueda ser gritar, agacharte o buscar la escoba (error), lo mejor que puedes hacer es respirar hondo… y leer esto.
Para empezar: calma. Lo más probable es que el pequeño intruso esté más asustado que tú. No va a atacarte, ni se te va a enredar en el pelo. Lo cierto es que los murciélagos tienen muy mala fama, pero injustamente: ni son agresivos ni van buscando problemas. Simplemente se han desorientado y quieren salir lo antes posible de tu casa.
Nada de perseguirlo, de lanzarle cosas o de intentar atraparlo con una toalla. Eso solo servirá para estresarlo más
En lugar de dejarte llevar por el pánico, hazle un favor: apaga las luces de casa y abre bien las ventanas. El murciélago buscará la salida de forma natural, guiado por la luz exterior y su asombroso radar interno. Puede que tarde unos minutos en encontrar el camino, pero lo hará. Mientras tanto, intenta no agobiarlo. Nada de perseguirlo, de lanzarle cosas o de intentar atraparlo con una toalla. Eso solo servirá para estresarlo más.
Aliados contra los mosquitos
Más allá del susto inicial, encontrarse con un murciélago es, en realidad, un pequeño recordatorio de lo maravillosa que es la biodiversidad que nos rodea, incluso en la ciudad. Estos animales, de los pocos mamíferos capaces de volar, cumplen un papel esencial en los ecosistemas. Son los grandes cazadores nocturnos de insectos: cada murciélago puede comerse entre 500 y 1.000 mosquitos en una sola noche. Así que si alguna vez has dormido sin que te despierten los zumbidos veraniegos en la oreja, tal vez debas agradecérselo a ellos.
Los murciélagos combaten eficazmente los mosquitos. / Avalon
Además, algunas especies también ayudan a polinizar plantas y a dispersar semillas. En muchas zonas del mundo, son responsables de que ciertos frutos puedan crecer. Son tan necesarios como invisibles. Pero claro, su estética gótica, su vida nocturna y su asociación cultural con vampiros sedientos de sangre no les ha hecho ningún favor. Lo cierto es que la mayoría de la gente sabe más de ellos por mitos que por hechos.
Y sí, como en el caso de cualquier animal, hay que tratarlos con respeto. Si encuentras uno caído o herido, nunca lo toques con las manos desnudas. Usa guantes o un trapo, colócalo con cuidado en una cajita y contacta con algún centro de recuperación de fauna. Pero si solo ha entrado volando en tu salón, lo más sensato es dejarle salir tranquilamente.
En un mundo que se ha vuelto hostil para muchas especies, donde cada vez hay menos espacio para lo salvaje, quizá convenga replantearse nuestra relación con estos visitantes nocturnos. No son monstruos: son vecinos. Discretos, eficientes y necesarios. Así que la próxima vez que uno entre en casa, no lo veas como un problema: míralo como un invitado accidental que solo necesita una salida abierta y un poco de comprensión.