Así es vivir un concierto de Kendrick Lamar y SZA: todos los símbolos y su significado
La icónica dupla de superestrellas arrasó en Barcelona este pasado 30 de julio
Kendrick Lamar actuando en el Grand National Tour / Greg Noire
La llegada de Kendrick Lamar y SZA a Barcelona se esperaba como agua de mayo, y ambos dejaron el listón muy alto. Este fue el único show de su Grand National Tour, su gira conjunta de estadios de la mano de Live Nation, que pasó por nuestro país.
Un concierto a la altura de dos de los intérpretes más grandes del mundo. Sin duda, Lamar es el rapero más influyente a nivel global en este momento, especialmente tras su explosivo paso por la Super Bowl. Pero si algo caracteriza a ambos es su habilidad para trascender culturalmente a varios niveles y transmitir mensajes de una forma muy particular.
Kendrick y SZA ofrecen un espectáculo vibrante (literalmente, porque el estadio vibra durante el show) y arrollador, cargado de símbolos y mensajes. Aquí los explicamos.
¿Qué simboliza el coche de Kendrick Lamar en alusión a GNX?
Al inicio del show, aparece un coche en mitad del escenario. Se trata de un 1987 Buick GNX (Grand National Experimental), el coche que da nombre al sexto disco de estudio de Kendrick: GNX, lanzado en noviembre de 2024.
Aunque en ese momento viene a tu mente la espectacular salida en la Super Bowl (cuando decenas de bailarines salen del mismo coche), aquí Kendrick sale solo, envuelto en una nube de humo. Es difícil de explicar, pero su presencia sobre el escenario está a medio camino entre la calma y la explosividad momentánea; parece totalmente unbothered, consciente de lo que representa, pero sin querer interpretar el papel de la estrella que es.
Realmente, este es uno de los eslabones clave para llevar GNX al directo. Toda la simbología del álbum gira en torno a la introspección personal, la cultura urbana de la Costa Oeste y la identidad afroamericana. En el show, Kendrick Lamar deja de ser Kendrick Lamar; es un chico de la West Coast, de Compton, una ciudad en California que, cuando él nació, estaba atravesada por la epidemia de crack, la pobreza y la guerra callejera.
La esencia del Grand National Tour es precisamente referenciar esta realidad. De hecho, el nombre de la gira viene del modelo de coche antes mencionado, que a su vez es un símbolo de la tradición en el rap de la West Coast respecto a los vehículos clásicos, como el ‘64 Chevy Impala, inmortalizado por Eazy-E en su línea “Cruisin’ down the street in my ‘64” en ‘Boyz-N-The Hood’, y presente en el video de Ice Cube para ‘It Was a Good Day’, así como el ‘63 Impala SS’ que aparece en el video de Dr. Dre ‘Still D.R.E’.
Kendrick Lamar actúa durante el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LIX de Apple Music en el Caesars Superdome el 9 de febrero de 2025 en Nueva Orleans, Luisiana. / Kevin Mazur
Todo lo que hay detrás de ‘Not Like Us’: mucho más que el conflicto personal con Drake
Una de las ideas más notables es que Lamar devuelve el brillo a la Costa Oeste, la vuelve a unir. Prueba de ello es su beef contra Drake en ‘Not Like Us’, que va mucho más allá del conflicto personal. Construye un claro “ellos” frente a un “nosotros”, un elemento clave en el hip hop y la guerra del rap en Estados Unidos.
En la canción, Lamar lanza una crítica feroz al rapero canadiense (pero también a otras figuras de la industria), acusándolo de apropiarse y fetichizar la cultura afroamericana para beneficio personal, sin respetar su profundidad, historia ni comunidad. Lamar denuncia cómo figuras externas adoptan estéticas, sonidos y gestos de raperos afroamericanos como una moda, mientras se mantienen ajenos a las realidades sociales que esa cultura representa.
Además, Kendrick apunta a un grave problema: la sexualización de menores. Un señalamiento que coincide en el tiempo con los escándalos de Diddy, una figura “referencial” en la industria hasta ese momento. Lamar señala aquí a Drake con la viral línea de “A minor”, en referencia a polémicas mediáticas como la supuesta amistad del intérprete canadiense con la actriz de Stranger Things, Millie Bobby Brown.
Kendrick Lamar actúa en el medio tiempo de la Super Bowl LIX, febrrro de 2025. (Photo by Bob Kupbens/Icon Sportswire via Getty Images) / Icon Sportswire
El show de Kendrick y SZA se entrelaza con interludios proyectados en la gran pantalla central. Aparecen ellos mismos en lo que parece un interrogatorio o una conversación con un terapeuta. “¿Estas letras han de ser tomadas como metáfora o como amenaza?”, le pregunta una voz fuera de cámara a Lamar en una de las proyecciones. “Tómatelas como quieras”, responde él. Así, los actos presentes en el show parecen un viaje a la psique de cada uno.
El rapero ofrece un setlist a la altura de lo esperado, con canciones de GNX como squabble up, tv off, reincarnated, pero también hits icónicos como HUMBLE, DNA, euphoria o la explosiva m.A.A.d city, aunque en un registro más pausado, a pesar de ser una canción que refleja de forma cruda la violencia racial en Estados Unidos.
Los símbolos en la performance de SZA
La salida de SZA se hace también en un GNX que sube y baja del escenario. Cabe destacar el nivel de producción de este macro-show, del que sales pensando si volverás a ver algo igual, porque ya nada podrá igualar esto. Las performances se entrelazan con columnas de fuego —no llamaradas moderadas, no, sino auténticas columnas de fuego que se erigen por encima del Estadi Olímpic.
La intérprete se sitúa por encima del mítico vehículo que ahora está envuelto en hojas de hiedra, en referencia a la portada de su último álbum SOS Deluxe: Lana. El título proviene de un apodo personal de SZA, relacionado con su primer tatuaje a los 13 años, cuando solo tenía 40 dólares y pudo pagarse solo cuatro letras.
El proyecto es una cara B de SOS, pero también un espacio más introspectivo, donde SZA explora emociones con más sutileza y menos explosividad que en su primer lanzamiento. Al usar ese nombre tan ligado a su adolescencia, sugiere una vuelta a la raíz, a lo más auténtico y visceral de sí misma, conectando con la nostalgia, la identidad y la evolución emocional que atraviesan el disco.
De hecho, si alguna vez te habías preguntado por qué SZA se llama así, ella misma explicó que viene de Sovereign Zig-Zag-Zig Allah, y refleja una filosofía de autoconocimiento, soberanía espiritual y conexión con lo divino, basada en la Supreme Alphabet de la Nación de los Dioses y la Tierra. Se trata de un sistema de interpretación de símbolos derivado del islamismo afroamericano que también han utilizado otros artistas como RZA de Wu-Tang Clan.
La artista, que saltó a la fama internacional con hits como Kill Bill, cantó varias icónicas de su catálogo como Scorsese Baby Daddy, F2F, Kitchen, Consideration, Snooze y Kiss Me More.
¿Por qué Kendrick Lamar y SZA hacen un tour conjunto?
Además de sus hits en solitario, los intérpretes ofrecieron performances llenas de química sobre el escenario con su éxito luther, número 1 en las listas durante varias semanas.
En teoría, el título hace referencia a Luther Vandross, ya que samplea su icónica canción junto a Cheryl Lynn, If This World Were Mine, y expresa un amor profundo donde Kendrick promete hacer todo lo posible por complacer a su pareja, idealizando un mundo perfecto para ella. Además, muchos fans interpretan que también es un guiño a Martin Luther King Jr., vinculando la idea de soñar con un mundo mejor para la persona amada.
La dupla interpretó otros éxitos como 30 for 30, Doves in the Wind, All the Stars y Love. En vez de cerrar con la canción más viral del momento, Not Like Us, eligieron otra pieza, lo que revela nuevamente que sus decisiones artísticas priman sobre la validación externa: cerraron con gloria, un tema que, aunque comienza relatando una relación tóxica, es en realidad una pelea interna con el éxito, la fama y el bloqueo creativo.
El conjunto del espectáculo ayuda a comprender por qué Kendrick y SZA hacen tour juntos. El Grand National Tour representa una visión artística innovadora que trasciende la típica gira de superestrellas, pues no solo une a dos figuras líderes en sus géneros, sino que apuesta por un proyecto colaborativo que prioriza la conexión y la colectividad. Con 39 fechas conjuntas en estadios de Europa y Norteamérica, más conciertos en solitario de Kendrick, esta gira rompe moldes al alejarse del individualismo habitual en la industria y apostar por crear cultura colectiva, brindando la visibilidad y referencialidad merecidas a la cultura afroamericana y sus características esenciales.