Muere James Lovell, astronauta y líder del Apolo 13, a los 97 años
Protagonizó una de las misiones más importantes y emblemáticas en la historia de la NASA, aunque no lograra su objetivo

El astronauta James 'Jim' A. Lovell Jr, en 1964. / HUM Images
El mundo se ha despedido esta semana de una de sus grandes leyendas del espacio. James “Jim” Lovell, comandante de la histórica misión Apolo 13, falleció el pasado 7 de agosto de 2025 en Lake Forest, Illinois, a los 97 años. La causa de su muerte ha sido atribuida a complicaciones relacionadas con la edad.
Natural de Cleveland (Ohio), Lovell fue mucho más que un astronauta. Fue símbolo de liderazgo, templanza y esperanza en uno de los momentos más críticos de la exploración espacial. Fue seleccionado como astronauta en 1962 ―la segunda promoción de astronautas de la agencia espacial estadounidense― y su carrera abarcó cuatro misiones: Gemini VII (1965), Gemini XII (1966), Apolo 8 y Apolo 13. Fue el primer ser humano en viajar dos veces a la Luna, aunque nunca llegó a pisarla.
Su papel más recordado fue como comandante del Apolo 13, la misión que debía ser el tercer alunizaje de la NASA, pero que se convirtió en una lucha por la supervivencia tras una explosión de un tanque de oxígeno a más de 300.000 km de casa. Gracias a su liderazgo, él y sus compañeros Fred Haise y Jack Swigert lograron regresar sanos y salvos a la Tierra el 17 de abril de 1970. Su frase “Houston, tenemos un problema” quedó grabada para la historia en la memoria colectiva, aunque fue ligeramente modificada en la película que inmortalizó la misión.
LOS40
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Lo que se dijo originalmente durante la misión fue: “Okay, Houston… we've had a problem here”. El primero en pronunciarla fue Jack Swigert, piloto del módulo de mando. Poco después, el comandante Jim Lovell repitió la frase para confirmar la situación: “Ah, Houston, we've had a problem.” Ambas declaraciones ocurrieron el 13 de abril de 1970, tras la explosión de un tanque de oxígeno en el módulo de servicio.
La versión más conocida, “Houston, we have a problem”, fue popularizada por la película Apollo 13 de 1995 (dirigida por Ron Howard), donde Tom Hanks, interpretando a Lovell, la verbaliza en tiempo presente para mayor dramatismo cinematográfico.
Precisamente, el actor ha compartido un emotivo homenaje y despedida en redes sociales: “Jim Lovell fue ese tipo de persona que se atrevía, que soñaba, y que guiaba a otros hacia lugares donde no iríamos por nuestra cuenta. Sus viajes no fueron por fama ni fortuna, sino por el desafío que representaban. En esta noche de luna llena, parte hacia las estrellas. Buen viaje, Jim”.
Desde la NASA, el administrador interino Sean Duffy ha expresado: “Jim Lovell ayudó a convertir una tragedia potencial en una lección de éxito. Su carácter y valentía inspiraron a generaciones. Celebramos su vida mientras lamentamos su partida” 3.
Lovell también formó parte de la misión Apollo 8, la primera en orbitar la Luna, y uno de los primeros en contemplar el famoso “Earthrise”, imagen que inspiró el movimiento ecologista. Su legado no solo se mide en kilómetros recorridos en el espacio, sino en el impacto que tuvo en la cultura, la ciencia y el espíritu humano 1.
Tras retirarse de la NASA y la Marina en 1973, Lovell se dedicó al mundo empresarial y a la divulgación científica. En 1994, publicó Lost Moon, libro que sirvió de base para la película Apollo 13. También abrió un restaurante familiar en Illinois, 'Lovell’s of Lake Forest', que funcionó hasta 2015. Sus seres queridos lo han recordado como “nuestro héroe, nuestro guía, y el hombre que nos enseñó que lo imposible era posible”.
El Apllo 13, una misión que cambió la historia
El Apolo 13 despegó el 11 de abril de 1970 con destino a la Luna, pero una explosión en uno de los tanques de oxígeno del módulo de servicio obligó a abortar el alunizaje. Lo que siguió fue una odisea de supervivencia en la que Lovell, junto a sus compañeros Fred Haise y Jack Swigert, tuvo que improvisar soluciones junto al equipo de control en Houston para regresar a la Tierra.
Durante los casi seis días que duró la misión, los astronautas enfrentaron temperaturas bajo cero, escasez de energía, acumulación de dióxido de carbono y una navegación manual para reencauzar la nave hacia la Tierra. La cápsula lunar, diseñada para dos personas durante dos días, se convirtió en improvisado refugio para tres astronautas durante más de cuatro.
La popular frase que ya hemos comentado se convirtió en símbolo de resiliencia y la misión fue considerada un “fracaso exitoso” por la NASA, al demostrar la capacidad de sus equipos para resolver problemas en tiempo real, salvando vidas en condiciones extremas.
El regreso del Apolo 13 fue seguido en directo por millones de personas en todo el mundo, y su impacto cultural fue tal que inspiró libros, películas y estudios sobre gestión de crisis. Lovell, como comandante, fue el rostro de esa epopeya, y su temple bajo presión sigue siendo estudiado en escuelas de liderazgo y gestión.












