Violeta da el primer acto de su gira en el Circo Price: un debut entre lo letal y lo divino
La cantante se estrena con un concierto de hora y cuarto donde brillan la escenografía y una estética cuidada al detalle
Violeta en su primer concierto debut en el Circo Price, Madrid. / Álvaro Gordo
Sábanas blancas colgando como telones, un panfleto que desglosa los actos de una ópera y un escenario que emula un pequeño teatro dentro del Circo Price. Así comenzaba la primera cita de Violeta con su público en esta gira que lleva a escena VIOLETA, su álbum debut. No es casualidad que haya elegido un circo para abrir esta etapa: lo que vimos anoche fue un espectáculo donde la música, el drama y la estética se funden en un mismo acto de entrega.

Con una introducción larga, envolvente y casi cinematográfica, el público fue entrando poco a poco en el universo de Violeta. Hubo quien se impacientó. Pero entonces, como en toda gran ópera, una voz grabada susurró el overture del concierto, marcando el inicio formal del espectáculo. Sobre ese preludio, se escuchó la voz de la propia Violeta: “Para que me acompañes en este camino tan letal como divino…”. Y así comenzó la travesía.
LOS40
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Vestida de blanco, como una novia, con velo y rodeada de bailarines pelirrojos, Violeta apareció por primera vez para interpretar Corazón mande. Fue una declaración de intenciones: este es un concierto-concepto, donde cada canción forma parte de un relato.
“Este es el inicio de todo…”, dijo con emoción antes de enlazar Cruz y delicia y una sensual Soy tu delirio, coreografiada con precisión. El primer acto terminó con Libertá, dejando claro que el amor, la obsesión y la huida van de la mano en su universo.
Para el segundo acto, cambió de vestuario y de atmósfera. Más ligera, más suelta. Con Ay! y 17:17 el tono se volvió más etéreo. Sorprendió con un delicado cover de Summertime de Janis Joplin, justo antes de colocarse una peluca rubia que recordaba al videoclip de Me pelea, canción que dejó a todo el Price mirándola sola en el escenario.
La conexión con el público fue creciendo con Contigo, una de las canciones más emocionales del set, antes de cerrar el segundo acto con El x venir.

La recta final comenzó con un delicado cover de Les Feuilles mortes de Yves Montand, interpretado en francés, sin artificios, pero con elegancia clásica. Le siguieron el bolero Sabor de anhelo, el desgarro vocal de Cruel final y una poderosa versión de Pearls, de Sade. Para cerrar, una joya: Ojalá, con la que Violeta dejó el escenario cubierto de emoción y en absoluto silencio. Salió del escenario con un salto hacia atrás, dejando la escena a oscuras, en un gesto que evocaba la muerte de Violetta, protagonista de La Traviata, la ópera que inspira tanto la escenografía como el concepto de su álbum. Y así acababa el concierto.
Este primer concierto marca un antes y un después para Violeta. Lejos quedó la artista que conocimos en Operación Triunfo. Hay esfuerzo, concepto y dirección artística en cada detalle. VIOLETA no es solo un disco: es una historia que cobra vida en directo. Y anoche, en el Circo Price, fuimos testigos de su primer acto.












