Muere Hulk Hogan, ícono de la lucha libre, a los 71 años
Su figura marcó una era en la WWE y en la cultura pop mundial
Hulk Hogan / Robert Gauthier
Hulk Hogan, el rostro más reconocible de la lucha libre profesional, ha fallecido a los 71 años. El ícono de la WWE murió en la mañana del jueves 24 de julio en su residencia de Clearwater, Florida, tras sufrir un paro cardíaco, según confirmó TMZ. Equipos de emergencia acudieron rápidamente al domicilio, pero no pudieron salvarle la vida. La noticia ha conmocionado al mundo del entretenimiento y del deporte, donde Hogan fue una figura central durante más de cuatro décadas.
Con su característico bigote rubio, su físico imponente y su grito de guerra “Whatcha gonna do, brother?”, Hulk Hogan trascendió el cuadrilátero para convertirse en un fenómeno cultural. Su legado va mucho más allá de los títulos ganados: fue el rostro de la era dorada de la WWE en los años 80 y 90, protagonizó películas, series y campañas publicitarias, y dejó una huella imborrable en generaciones de fans. Su muerte marca el final de una era.
Un final inesperado, aunque no del todo sorpresivo
Aunque la noticia ha sacudido al mundo del deporte, en las últimas semanas ya se habían encendido las alarmas sobre el estado de salud de Hogan. En mayo se sometió a una cirugía de cuello, y desde entonces circulaban rumores sobre su deterioro físico. Su esposa, Sky Daily, había desmentido hace apenas unas semanas que estuviera en coma, asegurando que su corazón era "fuerte" y que se encontraba en recuperación. Sin embargo, el desenlace llegó de forma repentina.
El jueves por la mañana, los servicios de emergencia recibieron una llamada por un posible paro cardíaco. Al llegar, encontraron al luchador inconsciente y lo trasladaron en ambulancia, pero no lograron reanimarlo. La escena fue descrita como dramática, con varios coches de policía y ambulancias frente a su casa.
El legado de una leyenda
Nacido como Terry Gene Bollea en 1953, Hulk Hogan comenzó su carrera en la lucha libre en los años 70, pero fue en los 80 cuando alcanzó la fama mundial gracias a la WWE (entonces WWF). Su carisma, su físico y su habilidad para conectar con el público lo convirtieron en el rostro de la compañía. Fue campeón mundial en múltiples ocasiones y protagonizó combates históricos contra figuras como André the Giant, Randy Savage y The Ultimate Warrior.
Más allá del ring, Hogan fue un pionero en llevar la lucha libre al mainstream. Participó en películas como Rocky III, tuvo su propio reality show (Hogan Knows Best) y fue una figura habitual en la televisión estadounidense. Su imagen se convirtió en sinónimo de fuerza, espectáculo y patriotismo.
Luces y sombras
La vida de Hogan no estuvo exenta de polémicas. En 2015, fue despedido de la WWE tras la filtración de unos comentarios racistas, aunque años después fue reincorporado al Salón de la Fama. También enfrentó problemas legales y de salud derivados de su carrera, con múltiples cirugías en la espalda, caderas y rodillas. A pesar de todo, su popularidad nunca desapareció del todo, y seguía siendo una figura querida por muchos fans.