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La contaminación acelera el envejecimiento

Según un estudio global realizado en 160.000 personas, el aire que respiramos está directamente relacionado con nuestra forma de envejecer.

El envejecimiento tiene, también, causas medioambientales y sociales. / Jonathan Knowles

¿Y si el aire que respiras, la calle por la que caminas o el gobierno que te representa marcaran el ritmo al que envejece tu cuerpo? Un estudio internacional, llevado a cabo con una muestra de más de 160.000 participantes de 40 países, acaba de darle forma científica a algo que se intuía desde hace tiempo: el entorno en el que vives no sólo influye en tu estado de ánimo o tu calidad de vida. También puede estar haciendo que envejezcas a marchas forzadas.

El estudio, llevado a cabo por un equipo multidisciplinar liderado por el Instituto Latinoamericano de Salud Cerebral y publicado en la revista 'Nature Medicine', propone un enfoque rompedor: el conocido como exposoma global. Dicho de otra manera: analizar cómo los factores físicos, sociales y políticos —sí, también la democracia o su ausencia— moldean tu salud y tu velocidad de envejecimiento.

Para ello, los autores han creado una herramienta bautizada como 'brechas de edad bioconductuales' (BBAG, por sus siglas en inglés). Esta métrica compara la edad cronológica de una persona con su edad "real" basada en su salud física, funciones cognitivas, nivel educativo y desempeño diario. Cuanto mayor sea esa brecha, más rápido estás envejeciendo respecto a lo que indica tu DNI.

Cuestión de desigualdad 

"Tu edad biológica no sólo depende de ti, también refleja el mundo que te rodea", explica Agustín Ibáñez, autor principal del estudio. "Respirar aire contaminado, vivir en un país desigual o bajo una democracia débil no solo afecta a la sociedad, sino que deja huella directa en nuestro cuerpo". La idea de que el envejecimiento es únicamente una cuestión individual o biológica queda en entredicho.

Los países del sur y el este presentan brechas mayores que sus vecinos del norte

La foto global que dibuja el estudio es tan amplia como inquietante. África y América Latina son las regiones donde más se acelera el envejecimiento, seguidas de Asia. Europa, aunque en mejor posición, tampoco se libra: los países del sur y el este presentan brechas mayores que sus vecinos del norte. A nivel global, Egipto y Sudáfrica aparecen como los casos más extremos, con un envejecimiento biológico muy por encima de la media.

"El patrón es claro", comenta el doctor Hernán Hernández, primer autor del trabajo y miembro de la Universidad Adolfo Ibáñez. "Cuanto menores son los ingresos nacionales y más débiles las instituciones, más acelerado es el envejecimiento de su población".

Nuestra forma de envejecer está relacionada con el lugar donde vivimos. / Frank Schwere

El estudio identifica tres grandes tipos de exposición negativa: la física (como la mala calidad del aire), la social (desigualdad económica o de género) y la político-institucional (falta de representación o democracias en retroceso). Estas variables no solo impactan en el presente. También predicen pérdidas futuras en memoria, autonomía o habilidades cotidianas. En otras palabras: vivir en un contexto tóxico hoy puede convertir tu vejez en un terreno mucho más cuesta arriba mañana.

Sandra Baez, coautora del estudio y también becaria Atlantic en el Trinity College de Dublín, lo resume así: "Envejecer saludablemente no es solo una cuestión de hábitos. Es también una cuestión de justicia social y de política pública", apunta.

La investigación llega en un momento especialmente oportuno. En plena crisis democrática global, con la contaminación disparada y la desigualdad en aumento, estos hallazgos ponen sobre la mesa una idea potente: para promover el envejecimiento saludable, no basta con recetar ejercicio, meditación o dieta sana. Hay que enfrentar las causas estructurales. Y eso pasa por reducir la brecha entre ricos y pobres, fortalecer las instituciones democráticas y garantizar un aire limpio. Porque quizá el mayor predictor de cómo envejecerás no está en tus genes, sino en tu código postal.