Muse salva la primera noche del Mad Cool con una actuación explosiva que eclipsa los fallos del arranque

Bajo un sol abrasador que rozaba los 36 grados, el Mad Cool 2025 abrió sus puertas en el recinto Iberdrola Music de Villaverde con una jornada que prometía emociones fuertes… y las tuvo, aunque no todas por los motivos esperados. Lo que prometía ser una primera jornada vibrante en el recinto Iberdrola Music de Villaverde se vio empañado por un fallo eléctrico que dejó sin sonido a dos de los grandes nombres del cartel: Gracie Abrams e Iggy Pop. Sin embargo, cuando parecía que el caos se apoderaba del festival, Muse apareció como un vendaval para reconducir la noche y dejar a los 50.000 asistentes con la adrenalina por las nubes.

Entradas para el Mad Cool 2026: cuándo salen a la venta, dónde comprarlas y precios

Ante las quejas por los fallos técnicos, la organización pidió disculpas y atribuyó los problemas a un fallo de corriente provocado por el sobrecalentamiento de los sistemas técnicos, asegurando que estaban “trabajando para solucionarlo”.

Gracie Abrams: dulzura interrumpida por el silencio

Una hora después de la actuación de Mother Mother en el escenario 'Región de Madrid', la joven estrella del pop alternativo, Gracie Abrams, subió al escenario con una sonrisa radiante y abrió su set con Risk, seguida de temas como Where Do We Go Now? y 21. El público, en su mayoría joven y entregado, coreaba cada palabra y la estadounidense se entregó al cien por cien a sus seguidores con su característica cercanía, destacando el especial cariño que tenía a la ciudad y señalando que "cada una de las canciones de la noche eran una carta de amor a sus asistentes". Pero justo cuando interpretaba su Mess It Up, el escenario quedó en completo silencio. Un apagón técnico, provocado por el sobrecalentamiento de un generador, dejó a la artista sin sonido.

Directo

LOS40

LOS40

Reproducir LOS40

Ampliar

Cerrar

Lejos de rendirse, Abrams intentó continuar con un breve set a capella, cantando fragmentos de sus canciones mientras el público la acompañaba con palmas, entre ellos, su gran hit That's so true. Aunque el gesto fue aplaudido, la frustración era palpable entre los asistentes, muchos de los cuales llevaban horas esperando bajo el sol abrasador de julio.

Aunque no se logró restablecer las luces del todo, con las pantallas reseteadas y sin imagen de la artista para aquellos que se ubicaban en una zona más alejada, la artista luchó para al menos tocar su última canción y regalar su hit Close to you para endulzar el sabor amargo que se le había quedado a sus fans.

Iggy Pop saca su lado más punk ante las adversidades

Minutos después, el segundo golpe: Iggy Pop, leyenda viva del punk, también sufrió el mismo destino en el escenario contiguo, el de Ouigo. Pero si alguien sabe cómo convertir el caos en espectáculo, es él.

Ampliar

Cerrar

Tras unos minutos de incertidumbre, Iggy apareció sin camiseta, como es costumbre, y comenzó a gritar al público, improvisando con su característico desenfreno con un cartel de fondo que informaba de los fallos técnicos que estaban sufriendo. 20 minutos más tarde, cuando el sonido volvió, desató una tormenta con Lust for Life y The Passenger, dejando claro que el espíritu punk no se apaga tan fácilmente.

Ampliar

Cerrar

Muse, salvadores del día con una actuación apoteósica

Con el ambiente aún tenso, Muse tomó el relevo como cabeza de cartel tras la baja de última hora de Kings of Leon en el escenario principal 'Región de Madrid'. Y lo hicieron con una actuación que rozó lo épico. Desde los primeros acordes de Hysteria hasta el cierre con Knights of Cydonia, Matt Bellamy y los suyos ofrecieron un espectáculo cargado de luces, pirotecnia y auténticos hits. El público, que había llegado a temer por el resto de la jornada, se entregó por completo a los himnos de la banda británica, que demostró por qué sigue siendo una de las grandes potencias del rock en directo.

Ampliar

Cerrar

Uno de los momentos más mágicos del concierto llegó con Starlight, cuando una luna llena perfectamente alineada sobre el escenario pareció formar parte del espectáculo. La escena era tan cinematográfica que parecía calculado al milímetro y mientras Matt Bellamy cantaba “Hold you in my arms, I just wanted to hold…” se creó un instante de comunión total.

Le siguieron otros himnos como Time Is Running Out, que desató una auténtica explosión de saltos y gritos, y Uprising, con su ritmo marcial y su mensaje desafiante. Aunque se veían algunos móviles grabando, lo que predominaba era un ambiente de entrega total: la mayoría de los asistentes botaban, cantaban y vivían el momento con una intensidad que pocas bandas logran generar.

Weezer: nostalgia y guitarras noventeras

Antes del gran final, Weezer ofreció un set sólido y nostálgico, ideal para los fans del power pop y el rock alternativo. Con clásicos como Buddy Holly, Island in the Sun y Say It Ain’t So, la banda californiana conectó con un público intergeneracional que agradeció el repaso a su discografía más icónica.