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¿Cómo impedirá Australia que los menores usen YouTube?: las medidas que implantará la plataforma

Un experimento global de control digital que pone a prueba a las grandes tecnológicas

YouTube / NurPhoto

Australia ha dado un paso sin precedentes en la regulación del uso de redes sociales por parte de menores. A partir del 10 de diciembre de 2025, ninguna persona menor de 16 años podrá tener cuentas activas en plataformas como TikTok, Instagram, Snapchat y, ahora también, YouTube. La medida, pionera a nivel mundial, no responsabiliza a los padres, sino directamente a las empresas tecnológicas, que deberán eliminar cuentas existentes, impedir nuevas altas, evitar la elusión de las normas y corregir errores. El incumplimiento podría acarrear multas de hasta 49,5 millones de dólares australianos (unos 30 millones de euros).

La ministra de Comunicación y Deportes, Anika Wells, ha sido clara: las plataformas tienen que actuar. Aunque el Gobierno otorgó un plazo de 12 meses para adaptarse —desde diciembre de 2024—, persisten dudas sobre cómo se implementará la verificación de edad, uno de los mayores retos técnicos y éticos. Algunas empresas exploran métodos biométricos o verificación documental, pero estas soluciones han despertado preocupaciones sobre la privacidad infantil y la recopilación de datos sensibles. Mientras tanto, Australia se convierte en el laboratorio mundial de un experimento que podría redefinir el acceso digital de los menores.

Verificación de edad: el talón de Aquiles del plan australiano

La gran pregunta que se hacen tanto expertos como ciudadanos es: ¿cómo se va a impedir realmente que los menores accedan a YouTube? La respuesta no es sencilla. Las plataformas reconocen que, a día de hoy, no existe una tecnología infalible para verificar la edad de los usuarios.

Sin embargo, organizaciones como Electronic Frontiers Australia advierten que ninguna solución actual garantiza un equilibrio entre control y protección de derechos fundamentales. Los métodos biométricos, por ejemplo, podrían vulnerar la privacidad de los menores, mientras que exigir documentos oficiales podría excluir a jóvenes sin acceso a ellos o abrir la puerta a nuevas formas de vigilancia digital.

YouTube en el punto de mira: ¿qué cambiará?

Aunque YouTube Kids seguirá disponible, la versión principal de YouTube será inaccesible para menores de 16 años si no están registrados como adultos. Esto implica que no podrán comentar, suscribirse a canales ni recibir recomendaciones personalizadas. Las cuentas existentes deberán ser eliminadas, y las nuevas, bloqueadas desde el origen. Además, las plataformas deberán demostrar que han tomado medidas activas para evitar que los menores burlen el sistema, por ejemplo, usando cuentas de familiares o datos falsos.

La responsabilidad recaerá sobre el Comisionado de Seguridad Electrónica, que supervisará el cumplimiento de la ley y podrá imponer sanciones millonarias. Las empresas que no colaboren se enfrentarán a multas de hasta 49,5 millones de dólares australianos. Meta, por ejemplo, ha calificado la ley como "apresurada" y ha advertido sobre los desafíos logísticos que implica exigir verificación de edad en cada plataforma.

¿Protección o censura? El debate global está servido

El primer ministro Anthony Albanese ha defendido la medida como una acción transparente y necesaria para proteger a los menores de los "algoritmos depredadores" y los riesgos del entorno digital. "No lo estamos haciendo lentamente ni en secreto, lo estamos haciendo con transparencia", afirmó, subrayando que esta es una experiencia compartida por otros países que también buscan soluciones similares.

Lo cierto es que el mundo observa con atención cómo se resolverá este problema. Si Australia logra implementar esta legislación con éxito, podría sentar un precedente global. Pero si fracasa en el intento de equilibrar protección y derechos, el experimento podría convertirse en una advertencia sobre los límites del control digital.

Alba Benito

Periodista porque uso el teclado para algo más...